La 'nueva' Fundación La Caixa: menos deuda, más presupuesto y entrar en Portugal
Criteria y la fundación bancaria ahora solo deben a CaixaBank 273 millones de euros, una reducción del 77% de la deuda con la que hasta ahora había sido entidad de referencia
La pasada semana, la Fundación Bancaria La Caixa, que preside Isidre Fainé, anunció que entraba en Portugal. Por primera vez se extendía la obra social de La Caixa fuera de España. No es el único giro radical. Desde que se separó a la fundación de CaixaBank, cuyo reflejo más importante fue que Fainé dejase la presidencia del banco en junio del año pasado, han ido cambiando cosas. Se trata más bien de la última expresión de una nueva estrategia, marcada también por un aumento del presupuesto y por un desendeudamiento radical de Criteria, el 'holding' de participadas de la fundación.
Así, Criteria y la fundación ahora solo deben a CaixaBank 273 millones de euros, según consta en la presentación de resultados del banco que se celebró la pasada semana. Esto supone una reducción del 77% de la deuda que se mantenía con el banco, colocándose muy por debajo de la limitación que impuso el BCE —500 millones de crédito— para rebajar la financiación que CaixaBank otorgaba a su máximo accionista. Esta condición formaba parte de la desconsolidación que supuso que La Caixa dejase de ser grupo bancario.
Fuentes de la fundación han explicado que el pasado 6 de febrero se anunció por hecho relevante a la CNMV que la Fundación Bancaria La Caixa vendía el 5,3% de CaixaBank, operación que generó un ingreso en metálico de 1.169 millones de euros. Parte de estos fondos se destinaron a reducir la deuda.
Según consta en las cuentas de Criteria de 2016, solo el 'holding' debía a CaixaBank al cierre del año un total de 1.138 millones, partida que ahora se ha reducido de manera radical. El proceso ya había empezado de hecho en 2016, cuando se canceló de manera anticipada un crédito con CaixaBank por valor de 650 millones.
Criteria, pese a eso, sigue siendo un 'holding' muy endeudado. A cierre del pasado año, la deuda financiera neta sumaba 6.909 millones. Además de CaixaBank, esta deuda se estructura en distintas emisiones de bonos y también está contraída con un grupo de 13 entidades financieras (cuatro españolas y nueve internacionales).
El recorte de deuda en 2016 se ha hecho a caballo de las desinversiones. En el pasado ejercicio, fue la venta del 10% de Gas Natural a GIP. Este año, esta política puede desarrollarse al aceptar la opa sobre Abertis que prepara Atlantia. Esto también forma parte de la nueva política de la fundación: participaciones más financieras alejándose del viejo planteamiento de cartera industrial que tradicionalmente había mantenido La Caixa.
Más presupuesto
El hombre que le dio el giro social a la Fundación Bancaria La Caixa fue Ricard Fornesa. Menos cuadros y más vivienda social, fue el lema que acuñó entonces. Fainé ha mantenido esa línea. Y, además, el nuevo plan estratégico incrementa el presupuesto, que durante ocho años había estado congelado en 500 millones anuales.
Durante ocho años, el presupuesto de la Obra Social de La Caixa estuvo congelado en 500 millones anuales, pero ahora empieza a crecer poco a poco
Este 2017 se ha situado en 510 millones. Hasta 2019, el presupuesto de la obra social de La Caixa se colocará en 530 millones, a un ritmo de 10 millones más por año, según el plan estratégico que presentó la fundación. Esta exigencia de fondos es muy importante y depende de los flujos que Criteria pueda drenar a la obra social. Por eso, por ejemplo, resultan clave los más de 2.600 millones de plusvalía que se pueden obtener de la opa sobre Abertis. Además, con los tipos tan bajos, no hay inversión mejor que reducir la deuda contraída. También resultan clave los dividendos que aporten de manera regular las diversas participadas.
Acompañando al banco
No es casual la entrada en Portugal de la Obra Social de La Caixa. La fundación ha anunciado una inversión de 50 millones que se llevará a cabo de manera progresiva en los próximos ejercicios. Así, la primera gran operación de CaixaBank fuera de España, la compra del BPI, llega arropada por la fundación, en un patrón que puede extenderse a otros países a medida que el banco aumente su nivel de internacionalización.
"Si otras entidades encuentran oportunidades en horizontes lejanos, nosotros, dentro de nuestro compromiso social, tratamos siempre de ser cercanos, de acercarnos a las personas y territorios que tenemos más próximos, con los que más vinculaciones afectivas nos hermanan", explicó Isidre Fainé cuando presentó los objetivos de la obra social en Portugal la pasada semana.
La pasada semana, la Fundación Bancaria La Caixa, que preside Isidre Fainé, anunció que entraba en Portugal. Por primera vez se extendía la obra social de La Caixa fuera de España. No es el único giro radical. Desde que se separó a la fundación de CaixaBank, cuyo reflejo más importante fue que Fainé dejase la presidencia del banco en junio del año pasado, han ido cambiando cosas. Se trata más bien de la última expresión de una nueva estrategia, marcada también por un aumento del presupuesto y por un desendeudamiento radical de Criteria, el 'holding' de participadas de la fundación.
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