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Abengoa: la falta de dinero en caja hace peligrar la extra y las nóminas de la plantilla
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a la espera del acuerdo con los bonistas

Abengoa: la falta de dinero en caja hace peligrar la extra y las nóminas de la plantilla

El principio de acuerdo con la banca y los bonistas no ha supuesto la entrada de 'cash' en la tesoería para hacer frente a los sueldos de los empleados y las facturas de los proveedores

Foto: Torre de Abengoa en la planta solar Solúcar. (Reuters)
Torre de Abengoa en la planta solar Solúcar. (Reuters)

La banca y los bonistas han alcanzado un principio de acuerdo para inyectar el 'cash' suficiente que garantice el futuro de Abengoa, según ha asegurado su presidente, Antonio Fornieles, y han corroborado los representantes de los acreedores. Pero, mientras se ejecutan estos compromisos, la compañía sigue sufriendo día a día la pérdida de negocio y la falta de dinero en caja. Una situación que, de no mediar solución de última hora, va a hacer imposible abonar la paga extraordinaria de verano y la nómina de julio.

Fuentes oficiales de la compañía han asegurando que la cúpula directiva está trabajando en distintas alternativas para lograr que los más de 24.000 empleados del grupo puedan cobrar a tiempo. Una forma implícita de reconocer que en estos momentos no cuentan con los fondos suficientes para poder hacer frente a estas obligaciones con sus trabajadores. Según indican fuentes internas de Abengoa, se esperaba que hubiese llegado el dinero de la venta del 50% de la planta de Ashalim (Israel), anunciada el pasado 27 de abril, aunque lo cierto es que esta participación está vendida, pero no cobrada.

Pese a la larga agonía que está sufriendo el grupo, pagar a tiempo a los empleados ha sido siempre una obsesión para la dirección de Abengoa. De hecho, según explican desde la empresa, salvo algunos retrasos puntuales derivados de la falta de liquidez, como ocurrió con la extra de la pasada Navidad, siempre se han devengado las nóminas en un plazo razonable. Sin embargo, ahora reconocen que la tensión en la tesorería se ha ido incrementando, por la pérdida de negocio en los últimos meses y la necesidad de atender con urgencia a las demandas de algunos proveedores que han dejado de suministrar material ante sus largos meses de impagos.

En Abengoa, aún confían en encontrar alguna alternativa, ya sea con la entrada en caja de alguna venta en marcha o con la consecución de algún préstamo puente por parte de un acreedor para evitar paros en las instalaciones. Especialmente ahora que las relaciones con los sindicatos no pasan por su mejor momento por el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) en Inabensa, una de las filiales de la compañía andaluza.

Aunque el equipo de Fornieles está haciendo un esfuerzo ímprobo por reconducir la situación de Abengoa, lo cierto es que la falta de dinero en metálico ha provocado que incluso los asesores del proceso de reestructuración lleven meses sin cobrar. Es decir, los bancos de inversión, auditores, consultores y abogados que están perfilando el acuerdo anunciado por el presidente han dejado también de percibir sus honorarios, lo que 'de facto' les convierte asimismo en acreedores. Las facturas que Abengoa tiene con KPMG, Houlihan Lokey y Alvarez & Marsal, así como con los respectivos despachos legales -Linklaters, Cortés, Uría y Menéndez y DLA Piper-, ascienden a más de 40 millones.

Los bancos, abogados y asesores de la compañía también llevan meses sin comprar por la tensión de tesorería ante la pérdida constante de negocio

Desde el grupo aún controlado por las familias próximas a los Benjumea, advierten de que, aunque se consiga llevar al juez el acuerdo con los acreedores el próximo 29 de julio, los hasta 1.200 millones comprometidos provisionalmente por los bonistas y la banca no entrarán en la compañía hasta octubre. El motivo es que, en el caso de que el juez apruebe el rescate, con la transformación de parte de la deuda en capital y la aportación de nuevos fondos, y se adhieran al menos el 75% de los acreedores -mínimo legal exigible-, Abengoa debe aún celebrar una junta extraordinaria de accionistas para autorizar la transacción.

Si se cumplen los planes y no hay retrasos, este acto tendrá lugar entre finales de agosto y principios de septiembre, momento a partir del cual aún tendrán que producirse varias autorizaciones legales para poder ejecutar el acuerdo. Por ello, en Abengoa no solo preocupa el devengo de la paga extraordinaria de julio y la nómina de este mes, sino los siguientes sueldos de agosto y septiembre. Según distintas fuentes, la empresa tiene unos gastos fijos mensuales de 100 millones de euros, por lo que necesita al menos 300 millones para afrontar este periodo hasta que llegue el dinero de los bonistas y los bancos.

Otras fuentes agregan que la multinacional sevillana requiere de nuevas líneas de financiación de forma inmediata, antes de que se certifique el acuerdo, no solo para cumplir con los empleados, sino también con ciertas obligaciones en países como México, donde corre el riesgo de perder algunos proyectos relevantes, como le ha pasado en Brasil. En lo que todos coinciden es en que los resultados del primer semestre reflejarán fuertes pérdidas, que pueden alcanzar hasta más de 500 millones de euros.

La banca y los bonistas han alcanzado un principio de acuerdo para inyectar el 'cash' suficiente que garantice el futuro de Abengoa, según ha asegurado su presidente, Antonio Fornieles, y han corroborado los representantes de los acreedores. Pero, mientras se ejecutan estos compromisos, la compañía sigue sufriendo día a día la pérdida de negocio y la falta de dinero en caja. Una situación que, de no mediar solución de última hora, va a hacer imposible abonar la paga extraordinaria de verano y la nómina de julio.

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