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Gas Natural pone una ‘vela a Santos y otra al Ciadi’ para preservar su liderazgo en Latam
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ELECTRICARIBE NO MERECE UN CONFLICTO

Gas Natural pone una ‘vela a Santos y otra al Ciadi’ para preservar su liderazgo en Latam

Isidro Fainé ha asegurado al presidente Santos que la demanda en el Ciadi no será obstáculo para cerrar un pacto exprés sobre la expropiación de la filial en Colombia

Foto: Isidre Fainé. (EFE)
Isidre Fainé. (EFE)

Gas Natural no quemará las naves en su conflicto con Colombia tras la humillante intervención y posterior liquidación de su filial Electricaribe. La compañía española tiene mucho que perder y muy poco realmente que ganar en el pleito que esta semana interpondrá ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) porque los 1.000 millones de euros reclamados a modo de justiprecio no compensan ni de lejos las consecuencias que una pírrica victoria puede representar para el resto de los negocios en Latinoamérica. No en vano, Gas Natural es la primera distribuidora de gas y una de las principales operadoras eléctricas de toda la región.

Isidro Fainé ha terminado por aceptar la estrategia de sus asesores jurídicos para ejercer las acciones legales sin agotar el plazo de un mes que el presidente de Gas Natural pretendía apurar inicialmente con el fin de evitar la formalización del conflicto. En cualquier caso el hombre fuerte de La Caixa ha tranquilizado al Gobierno colombiano justificando ante el presidente Juan Manuel Santos que la demanda constituye solamente un trámite obligado ante el cariz que han tomado los acontecimientos y será retirada de manera instantánea a poco que ambas partes puedan alcanzar un acuerdo de compromiso en las próximas semanas.

La política de apaciguamiento con que Gas Natural encara la defensa de sus intereses ha permitido también al Gobierno español guarecerse en un segundo plano con el fin de evitar que la expropiación efectiva de Electricaribe se convierta en un problema político del estilo al que han padecido otras empresas españolas en Latinoamérica. El caso de Repsol con YPF está todavía muy reciente en la memoria histórica de las más angustiosas relaciones corporativas vividas al otro lado del Atlántico y Fainé no está dispuesto tampoco a pasar por el calvario que tuvo que sufrir Antonio Brufau para hacer valer sus derechos en Argentina.

Las autoridades colombianas se han esmerado en justificar la liquidación de Electricaribe como una consecuencia derivada de la propia insolvencia de la compañía, algo que no ha gustado en el entorno de Gas Natural. La empresa española considera que las recientes declaraciones del embajador Alberto Furmanski han sido especialmente desafortunadas, sobre todo a la hora de cuantificar algunas de las variables de la filial caribeña, como es el caso de la deuda imputable a la sociedad que el jefe de la diplomacia colombiana elevó a 1.200 millones de euros cuando la auditoría de PwC sitúa en poco más de 500 millones.

Los aspavientos colombianos al anunciar la liquidación de Electricaribe fuerzan la demanda ante el Ciadi que Fainé prefería apurar otro mes

El Gobierno de Santos trata de espantar los efectos perversos que una decisión de esta naturaleza puede generar en contra de la seguridad jurídica del país, precisamente en un momento crítico para la economía colombiana que busca el respaldo de la comunidad inversora internacional tras el final del conflicto armado con las FARC. Fainé es consciente de lo mucho que se juega el presidente colombiano pero tampoco puede hacer dejación de su responsabilidad ante los accionistas de una empresa cotizada con intereses económicos y socios institucionales repartidos por el mundo entero. De ahí el anuncio inmediato del inevitable recurso ante la Corte Internacional de Arbitraje.

La apelación al Ciadi constituye una simple maniobra de distracción que Gas Natural maneja de manera coercitiva para refrenar cualquier nueva ofensiva institucional que pueda poner en cuestión la capacidad de gestión ejercida en Electricaribe. Desde el año 2009 la empresa viene denunciando de manera insistente los graves problemas que padece la filial como consecuencia del fraude y la morosidad galopante en una zona de acusada pobreza y con una gran parte de población arraigada en la cultura del ‘no pago’. A día de hoy las deudas de los clientes, tanto particulares como organismos oficiales, alcanzan la cifra de los 1.300 millones de euros.

Todo ello ha provocado una situación de iliquidez que el Gobierno colombiano ha aprovechado para echarse la manta a la cabeza con una medida que Gas Natural entiende como una expropiación en toda regla. De ahí la petición de un justiprecio, estimado de partida en 1.000 millones de euros, incluyendo un valor de los activos de 475 millones, aparte del fondo de comercio y una cartera de 2,5 millones de clientes. Por si acaso, y en prevención de mayores males, el grupo energético español sacó de su perímetro de consolidación global a la empresa filial cuando ésta fue intervenida por el Estado de Colombia en noviembre pasado.

Gas Natural cuenta en Latinoamérica con 150.000 kilómetros de redes y casi 14 millones de puntos de suministro en los mercados de gas y electricidad

La estrategia financiera y contable de Gas Natural demuestra que la compañía presidida por Fainé viene preparando el terreno desde finales del pasado año, sin que la situación ahora planteada, más allá de los aspavientos con que ha sido difundida, haya supuesto realmente ninguna sorpresa. De ahí también que los movimientos tácticos en el Ciadi se estén manejando con todas las cautelas para no herir suspicacias en los demás países latinoamericanos ya que no puede olvidar que Gas Natural está presente a día de hoy en seis de las grandes urbes de la zona, como son México DF, Sao Paulo, Buenos Aires, Río de Janeiro, Bogotá y Santiago de Chile.

El grupo cuenta con 76.000 kilómetros de redes de gas distribuidos entre Argentina, Colombia, México y Brasil. Los puntos de suministro en el mercado gasista superan los 7,7 millones, con unas ventas totales el pasado año de más de 270.000 GWh. En el sector eléctrico dispone de 78.000 kilómetros de redes entre Colombia y Panamá, con más de 6,2 millones de puntos de suministro y unas ventas de 48.000 GWh. Datos suficientes para calibrar la relativa trascendencia que supone Electricaribe y que evidencian el interés de Fainé por nadar y, sobre todo, guardar la ropa para que nadie pueda tildar a Gas Natural de empresa pendenciera.

Gas Natural no quemará las naves en su conflicto con Colombia tras la humillante intervención y posterior liquidación de su filial Electricaribe. La compañía española tiene mucho que perder y muy poco realmente que ganar en el pleito que esta semana interpondrá ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) porque los 1.000 millones de euros reclamados a modo de justiprecio no compensan ni de lejos las consecuencias que una pírrica victoria puede representar para el resto de los negocios en Latinoamérica. No en vano, Gas Natural es la primera distribuidora de gas y una de las principales operadoras eléctricas de toda la región.

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