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Carrera de Fomento y la Generalitat para castigar a Vueling con una sanción ejemplar
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La multa del Gobierno central será muy superior

Carrera de Fomento y la Generalitat para castigar a Vueling con una sanción ejemplar

Tanto en Madrid como en Barcelona las administraciones están convencidas de que la crisis de Vueling es algo más que una crisis de consumidores, que es una amenaza al turismo

Foto: Colas de facturación en los mostradores de Vueling en la Terminal 1 del Aeropuerto de El Prat, en Barcelona, el pasado martes. (EFE)
Colas de facturación en los mostradores de Vueling en la Terminal 1 del Aeropuerto de El Prat, en Barcelona, el pasado martes. (EFE)

El Ministerio de Fomento y la Generalitat han entrado en una carrera para ver quién impone una sanción mas ejemplar a Vueling por los retrasos y suspensiones de vuelos que la aerolínea filial de IAG ha sufrido a principios de julio. Todavía se desconocen las cuantías pero la intencionalidad política a ambos lados del río Ebro es inequívoca: que no vuelva a pasar. En la Generalitat entienden que se ha puesto en peligro la marca 'turismo Barcelona'; en el Ministerio que encabeza Ana Pastor, que se ha hecho lo mismo pero con la marca turística España. Algo demasiado serio para que se repita.

En ambos casos, los expedientes abiertos todavía son informativos. Pero con más de 40.000 clientes perjudicados en diverso grado, nadie duda de que en ambos casos se convertirán durante los meses venideros en sancionadores. A partir de aquí, la cuantía de las multas depende de múltiples factores que en este momento están cuantificando los dos brazos armados de cada administración: la Agencia Catalana de Consumo, en el caso de la Generalitat; y la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), que depende de Fomento.

La multa de AESA resultará muy superior a la de la Generalitat, porque la competencia sobre el tráfico aéreo es casi exclusivamente del Gobierno central. La de la Generalitat será inferior, centrada sobre todo en la atención al consumidor.

Fuentes de la conselleria de Empresa y Ocupación, al frente de la cual esta Jordi Baiget, han declinado hacer declaraciones. Pero fuentes cercanas a la Agencia Catalana de Consumo señalan que uno de los puntos por los cuales la multa de la Generalitat será inferior a la de Fomento es porque se tiene que centrar tan solo en los clientes catalanes de Vueling, con origen o destino en El Prat. Sobre el resto, carece de competencias.

En cambio, AESA sí que puede basar su penalización sobre el total de clientes afectados, una cifra que Vueling todavía no ha cifrado de manera oficial. AESA cuenta con más competencias y las puede aplicar sobre un mayor número de viajeros. De modo, que todo apunta a que la sanción que aplicará AESA será muy superior.

En la gestión de esta crisis Fomento siempre ha ido por detrás de la Generalitat, pero es el Gobierno central quien cuenta con el grueso de competencias

En todo caso, Baiget quiere que pase como con la reunión de Vueling con Fomento el pasado martes. Que el Ministerio solo la pidió cuando la Generalitat ya había solicitado un encuentro. A falta de coordinación entre administraciones, que sería necesaria en un caso como este, Jordi Baiget se conforma con ser la liebre que haga correr al galgo.

Difícil cálculo

Todas las fuentes del sector aéreo consultadas coinciden en apuntar que se calificarán los hechos como “infracción muy grave”. Pero no todas las infracciones muy graves se sancionan de la misma manera. Por ejemplo, no es lo mismo un vuelo Madrid-Barcelona, sobre el que hay otras alternativas para los usuarios, que uno como Barcelona-Viena, para el que Vueling es la única opción y, por tanto, opera en régimen de monopolio. El segundo caso sería considerado más grave por la Generalitat, por ejemplo, que lo aplicará en función del Código de Consumo de Catalunya, artículo 312-11.

Tampoco es lo mismo el pasajero que haya sufrido un gran retraso, aunque sea de más de cinco horas, que otro al que hayan cancelado el vuelo. Esta última situación sería valorada, por ejemplo, más digna de una multa mayor que la primera.

Fuentes del sector aéreo coinciden en apuntar que se calificarán los hechos como "infracción muy grave", pero no todas estas infracciones se sancionan igual

En este momento ambos organismos están recabando la información para poder establecer los baremos de afectados, el grado de daños infligido, incluyendo, en el caso de la Generalitat, el de la atención al cliente que se les ha dispensado y la información previa que se dio a los viajeros en cada caso. Vueling está entregando los datos y en la compañía ya tienen cuello abajo que el conjunto de las multas será importante y que afectará al ebitda de la compañía. IAG podría tener que hacer una provisión al respecto en sus próximos resultados.

El precio de los billetes

También se tendrá en cuenta el precio de los billetes a la hora de aplicar el multiplicador de la multa, que en el caso de la Generalitat puede ser hasta 10 veces el coste del servicio. Por tanto, la penalización lastrará el beneficio de operaciones de Vueling y su aportación al grupo, que fue de 130 millones durante el primer trimestre del año.

Todo para dar ejemplo. El transporte aéreo es la principal vía de entrada de los turistas a España en verano. Lo que es lo mismo que decir que las líneas aéreas son la puerta a la primera fuente de divisas extranjeras que entran en la economía española. Algo demasiado serio para que no se aplique con el máximo rigor la mayor tutela pública posible.

El Ministerio de Fomento y la Generalitat han entrado en una carrera para ver quién impone una sanción mas ejemplar a Vueling por los retrasos y suspensiones de vuelos que la aerolínea filial de IAG ha sufrido a principios de julio. Todavía se desconocen las cuantías pero la intencionalidad política a ambos lados del río Ebro es inequívoca: que no vuelva a pasar. En la Generalitat entienden que se ha puesto en peligro la marca 'turismo Barcelona'; en el Ministerio que encabeza Ana Pastor, que se ha hecho lo mismo pero con la marca turística España. Algo demasiado serio para que se repita.

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