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La Caixa se mete un 'chute' de 160 puntos en 'core capital' con la venta de Gas Natural
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RECUPERA EL LIDERAZGO DE SOLVENCIA BANCARIA

La Caixa se mete un 'chute' de 160 puntos en 'core capital' con la venta de Gas Natural

Además de la reciente colocación de autocartera, la venta del 10% de Gas Natural es clave para que CaixaBank recupere el liderazgo de solvencia tras la opa sobre BPI

Foto: El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar. (EFE)
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar. (EFE)

Dos no venden si uno no quiere, pero esta vez tanto Repsol como La Caixa, a través de su brazo industrial, Criteria, tenían poderosas razones para cerrar un acuerdo favorable de desinversión. La oferta del fondo estadounidense Global Infraestructure Partners (GIP), que además no ha exigido cambios en el modelo de gestión, otorga un cierto alivio a la petrolera en su plan de reducción de deuda. Pero, además, la operación supone una ración de ‘espinacas’ muy nutritiva para el grupo financiero que encabeza Isidre Fainé, cuyo balance consolidado recupera la posición de liderazgo que había perdido dentro del 'ranking' de solvencia bancaria en España.

Criteria-Caixa se pone de buen ver ante los mercados de capitales, con una mejora de su 'core capital' estimada en torno a 160 puntos básicos. De este modo, el CET 1 'fully loaded' pasa del 9,7% establecido en los últimos test de estrés de julio pasado a un 11,3%, casi equivalente al registrado por el Banco Sabadell y únicamente por detrás del 13,7% alcanzado por Bankia. El grupo catalán supera de este modo a los dos grandes bancos sistémicos españoles, Santander y BBVA, así como también al Banco Popular, que ocupa ahora el farolillo rojo dentro del selecto grupo de entidades sometidas a escrutinio por parte del Banco Central Europeo (BCE).

El grupo de La Caixa acaba de consolidar su flamante posición de solvencia, con la venta del 9,9% de autocartera en una operación relámpago llevada a cabo la pasada semana con vistas a la toma de control del banco portugués BPI. La opa que ahora ha sido desbloqueada sobre la entidad lusa comprometía el objetivo de Criteria-Caixa, que está cifrado en un mínimo 'core capital' del 11%. De ahí la significación que tiene también la venta del 10% de Gas Natural, como piedra angular de una estrategia claramente orientada a apuntalar los cimientos financieros de la institución que preside Isidre Fainé.

El grupo Criteria-Caixa será la entidad financiera más solvente de España, detrás de la rescatada Bankia y por encima del Banco Santander y del BBVA

Las autoridades de Fráncfort vienen insistiendo desde hace tiempo sobre la conveniencia de que las entidades de crédito abandonen sus aventuras empresariales, lo que se ha traducido en una política regulatoria que penaliza abiertamente las inversiones industriales de los bancos. El peso de Gas Natural en el perímetro de Criteria suponía un lastre excesivo que había que rebajar a toda costa, y el acuerdo de venta pactado con Repsol ha permitido ‘matar dos pájaros de un tiro’, con una desinversión que garantiza el control conjunto de la gestión sin que La Caixa pierda su liderazgo accionarial en la empresa gasista.

La elección de GIP ha estado claramente motivada por el deseo expreso de mantener en su plena integridad el proyecto empresarial de Gas Natural, algo que no garantizaban ninguno de los potenciales compradores que desde hace meses venían mostrando su interés por la compañía. Otros fondos, como KKR, TCI y CVC, también jugaron sus cartas en la puja, e incluso en un momento dado movieron sus peones en España para formalizar una oferta conjunta, pero siempre con la condición de dejar su sello particular en la compañía, dando un giro a la estrategia de Gas Natural con los consiguientes cambios en el equipo de dirección.

El proyecto Green o venta de Gas Natural conjuga las ganas de comer de La Caixa con el hambre de Repsol. La primera sube capital y la segunda reduce deuda

El fondo estadounidense de infraestructuras no albergaba las mismas ambiciones, lo que decantó rápidamente en su favor las negociaciones. Tras el acuerdo formalizado la pasada semana, GIP expuso públicamente su respaldo al actual 'management' de la compañía que dirige en calidad de consejero delegado Rafael Villaseca, y en la que Isidre Fainé es desde hace unos días nuevo presidente en sustitución de Salvador Gabarró. Repsol ha cambiado también a su primer representante, que hasta ahora era Antonio Brufau, para dar entrada en el consejo a Josu Jon Imaz en calidad de vicepresidente de Gas Natural.

El Proyecto Green, como ha sido denominado en clave interna, forma parte igualmente del programa de ajuste emprendido en 2015 por la compañía petrolera a raíz de la crisis que provocó el desplome de los precios del crudo. Repsol revalidó el pasado mes de marzo la confianza de las grandes agencias internacionales de 'rating', después de poner en marcha una estrategia de ventas que tiene por objeto reducir su cifra global de endeudamiento, cifrada actualmente en 10.700 millones de euros. La capacidad de generación de caja se tradujo el pasado año en un desapalancamiento de 1.000 millones de euros, dentro de una tendencia que deberá ser reafirmada a lo largo de este año, lo que ha propiciado la venta del 10% de Gas Natural.

Tanto Repsol como Criteria van a ingresar cada una 1.900 millones de euros por la transmisión respectiva de 100 millones de acciones de la filial gasista a un precio unitario de 19 euros. Dada la diferente valoración en libros del activo en venta, la sociedad que preside Antonio Brufau generará unas plusvalías de 246 millones de euros, que en el caso del grupo industrial de La Caixa se sitúan en 218 millones. El 'closing' de la transacción ha sido diseñado como una operación bilateral con liquidación inmediata, lo que demuestra que esta vez el hambre se ha juntado con las ganas de comer para saciar el apetito de uno y otro vendedor.

Dos no venden si uno no quiere, pero esta vez tanto Repsol como La Caixa, a través de su brazo industrial, Criteria, tenían poderosas razones para cerrar un acuerdo favorable de desinversión. La oferta del fondo estadounidense Global Infraestructure Partners (GIP), que además no ha exigido cambios en el modelo de gestión, otorga un cierto alivio a la petrolera en su plan de reducción de deuda. Pero, además, la operación supone una ración de ‘espinacas’ muy nutritiva para el grupo financiero que encabeza Isidre Fainé, cuyo balance consolidado recupera la posición de liderazgo que había perdido dentro del 'ranking' de solvencia bancaria en España.

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