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BBVA y Popular salen al rescate de Nicolás Osuna, el hombre más rico de Andalucía
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BBVA y Popular salen al rescate de Nicolás Osuna, el hombre más rico de Andalucía

Ambas entidades han canjeado deuda financiera por préstamos participativos a Nicolás Osuna, que llegó a tener grandes participaciones en el sector financiero y el eléctrico

Foto: Oficina central de Inmobiliaria Osuna en Granada. (Google Maps)
Oficina central de Inmobiliaria Osuna en Granada. (Google Maps)

De sentarse en los consejos de administración de Iberdrola y de Banco Popular, de ser recibido por varios de los presidentes del Ibex 35, como Emilio Botín, a verse presa de los bancos. Este es el recorrido de Nicolás Osuna, el hombre hecho de la nada que llegó a ser la mayor fortuna de Andalucía, con un patrimonio solo en inversiones bursátiles de 1.100 millones de euros. Ahora, BBVA y Popular han salido a su rescate ante el derrumbe de su imperio inmobiliario.

Según documentos oficiales, el banco presidido por Francisco González y la entidad de la que Osuna fue consejero y llegó a tener un 3,9% del capital canjearon a finales de junio deuda que tenían con Inmobiliaria Osuna por préstamos participativos por 48,44 y 16,79 millones de euros, respectivamente. Es decir, en una primera fase, han salido en su ayuda porque los créditos pasen a computarse como patrimonio neto y reforzar sus recursos propios. Pero en una segunda instancia, podría suponer una ejecución, teniendo en cuenta el calendario de pagos del grupo granadino.

De esta forma, tanto BBVA como Popular se convierten de forma indirecta en accionistas de la compañía inmobiliaria, ya que a partir de ahora tendrán derecho a cobrar, además de los intereses, un dividendo si el negocio va bien. La medida, junto a una reducción de capital y a la conversión de otros préstamos concedidos por sociedades del propio empresario andaluz, la adoptaron para que Inmobiliaria Osuna saliese de la situación de insolvencia, en la que cayó a finales de 2015, cuando presentó un patrimonio negativo de 84 millones de euros. Por tanto, los 65,23 millones de BBVA y Popular sirven para tapar casi todo el agujero.

El acuerdo se alcanzó el 22 de junio para que la compañía pudiera reformular sus cuentas y su balance de situación un día más tarde, el 23 de ese mes, para “el restablecimiento del equilibrio patrimonial de la sociedad dominante”. Tras estas operaciones, Inmobiliaria Osuna “presenta unos fondos propios equivalentes no inferiores al 50% de su capital social actual de 3.000 euros, de tal modo que no se encuentra inmersa en causa legal de disolución”. Osuna no ha respondido a las llamadas de El Confidencial para dar su versión sobre esta información, mientras BBVA y Popular han declinado hacer ningún comentario. Los dos bancos tendrán que provisionar la totalidad de estos dos nuevos préstamos.

La decisión de BBVA y Popular llega dos años después de que Nicolás Osuna consiguiese en 2014 refinanciar la totalidad de su deuda, que ascendía en aquel momento a cerca de 600 millones. La mayoría de esta cantidad, 525 millones —ahora reducida a 420 millones tras varias operaciones de dación en pago—, tiene vencimiento en 2017. En consecuencia, según fuentes del sector financiero, la empresa tendrá que enfrentarse a una nueva reestructuración de la deuda o entregar los activos a la banca, porque no generará el 'cash' suficiente para afrontar tal factura.

Daciones en pago del amigo de Botín y Galán

En el acuerdo de julio de 2014, la banca, liderada por BBVA y Popular, dos de las entidades de las que Osuna llegó a ser accionista —del Popular fue hasta miembro del consejo de administración—, pactó la novación de los préstamos por tres años, limitando la capacidad de los acreedores para el cobro de los créditos a ciertos activos. Además, se llevaron a cabo daciones en pago —ejecuciones de garantías— para la cancelación anticipada de algunas deudas de forma parcial o total. Una refinanciación que, según la compañía, resolvía “los riesgos de insolvencia” y, por tanto, “se consideraba garantizada la continuidad de las operaciones del grupo”.

La inmobiliaria tiene que pagar el próximo año 420 millones para cumplir con la banca, a la que ya le entregó bienes para que le condonaran la deuda

La realidad ha dicho lo contrario, como prueba que el grupo andaluz haya estado hace apenas unos meses en causa de disolución. Todo una caída en picado para una inmobiliaria que ha perdido 311 millones de euros en los últimos años, propiedad de uno de los mayores terratenientes de España. Porque Osuna es dueño de grandes extensiones de olivares y de un coto de 10.000 hectáreas en una de sus fincas en Andújar (Jaén).

Sin embargo, las pérdidas de su negocio vinculado al ladrillo han sido pocas si se compara con lo que se dejó cuando, en pleno 'boom' de la burbuja bursátil, empezó a invertir en Iberdrola —alcanzó el 1,26%, con lo que Ignacio Sánchez Galán le dio un asiento en el consejo—, en BBVA, en Sabadell, en Popular y hasta en el Sovereign, el Santander USA, el banco americano en el que Botín llegó a perder más de 2.000 millones.

La mayoría de estas apuestas la hizo con préstamos que le daban los propios bancos, los cuales poco a poco le fueron exigiendo nuevas garantías para cubrir el agujero que se agigantaba por la caída en bolsa de las cotizaciones de los citados bancos. Acabó por salirse como pudo de todo, el hijo de un carpintero granadino que aún está en el consejo asesor de iberdrola en Andalucia y hasta hace un mes, en el de Telefónica. Ahora ya le quitan hasta el negocio con el que se hizo rico.

De sentarse en los consejos de administración de Iberdrola y de Banco Popular, de ser recibido por varios de los presidentes del Ibex 35, como Emilio Botín, a verse presa de los bancos. Este es el recorrido de Nicolás Osuna, el hombre hecho de la nada que llegó a ser la mayor fortuna de Andalucía, con un patrimonio solo en inversiones bursátiles de 1.100 millones de euros. Ahora, BBVA y Popular han salido a su rescate ante el derrumbe de su imperio inmobiliario.

Ignacio Sánchez Galán
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