Primark trae clientes a la competencia con su turístico 'palacete' en Gran Vía
H&M, Zara, Pans & Company, Burger King... Los locales de la zona confirman que la apertura de la tienda se traduce en más movimiento. "Se ha notado una barbaridad"
Las atracciones turísticas atraen al público, o si no que se lo pregunten a los comercios colindantes con Primark en pleno corazón de Madrid. Los hosteleros de la zona se frotan las manos desde que constataron la capacidad del gigante textil para mover masas con su gran apertura en Gran Vía. "Se ha notado una barbaridad" en las ventas, cuenta un empleado del Burger King que se encuentra a unos cien metros de la tienda.
La joya de la corona de Primark no es un monumento, pero como si lo fuera. El trasiego de clientes que entran y salen del emblemático edificio cargados de bolsas ha servido para dinamizar la economía en una zona comercial ya consolidada. "Todos los operadores han crecido en ventas desde Fuencarral hasta Callao, tanto en tiendas como en restaurantes. '¡Menos mal que habéis venido!', nos dicen los hosteleros". Así se explayaba el director de Desarrollo de Primark Iberia, Miguel López Acosta, en el décimo aniversario de la firma en España.
Este periódico se ha dado un paseo por los alrededores para comprobar si es así. "Nos ha venido muy bien porque ha generado más tránsito de gente. ¿Lo malo? Hay más basura en las calles. La gente es incívica y tira las bolsas rotas al suelo", comenta una dependienta del H&M que comparte pared con Primark.
Algunos clientes creen que la tienda ha podido eclipsar a la competencia con sus 12.400 metros cuadrados, 131 cajas y 91 probadores, pero los empleados de otras marcas próximas al edificio niegan que sus ventas hayan descendido. Al contrario. "No nos ha perjudicado, eso está claro", explican desde Zara. La mayor afluencia de público se notó sobre todo al principio, si bien Primark ya no desata tantas pasiones como el día de su inauguración.
No todos opinan de la misma manera. Mango no aprecia más alboroto de lo normal de lunes a viernes, pero sí los fines de semana. "Tampoco es que hayamos mejorado las ventas", zanja un empleado de la tienda.
La hostelería está de enhorabuena
Si hay una cadena que ha sido especialmente efusiva en sus explicaciones, esa es Pans & Company. Apenas 50 segundos separan a este establecimiento del 'templo low cost', lo que anima a muchos clientes a tomar un bocata para reponer fuerzas después de patearse las cinco plantas del edificio.
"Es impresionante. Las ventas han aumentado más del doble desde la inauguración de Primark"
Un encargado explica que las presiones para aumentar la clientela han desaparecido desde que Primark aterrizó en plena Gran Vía. "Es impresionante. Las ventas aquí se han disparado, han aumentado más del doble respecto al año anterior. Ha ido todo rodado". Confirma así los crecimientos de doble dígito que había insinuado Acosta cuando hablaba de los hosteleros de la zona.
Hosteleros grandes pero también pequeños, como los de la cafetería Villaverde. "También entran mucho al baño, pero bueno...", se queja una camarera de este bar. Son los efectos colaterales de una apertura que conlleva refuerzo en seguridad. Las masas se agolpan en la entrada ante la atenta mirada de la policía cada fin de semana, mientras los 'puertas' controlan el aforo para evitar incidentes.
"Generamos mucho tráfico y eso beneficia a los que están cerca", argumentaba John Bason en el décimo aniversario de Primark. El director financiero de Associated British Foods (ABS), grupo al que pertenece la firma, admite que en España es muy difícil encontrar locales amplios en zonas donde se concentren grandes aglomeraciones. "Por eso la mayoría de nuestras tiendas están en centros comerciales".
'Selfies', maletas llenas... La euforia de los turistas
Un tercio de los clientes son turistas, tanto extranjeros como nacionales. Y su comportamiento es curioso, cuando menos. "Hay gente que solo entra para hacerse 'selfies' o fotografiar el interior del edificio. Otros cogen el AVE desde distintos puntos de España para venir aquí", asegura Acosta. Primark ya entra dentro del saco de las "tiendas destino", aquellos establecimientos que generan una expectación desmedida al desembarcar en una ciudad.
«Me dice un amigo: pa qué vas a Madrid. Y yo: pos pa ver el Primark»
— Noemí López Trujillo (@nlopeztrujillo) 15 de agosto de 2016
Oído en mi Blablacar
Esta tienda es la segunda más grande del mundo y la segunda más rentable de Primark, aunque el grupo no concreta cifras. La marca ya es el primer 'retailer' de España en volumen, con un 9% de cuota de mercado. "La canibalización de otras tiendas en Madrid ha sido muy escasa porque aquí viene un perfil de cliente distinto", matiza Bason. Familias jóvenes, estudiantes, turistas... Los momentos de mayor ajetreo suelen darse en días festivos.
"Se ha convertido en una atracción turística. Antes íbamos al centro comercial para ir a Primark. Ahora Primark es el centro comercial", sostiene Mar Morón, responsable de producto de la marca. Tampoco es raro encontrarse con turistas que compran maletas en la propia tienda para llevárselas llenas de ropa. Todo sea por darles uso cuanto antes...
Las atracciones turísticas atraen al público, o si no que se lo pregunten a los comercios colindantes con Primark en pleno corazón de Madrid. Los hosteleros de la zona se frotan las manos desde que constataron la capacidad del gigante textil para mover masas con su gran apertura en Gran Vía. "Se ha notado una barbaridad" en las ventas, cuenta un empleado del Burger King que se encuentra a unos cien metros de la tienda.