Osborne cree que Cataluña tiene peor arreglo que el 'impasse' político

La prórroga del partido de fútbol que disputa España ya dura 272 días. Demasiado tiempo para un país que ha vivido dos elecciones generales seguidas y va camino de sufrir unas terceras en busca de un Gobierno que acabe con el vacío de poder. Lo bueno que tienen los deportes como el fútbol es que las normas están claras, cosa que no ocurre cuando los equipos juegan a no se sabe muy bien qué. Como en Cataluña, donde hoy se debate un tema "mucho más complejo" a ojos de Ignacio Osborne. El consejero delegado de la empresa que lleva su apellido y presidente del Instituto de la Empresa Familiar cree que el conflicto catalán tiene peor arreglo que el 'impasse' político.

"Son dos temas muy distintos. En la formación de Gobierno se sigue un procedimiento parlamentario establecido en la Constitución, se están siguiendo los pasos que se tienen que seguir... Es un proceso dilatado en el tiempo, pero las reglas del juego están claras. En Cataluña, la discusión es más problemática porque no está claro cómo se puede llegar a un acuerdo. No hay un mecanismo claro para desatascar la situación", sostiene el CEO del grupo andaluz en el Foro de Alta Dirección organizado por PwC y este periódico.

La incertidumbre política no es buena compañera de viaje para la economía en ninguno de los casos, si bien el conflicto catalán no es el tema que más inquieta al empresariado andaluz. "Un debate mucho más preocupante es la corrupción", o así lo ve Luis Fernández, socio de PwC. "En Andalucía, está paralizada la capacidad de trabajar con la función pública. Es muy complicado hacer negocios con la Junta, y eso tiene una incidencia muy relevante en determinados sectores como infraestructuras y construcción".

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Tampoco cesan los clamores contra quienes meten a todos los empresarios (y políticos) en un mismo saco bajo la etiqueta de 'corruptos', algo "tremendamente injusto" en palabras de los ponentes de la mesa. Los incontables casos de fraude escuecen y deterioran gravemente la imagen del empresariado español, si bien las consecuencias son mucho peores en la práctica. "No se están licitando obras y cualquier proceso de contratación está absolutamente paralizado", añade Fernández.

Aumentar el reducido tamaño de las pymes es el caballo de batalla de los empresarios españoles

Tan paralizada como puede llegar a estar la inversión extranjera si el caos político no se resuelve pronto. El dinero es cobarde y no dudará en decantarse por otro país donde no existan líos en las instituciones. Osborne, en cambio, no ve posibles repercusiones en el consumo interno, una variable que va "razonablemente bien" en comparación con otros años. "No estoy seguro de que la incertidumbre política pueda afectar a esto aunque se prolongue", señala el CEO de Osborne.

Aumentar el reducido tamaño de las pymes es el caballo de batalla de los empresarios, junto a la simplificación de trámites y el fin de esas barreras administrativas que suponen una losa demasiado pesada para los emprendedores. "Hay otros países —más competitivos que España— donde dan todas las facilidades para montar empresas o exportar", indica el presidente del Instituto de la Empresa Familiar.

Osborne no planea salir a bolsa

El grupo propietario de marcas como el jamón ibérico Cinco Jotas, Sánchez Romero Carvajal o Anís del Mono no contempla una eventual salida a bolsa, y menos después de que el grupo chino Fosun saliese del accionariado de la compañía este verano, solo dos años después de entrar con una participación del 20%. Con la entrada de los inversores asiáticos, se buscaba aumentar el crecimiento inorgánico vía adquisiciones y dar un impulso al desarrollo de negocio en China.

"La primera parte del acuerdo no se ha llevado a cabo porque no ha habido inversiones", explica Osborne para justificar la salida de Fosun. No obstante, ambos grupos conservan una alianza estratégica para seguir creciendo en ese mercado. La compañía agroalimentaria fue fundada a finales del siglo XVIII y hoy exporta a más de 50 países, entre los que destacan Estados Unidos, China, Brasil y Alemania por su importancia estratégica.

La firma cerró 2015 con unas ventas de 241 millones de euros, un 1,6% menos respecto al año anterior. Su resultado bruto de explotación (ebitda) descendió un 11%, hasta los 35,6 millones. Las bebidas espirituosas suponen el 60% de la facturación, por delante del jamón (30%) y del vino (10%).