Es noticia
La banca teme la nulidad de los acuerdos con clientes para quitarles la cláusula suelo
  1. Empresas
quiere que se respeten los acuerdos con clientes

La banca teme la nulidad de los acuerdos con clientes para quitarles la cláusula suelo

La trifulca sobre el decreto de las cláusulas suelo no inquieta a la banca, más preocupada por lo que tendrá que provisionar y por que se respeten los acuerdos firmados con clientes

Foto: Reunión del Consejo de Ministros en el Palacio de la Moncloa. (EFE)
Reunión del Consejo de Ministros en el Palacio de la Moncloa. (EFE)

La banca no anda demasiado preocupada por el contenido final del decreto de solución extrajudicial para las cláusulas suelo. Ya dejó clara su oposición al primer código de buenas prácticas que retiró el Gobierno y, mientras no se vuelva a un texto que obligue a devolver todo el dinero a todas las entidades, le da bastante igual lo que se apruebe. Lo que le quita el sueño es la amenaza de tener que devolver algo a los clientes que ya han firmado acuerdos para quitar el suelo de sus hipotecas. Si son condenados a hacerlo, el impacto puede ser catastrófico.

Foto: La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y los ministros de Justicia, Rafael Catalá (izq.), y de Economía, Luis de Guindos. (EFE)

Después de saber que deben apuntarse en 2016 el impacto de la retroactividad total, como adelantó El Confidencial, esta cuestión es la que tiene en vilo no solo al sector, sino a muchos de sus accionistas y a inversores internacionales. Hasta el punto de que alguna entidad pretende que el decreto incluya explícitamente que estos clientes quedarán excluidos de la solución extrajudicial que finalmente se adopte. El Banco de España ha solicitado información a cada banco sobre el importe de estos acuerdos, según el periódico 'El País'. En todo caso, los 4.000 millones que calcula en total el supervisor no los incluyen. Pero siempre queda la vía judicial, y si el Supremo acabara dando la razón a los clientes, el importe que tendría que devolver el sector sería tan grande que se llevaría por delante a más de una entidad, porque los bancos han utilizado masivamente la vía de los acuerdos individuales para reducir su exposición a las cláusulas suelo. Las cifras concretas solo las conoce cada entidad.

Este caso es muy habitual: un cliente con cláusula suelo que reclamó al banco su eliminación y al que este le ofreció un acuerdo por el que se la quitaba a cambio de elevar el diferencial de su hipoteca respecto al euríbor o, si el acuerdo es más reciente, a cambio de cambiarla por un tipo fijo. En ambos casos suponía una reducción de la letra mensual, aunque no tanta como la que habría implicado la eliminación total del suelo. Y además, incluía una cláusula por la que el cliente se comprometía a no reclamar nada más al banco ni acudir a los tribunales. Es más, en muchos casos, este cambio se hizo mediante una novación del préstamo con escritura pública. Y ahora que el Tribunal de la UE declara la retroactividad total de estas cláusulas cuando sean declaradas nulas, muchos de estos clientes consideran que el banco les ha vuelto a engañar.

Los bancos se han curado en salud

Como informó El Confidencial, estos clientes lo tienen bastante complicado; es decir, 'a priori' la banca puede estar tranquila. Después de la experiencia de los suelos, las entidades se han curado en salud: en muchos casos, el cliente ha tenido que redactar de su puño y letra esta renuncia a las acciones legales o un documento en el que asegura que comprende los efectos de la misma y los acepta voluntariamente. Y la doctrina del Supremo en esta materia sostiene que, cuando hay una advertencia destacada en un contrato, "el cliente no podrá aducir en sede judicial que no fue advertido". Además, ahora el real decreto va a dar cobertura legal a los nuevos acuerdos privados que se alcancen, con lo cual sería muy contradictorio no dársela a los ya firmados.

Foto: Foto: Corbis.

Además, esta vía puede ser larga, porque el cliente tiene que convencer al tribunal de que anule una cláusula abusiva que le impide reclamar la nulidad de otra cláusula abusiva (el suelo), por lo que tiene que pleitear dos veces. No obstante, algunos tribunales inferiores, como la Audiencia de Zaragoza, ya han dictado sentencias en las que declaran que la renuncia a las reclamaciones es abusiva, por lo que es de esperar que los recursos acaben llegando al alto tribunal.

Ganar tiempo como sea

Al lado de este temor, y una vez que sabe que debe provisionar todo el impacto potencial en las cuentas de 2016, el diseño final del real decreto es una preocupación menor para el sector (siempre que no le obliguen a devolver nada a la fuerza, claro). Ni tampoco que se aplace una y otra vez, porque, mientras tanto, sigue sin tener que soltar un euro. Al final, las cuestiones de plazos o de procedimiento son tecnicismos que no varían la cuestión principal: el cliente que quiera recuperar todo lo pagado de más por la cláusula suelo tendrá que acabar en los tribunales.

Y ahí es donde se librará la verdadera batalla que decidirá el futuro de la banca. Cuando el Supremo decida sobre la nulidad de las cláusulas de las entidades que aún no han sido condenadas, sobre si la renuncia a las reclamaciones es válida o no, sobre si los bancos que han devuelto las cantidades hasta 2013 deben reintegrar también el dinero cobrado anteriormente o sobre si la sentencia europea se aplica también a las empresas. E incluso es posible que alguno de estos temas sea objeto de cuestiones prejudiciales y que también los resuelva el Tribunal de Luxemburgo.

La banca no anda demasiado preocupada por el contenido final del decreto de solución extrajudicial para las cláusulas suelo. Ya dejó clara su oposición al primer código de buenas prácticas que retiró el Gobierno y, mientras no se vuelva a un texto que obligue a devolver todo el dinero a todas las entidades, le da bastante igual lo que se apruebe. Lo que le quita el sueño es la amenaza de tener que devolver algo a los clientes que ya han firmado acuerdos para quitar el suelo de sus hipotecas. Si son condenados a hacerlo, el impacto puede ser catastrófico.

Luis de Guindos Rafael Catalá Banca Banco de España
El redactor recomienda