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El modelo Álex Cruz revienta en Vueling tras saltar a la fama en British Airways
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El escenario actual complica sus objetivos en resultados

El modelo Álex Cruz revienta en Vueling tras saltar a la fama en British Airways

La aerolínea aporta el 17% del beneficio de operaciones de IAG. Ha sido quien más retorno producía del grupo, pero los ambiciosos objetivos podrían pasarle factura

Álex Cruz era el chico maravilla de las líneas aéreas europeas. Había inventado la sopa de ajo de la aviación, el modelo 'low cost' que no parecía 'low cost'. Con la fusión de British Airways con Iberia, Vueling se mostraba como uno de los mayores activos de la compañía española. En 2015, se premió a Álex Cruz con el puesto de consejero delegado en British Airways. Ahora, la filial de IAG lo ha perdido todo en cuatro días de julio. El caos en el aeropuerto de El Prat le pasará factura y demuestra que el modelo milagro de Álex Cruz tenía los pies de barro.

[Lea aquí: Cómo reclamar a Vueling: indemnización, retrasos y cancelaciones de la aerolínea]

Fuentes del sector aéreo explican que se trata de un modelo que exprime mucho cada avión, que en un día pueden llegar a hacer hasta cuatro rutas. Si esto se lleva a cabo con una plantilla justa de pilotos y un momento de recuperación económica que hace que suba la demanda de vuelos, el modelo se tensiona. Si le añades una huelga de controladores aéreos en Francia, se provoca una tormenta perfecta en la programación de vuelos para el verano, la cual se hizo cuando Álex Cruz todavía era presidente de la compañía. Cualquier incidente provoca la caída del castillo de naipes y los retrasos de unos vuelos empiezan a provocar otras demoras en cadena hasta que al final hay más de 76.000 afectados en cuatro días y 46 vuelos suspendidos. Un coste que ninguna compañía aérea se puede permitir. Esta vez la sangre ha llegado al río, con la intervención de las administraciones, pero fuentes de la compañía reconocen haber vivido crisis similares en ejercicios anteriores, con Cruz al frente, en las que no hubo tanta repercusión.

[Lea aquí: Las deficiencias de Vueling que acarrean cancelaciones y retrasos]

Para poner remedio, Vueling ha contratado cinco nuevos aviones para reforzar su flota, 32 nuevos pilotos y más de 130 personas para sumarlas a su personal de tierra. Unos gastos extraordinarios que se tienen que sumar a las sanciones que deberá pagar al Ministerio de Fomento por los 'slots' perdidos y las que le aplicará la Generalitat desde la Agencia Catalana de Consumo. Las multas pueden superar los cuatro millones de euros y habrá que ver hasta dónde llegan las indemnizaciones a los pasajeros afectados. Todo ello impactará de forma negativa sobre los beneficios de la compañía y su aportación a IAG. De los 930 millones de beneficios de operaciones ordinarias que el grupo de aerolíneas generó en el primer trimestre, un total de 130 millones, un 17% provenía de Vueling. Esa cifra iba a ser mucho mayor en el segundo y el tercer trimestre por la lógica estacional, pero las previsiones quedan comprometidas después del desastre de estos días en El Prat.

La cruz sin Cruz

Además, Álex Cruz dejó en herencia su modelo y su planificación, pero él voló hacia British, literalmente. Tras su marcha se mantuvo su principio de “todo por el beneficio por acción”. De hecho, Vueling tenía el retorno por capital invertido más alto de las aerolíneas que integran IAG. Aunque sin Cruz, todo era distinto.

Tras la marcha de Cruz, el comité de dirección de Vueling empezó a sufrir un éxodo. Cuando se presentaron los resultados del primer trimestre, ya se habían ido la directora financiera, Sonia Jerez; el director de operaciones, Fernando Val, y el director comercial, Julio Rodríguez. Todos habían impulsado un modelo de éxito. Y, como su jefe, todos lo rentabilizaron profesionalmente. De un comité de dirección de cinco miembros, cuatro bajas. El éxito llevaba una semilla envenenada para Vueling.

