Black Toro toma el control de Carbures para sofocar la guerra y recapitalizar el grupo
El fondo de capital riesgo y otros pequeños acreedores inyectarán 55 millones a la compañía gaditana mediante la conversión de créditos en capital
Como su propio nombre indica, Black Toro ha decidido tomar el toro por los cuernos. El fondo de capital riesgo dirigido por Ramón Betolaza ultima un acuerdo con Carbures para capitalizar en acciones el préstamo que le concedió el pasado año. Esta operación supondrá reforzar la posición financiera de la compañía andaluza y la toma de la mayoría del capital por parte del 'private equity', que de esta forma sofoca la guerra accionarial puesta de manifiesto en el último consejo de administración.
Según han indicado fuentes próximas a las conversaciones, Carbures tiene prácticamente ultimado un pacto con varios acreedores para convertir 55 millones de euros de deuda en capital, transacción que se realizará mediante una ampliación de capital el próximo 1 de enero de 2017. Las dos partes han considerado que es la mejor vía para solucionar de un plumazo el desequilibrio del balance del grupo gaditano, asegurar su viabilidad y reforzar la columna vertebral del capital para evitar que las disputas accionariales entorpezcan la actividad de los negocios. Este viernes, el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) ha decidido suspender de cotización a la compañía después de que esta se disparara casi un 6%.
Si no hay cambios de última hora, el consejo de administración propondrá la celebración de una junta extraordinaria para aprobar la ampliación de capital mediante compensación de los créditos. La operación supondrá que Black Toro pasará a ser el primer accionista de Carbures, con el 49% del capital, frente al 10,76% actual. Los otros principales acreedores que se han sumado a esta transacción son Nanotures y Rafael Contreras, presidente de la compañía, que le habían prestado 4,9 millones de euros cada uno. Contreras, fundador del grupo fabricante de piezas para la industria aeronáutica y de automoción, pasará a tener el 11,50% del capital, aproximadamente.
Por el contrario, el grupo catalán Anangu, de la familia Santacana, reducirá su participación desde el 10,92% actual a alrededor de un 5%, mientras que José María Tarragó, el anterior consejero delegado, se diluirá hasta el 1,70% desde el 3,70% que tiene en estos momentos. Estos dos inversores estaban en guerra total con Black Toro y los accionistas fundadores —entre los que se encuentran numerosos profesores de universidad—, lo que provocó que en el consejo de administración que se celebró el pasado martes las partes anunciasen medidas legales por administración desleal.
En total, Carbures ampliará capital en cerca de 115 millones de acciones nuevas, a un precio de 0,47 euros por título, prácticamente el mismo precio al que se cambia actualmente, en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). De esta forma, el valor del grupo, que llegó a protagonizar una de las mayores subidas y bajadas de la historia de esta bolsa para empresas en crecimiento, se duplicará de forma inmediata, hasta superar los 100 millones. Fuentes oficiales de Carbures y de Black Toro han declinado hacer comentarios sobre esta información.
Sin opa
Al mismo tiempo, como Carbures tiene un valor de mercado de apenas 50 millones, la ampliación de capital por 55 millones supondrá una gran dilución para los accionistas. Al superar Black Toro el 30% del capital, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el MAB podrían exigirle el lanzamiento de una oferta pública de adquisición (opa). Sin embargo, fuentes jurídicas señalan que no será necesario, puesto que la operación de capitalización beneficia a los accionistas minoritarios y se hace casi al mismo precio al que cotiza.
Carbures, que en el primer semestre del presente año y por primera vez en sus más de 15 de historia obtuvo un ebitda positivo en sus dos líneas de producción principales (Aerospace y Mobility), dejará así el pasivo de la compañía mucho más saneado. El grupo con sede en El Puerto de Santa María pasará de tener una deuda bruta de casi 117,56 millones (incluido el préstamo blanco concedido en noviembre por el Ministerio de Industria) a apenas 65 millones.
Como su propio nombre indica, Black Toro ha decidido tomar el toro por los cuernos. El fondo de capital riesgo dirigido por Ramón Betolaza ultima un acuerdo con Carbures para capitalizar en acciones el préstamo que le concedió el pasado año. Esta operación supondrá reforzar la posición financiera de la compañía andaluza y la toma de la mayoría del capital por parte del 'private equity', que de esta forma sofoca la guerra accionarial puesta de manifiesto en el último consejo de administración.