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Telefónica hace un roto de 920 millones a BBVA y CaixaBank por su caída en bolsa
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LA OPERADORA CASTIGA LA SOLVENCIA DE LOS BANCOS

Telefónica hace un roto de 920 millones a BBVA y CaixaBank por su caída en bolsa

El descenso continuado de la operadora en bolsa ha obligado a ambos bancos a reconocer un deterioro en su patrimonio que se eleva hasta los 2.250 millones en el último año

Foto: Foto: Reuters.
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La bolsa empieza a pasar factura a las empresas que tienen participaciones significativas en compañías que han sufrido los efectos de la caída de los índices. Una de las más golpeadas durante el primer semestre del año fue Telefónica, castigada por el veto de la Unión Europea a la venta de O2, el impacto del Brexit y la suspensión temporal de la colocación de Telxius. Una montaña de problemas que le han impedido reducir su deuda, pese a las exigencias de las agencias de calificación.

Además de a los inversores minoritarios, la caída en bolsa del 17,3% de Telefónica ha afectado con dureza a BBVA y a CaixaBank, sus dos accionistas históricos, que han tenido que reconocer el deterioro que ha provocado en su balance el prolongado descenso de la operadora de telecomunicaciones. El banco ha tenido que hacer un ajuste de 475 millones de euros, mientras que CaixaBank se ha apuntado una depreciación de 442 millones. En total, cerca de 920 millones que han impactado en la solvencia de cada una de las dos entidades financieras.

Tanto a BBVA como a CaixaBank les preocupa y mucho la evolución de Telefónica, como demuestra la cortante respuesta que Jaime Sáenz de Tejada, director financiero del banco con sede en Bilbao, le dio a José Abad, analista de Goldman Sach, cuando le inquirió recientemente las consecuencias de la evolución bursátil de la operadora en su patrimonio. “Es fácil de calcular”, le espetó con un tono desabrido, tras reconocer que “la participación en Telefónica se contabiliza como disponible para la venta. Por lo tanto, hacemos un 'market' to 'market' diario y su impacto es reconocido en el capital cada trimestre”.

Pese a esta aseveración, según han confirmado fuentes oficiales del banco, BBVA no hace público ni incluye en la documentación trimestral que remite a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) cómo le ha afectado el continuo retroceso de Telefónica, que en los últimos 12 meses se ha dejado un 33,64%. Tomando como referencia el valor de las acciones en junio de 2015 y el mismo mes del ejercicio en curso, el deterioro que se ha tenido que apuntar la entidad vasca asciende a 1.150 millones, mientras que el de CaixaBank ronda los 1.100 millones. En conjunto, 2.250 millones en el último año, un roto que ha erosionado la solvencia de ambas entidades.

Pero más allá del impacto bursátil, lo que inquieta a estos dos accionistas de referencia es la capacidad de Telefónica de mantener su política de dividendos, una remuneración que se volverá a analizar a finales de año, como ya ha reconocido el propio presidente, José María Álvarez-Pallete. Pese a que nada más ser nombrado primer ejecutivo a principios de abril confirmó la retribución a los accionistas de 0,75 euros por acción, al mes siguiente admitió que podría cambiar el modo de pago –parcialmente en acciones en lugar de en efectivo–.

Pendientes del dividendo

Una dieta impuesta por Standard & Poor's y por Moody's, que le exigen reducir su deuda en cerca de 15.000 millones antes de que finalice 2016. Una pérdida de grasa que sería posible si el grupo consigue sacar a bolsa Telxius, su filial de infraestructuras, y si logra vender O2. El devenir de ambas operaciones se conocerá en las próximas semanas, en función de la situación de los mercados y del precio al que los inversores estén dispuestos a comprar estos activos.

BBVA y CaixaBank están muy pendientes de estas cuestiones, puesto que reciben 200 y 186,5 millones respectivamente de Telefónica cada año por la retribución al accionista. En 2012 ya sufrieron las consecuencias de la suspensión, por primera vez en su historia, del dividendo por parte de la teleco. Ese ejercicio, la operadora presidida en aquel momento por César Alierta repartía 1,6 euros por acción, por lo que el banco de Francisco Gónzalez recibía 443 millones y el banco dirigido entonces por Isidre Fainé, 377 millones.

La reactivación de los planes de salida a bolsa de Telxius, la posible desinversión de O2 y la propia remontada de los índices han permitido a Telefónica subir un 10% desde el pasado 30 de junio, un alivio temporal, pendiente de que los mercados permitan cerrar ambas operaciones. De momento, Fitch le ha rebajado el 'rating', mientras Moody's le ha mantenido la calificación y la perspectiva negativa.

La bolsa empieza a pasar factura a las empresas que tienen participaciones significativas en compañías que han sufrido los efectos de la caída de los índices. Una de las más golpeadas durante el primer semestre del año fue Telefónica, castigada por el veto de la Unión Europea a la venta de O2, el impacto del Brexit y la suspensión temporal de la colocación de Telxius. Una montaña de problemas que le han impedido reducir su deuda, pese a las exigencias de las agencias de calificación.

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