Isidre Fainé, la senda de la banca alemana a una banca moderna, deja Caixabank

El hoy todavía presidente de CaixaBank, Isidre Fainé, deja la entidad bancaria después de 35 años convertida en algo muy diferente de aquella Caixa por la que fichó en 1981. No solo porque ha dejado de ser una caja de ahorros para convertirse en un banco del Ibex 35, sino también porque se ha abandonado una banca dependiente de las participadas industriales, tipo alemán, el modelo que había impulsado su predecesor, Josep Vilarasau, para ser una entidad financiera centrada en los servicios: banca electrónica, internet, tarjetas y, sobre todo, seguros.

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Marcos Lamelas. Barcelona

Fainé deja CaixaBank pero seguirá presidiendo Criteria -el 'holding' de participadas- y la Fundación Bancaria La Caixa. El próximo 10 de julio cumple 74 años. Ha pasado casi la mitad de este tiempo en La Caixa. Entre sus aportaciones, la revolución comercial, que puso a vender a través de la extendida red de oficinas de la primera caja de ahorros catalana y española todo tipo de productos financieros. Muchos de ellos, fuera de balance, como los fondos de inversión.

También hizo aportaciones en el ámbito de la cartera empresarial. Suya fue la idea de incorporar Acesa, que en aquel momento estaba quebrada. Pero conocía bien el potencial de la empresa, ya que había estado participada por Banco Unión, entidad de la que provenía Fainé y donde había ocupado el puesto de directo general. Acesa fue el germen de lo que hoy se conoce como Abertis.

Acesa, empresa que Fainé presidió, se convirtió en una máquina de hacer dinero. Era la época del triunvirato Fainé (con la maquina comercial), Antoni Brufau (llevando las empresas del grupo La Caixa) y Josep Vilarasau (tutelando las grandes alianzas estratégicas).

Vilarasau pretendía presidir La Caixa sucediendo a Juan Antonio Samaranch y que hubiese dos directores generales. No fue posible, en parte por la contumacia de un joven 'conseller' de Economía de la Generalitat que insistió en que se cumpliese la Ley de Cajas. Ese 'conseller' se llamaba Artur Mas. Así, en 1999, Fainé fue nombrado director general de La Caixa.

A partir de aquí, se empieza poco a poco a reorganizar la entidad para convertirla en un banco que pudiese competir en condiciones de igualdad con el BBVA o el Banco Santander. Apoyó a Ricard Fornesa en su giro social, pero lo centró en la Fundación, a la que se dotó de una aportación de 500 millones anuales.

Llegada a la presidencia

Tras la marcha de Fornesa en 2007, Fainé accede a la presidencia de la entidad. Ese mismo ejercicio se entra en el capital del banco chino Bank East of Asia. Y justo un año antes de la quiebra de Lehman Brothers, Criteria sale a bolsa. Es el primer paso para jugar en el mismo patio que su competencia: el mercado de valores.

Dos años después, Criteria cambia de nombre y se denomina CaixaBank. Y ya cuando la crisis del sistema financiero se hizo evidente, en 2010, Fainé asumió la presidencia de la CECA, de manera que la entidad había marcado el camino a otras entidades, como Bankia, BMN o KutxaBank, que dejaron de ser entidades de ahorro para convertirse en bancos.

En este proceso de consolidación del sistema bancario, CaixaBank fue muy activo en engordar su balance. Absorbió Caixa Girona y justo después ya se constituyó CaixaBank en 2011 tal y como se conoce hoy: un banco en el que las participadas ya solo eran dos: Repsol y Telefónica, mientras que el resto de inversiones industriales se segregaba a Criteria, una estructura más racional.

Crecimiento

Tras salir a bolsa, CaixaBank continúa con las absorciones. En 2012 se integra Banca Cívica y también Banco de Valencia. Y en 2014 se compra el negocio de Barclays. Ese mismo año, sus diferencias con Juan María Nin hacen que cese a este como consejero delegado del banco y Fainé nombra en su lugar a Gonzalo Gortázar, quien sigue hoy llevando el día a día de CaixaBank.

Pese a su voluntad de seguir al frente del banco, al final los cambios legales en Europa y el BCE y la necesidad de que La Caixa dejara de ser considerada como un grupo bancario global marcaron otro camino. De forma definitiva se impuso el imperativo legal de que o dejaba el banco o abandonaba la Fundación Bancaria La Caixa. Pero no podía seguir ocupando las dos sillas.

El calendario de la norma legal ha supuesto que le quede pendiente la opa sobre el banco portugués BPI, cuyo futuro se decidirá la próxima semana en Oporto.