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Las grandes compañías colapsan mientras el Gobierno eleva previsiones para este año
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Las grandes compañías colapsan mientras el Gobierno eleva previsiones para este año

La debacle de los resultados empresariales en la primera mitad del año contrasta con la mejora de la estimación de crecimiento realizada por el Gobierno para este ejercicio

Foto: Las empresas del Ibex han sufrido una generalizada caída de resultados hasta junio (EFE)
Las empresas del Ibex han sufrido una generalizada caída de resultados hasta junio (EFE)

Las grandes compañías españolas han cerrado la primera mitad del año con una generalizada caída de ingresos y beneficios que contrasta con las positivas previsiones que acaba de anunciar el Gobierno para este ejercicio, y que resulta especialmente preocupante en el actual contexto de vacío de poder.

De las 35 mayores compañías de la bolsa españolas, más de la mitad, 17 empresas, han visto mermar sus ganancias en el primer semestre; mientras que otras 6 han sufrido recortes en su cifra de negocio, aunque eso no les haya impedido mejorar la última línea de la cuenta de resultados.

Este balance deja a Aena, Amadeus, Banco Sabadell, Cellnex, Gamesa, Grifols, IAG, Mapfre y Mediaset como los únicos grupos que se han ido de vacaciones con una mejora de sus números (Inditex, Merlin y Meliá todavía no han publicado los datos al cierre de junio), lo que no significa que estén libres de incertidumbres.

Así, por ejemplo, el hólding dueño de Iberia y British Airways se enfrenta durante la segunda mitad del año al impacto del Brexit en sus cuentas, un divorcio que le ha llevado ya a revisar a la baja sus previsiones para el conjunto del año (lo que en la jerga del sector se conoce como 'profit warning') y a cifrar en cerca de 150 millones de euros el impacto de la volatilidad en las monedas por la decisión británica.

La otra cara de la moneda corresponde a Abertis, que a pesar de sufrir una dura caída del beneficio del 69,6% hasta junio, derivada de la falta de extraordinarios (el pasado ejercicio sacó a bolsa Cellnex) ya está recogiendo en sus cuentas la mejora de los tráficos, especialmente en España, lo que le ha permitido despedir la primera mitad del ejercicio con una mejora de ingresos del 5,9%.

Pero si se mira el global de la foto, la realidad es que las grandes compañías están mostrando más debilidades que fortalezas en un momento especialmente complejo para España, debido al vacío de poder gubernamental que arrastra el país desde diciembre y que, por el momento, parece abocado a continuar hasta la celebración de unas terceras elecciones generales, cuya consecuencia directa sería una mayor incertidumbre y paralización tanto inversora como de todo el aparato público.

Por todo ello, llama la atención que el Ejecutivo en funciones se haya aventurado a revisar al alza sus previsiones de crecimiento de la economía para este ejercicio, al anunciar una mejora del 2,9%, frente a la estimación anterior del 2,7%, sorpresa todavía mayor cuando se recuerda que España debe realizar otro ajuste de 15.000 millones para acomodar el déficit a las exigencias de Bruselas, y con el añadido de que el cuadro macroeconómico que acaba de actualizar el equipo de Luis de Guindos contempla que el grueso de esta nueva vuelta de tuerca se realice en 2016.

España, abocada a una ralentización económica

La dispar lectura que ofrecen los resultados empresariales y las previsiones gubernamentales sobre la situación económica del país parecen tener, no obstante, un punto de encuentro en las estimaciones para el ejercicio 2017, año en el que el Ejecutivo sí ha confesado claramente que España se enfrenta a un escenario de desaceleración económica, al rebajar al 2,3% su previsión de crecimiento, seis décimas menos que en 2016.

Detras de esta ralentación está el contexto internacional, especialmente las consecuencias del Brexit, y el agotamiento de algunos estímulos que tanto han ayudado a nuestro país en los últimos meses, como los bajos tipos de interés y del precio del petróleo.

Pero este mismo maná es el que está lastrando a gran parte de los buques insignia de la bolsa española.

Los mismos estímulos que han tirado de la economía española, como los bajos tipos y la caída del petróleo, están lastrando a muchos buques insignia de la bolsa

Por una parte, la banca está sufriendo con dureza en sus márgenes los tipos negativos y está dando serias muestras de una debilidad muy preocupante para un país como España, tan bancarizado (cerca del 80% de la financiación del tejido empresarial depende de las entidades financieras) y, por tanto, extremadamente dependiente de la buena marcha de los bancos para que, con su crédito, reactiven al actividad empresarial.

Por otro lado, el bajo precio del petróleo golpea directamente a los intereses de compañías como Repsol o Técnicas Reunidas, y nada apunta por el momento a que vaya a producirse un giro de 180 grados, como subraya el propio Ejecutivo en su nuevo cuadro, cuando estima que el Brent subirá hasta los 49,1 dólares por barril, números todavía históricamente bajos.

En estas arenas movedizas, tanto la demanda nacional (consumo público, privado e inversiones) como el empleo seguirán creciendo, según el Gobierno, pero cada vez con menos fuerza. Así, a la primera, el Ejecutivo le pronostica una mejora del 3,2% para este ejercicio y del 2,5% en 2017; mientras que respecto al segundo, prevé cerrar este año con 460.000 nuevos puestos de trabajo, y el próximo, con 439.000, lo que no evitará que la tasa de desempleo siga en el 18,6% y el 16,6%, respectivamente.

Las grandes compañías españolas han cerrado la primera mitad del año con una generalizada caída de ingresos y beneficios que contrasta con las positivas previsiones que acaba de anunciar el Gobierno para este ejercicio, y que resulta especialmente preocupante en el actual contexto de vacío de poder.

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