Los sustitutos, encabezados por su nuevo presidente, Javier Sánchez-Prieto, proveniente de la dirección financiera de Iberia, heredaban el modelo de Cruz y su planificación de este verano, pero sin Cruz y, para colmo, también sin el equipo de Cruz. En cualquier caso, el actual presidente ha marcado distancias con su antecesor a través de un 'mail' enviado a sus empleados, a cuyo contenido ha tenido acceso El Confidencial. En el mismo, sostiene que los problemas tienen un "origen interno" y que la situación actual es heredera de las "debilidades en planificación de la operación" que asumió el propio Cruz antes de su ascenso a British Airways.

Tarde para los pasajeros

Las disculpas a los pasajeros llegan tan tarde como lo han hecho los propios aviones de Vueling. Aunque para llegar tarde, los inspectores de consumo de la Generalitat, que se han personado en el aeropuerto de El Prat este lunes, y no durante el fin de semana. Llegan ahora, cuando las colas prácticamente habían desaparecido por el sobre esfuerzo en la contratación de personal que ha hecho la compañía.

Fuentes del sector aéreo apunta que para el jueves el servicio de Vueling ya estará normalizado. Aunque con fuerte coste para la línea aérea y con un importante daño reputacional y de marca.

El Prat solo estaba detrás de Madrid-Barajas, con 46,8 millones de pasajeros. Vueling, después de todo, no había sido un mal negocio para Cataluña… hasta ahora

La afectación ha sido mayor en El Prat, porque el 40% de la operativa de este aeropuerto pasa por Vueling. Tanto la Generalitat como Fomento se han reunido con la cúpula de Vueling para instarles a que se tomen las medidas necesarias para mejorar el servicio.

Vueling apostó por El Prat cuando Iberia se retiró de este aeropuerto catalán en 2012. Entonces se entendió como un golpe centralista a Cataluña, pero el auge turístico de Barcelona, la moda de los vuelos 'low cost' y el éxito de la estrategia de Álex Cruz le dieron la vuelta a la tortilla. En 2015, El Prat registró un aumento del 5,7% más que el año anterior, para llegar a los 39,7 millones de pasajeros, de los que un 40% voló con Vueling. Solo estaba detrás de Madrid-Barajas, con 46,8 millones de pasajeros. Vueling, después de todo, no había sido un mal negocio para Cataluña… hasta ahora.

El mercado también reacciona

Los inversores (un actor importante para entender por qué este fin de semana la operativa ha saltado por los aires, dada la exigencia de beneficios comprometidos) también han sido sensibles a las últimas noticias de la compañía. En una sesión anodina para el Ibex 35 (-0,16%), IAG, la matriz donde se inserta Vueling, ha caído por encima de la media. El valor ha perdido este lunes un 1,39%, lo que deja la acción en los 4,47 euros por cada título.

La caída, aunque no es extremada, ha sido la tercera mayor registrada por el Ibex, solo superada por Mediaset y Gamesa. IAG lleva tiempo sufriendo en bolsa. La sesión posterior al Brexit le costó más del 25% de retroceso y vino acompañada de un aviso a la CNMV para advertir de que el retorno de beneficios de este año no alcanzará el objetivo propuesto. Después, otra caída de más del 17%, tímidas subidas y hoy vuelta al retroceso.

A los efectos del Brexit habrá que sumar ahora el posible daño en los números de Vueling. Las contingencias de estos días han obligado a gastos extraordinarios y al pago de indemnizaciones y sanciones, con lo que han reventado las apretadas costuras que Cruz le quiso poner a Vueling.

Álex Cruz era el chico maravilla de las líneas aéreas europeas. Había inventado la sopa de ajo de la aviación, el modelo 'low cost' que no parecía 'low cost'. Con la fusión de British Airways con Iberia, Vueling se mostraba como uno de los mayores activos de la compañía española. En 2015, se premió a Álex Cruz con el puesto de consejero delegado en British Airways. Ahora, la filial de IAG lo ha perdido todo en cuatro días de julio. El caos en el aeropuerto de El Prat le pasará factura y demuestra que el modelo milagro de Álex Cruz tenía los pies de barro.

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