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¿Y ahora qué? Los planes de contingencia de las empresas españolas saltan por los aires
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¿Y ahora qué? Los planes de contingencia de las empresas españolas saltan por los aires

La falta de hoja de ruta tras el Brexit, el debacle de la libra y la mala medición de riesgos han dejado cortos los planes de contingencia. Estas son las empresas más afectadas

Foto: Los planes de contingencia tratan de cubrir a las empresas frente a los riesgos
Los planes de contingencia tratan de cubrir a las empresas frente a los riesgos

El desorbitado efecto que está teniendo la decisión de los británicos de respaldar el Brexit se ha llevado por delante los planes de contingencia de las compañías españolas que más intereses tienen en Reino Unido y que ahora están trabajando contrarreloj para valorar los siguientes pasos a dar, con el agravante de que no existe una hoja de ruta clara y del efecto sorpresa que ha tenido el resultado de esta votación.

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Aunque este tipo de planes son confidenciales, todos tienen un denominador común, que es la cobertura ante un desplome de la libra, y una medición de riesgos que va en función de las expectivas que hay de que la balanza termine inclinándose en una u otra dirección, y el problema es que, en esta ocasión, las apuestas han fallado.

Entre las compañías españolas más expuestas a Reino Unido figuran Santander, que obtiene el 23% de su beneficio de las Islas; Ferrovial que tiene en Gran Bretaña su primer mercado (36% de las ventas) y adonde ha trasladado la sede de todo su negocio internacional, que supone el 72% de su negocio; Iberdrola, que posee la filial Scottish Power y obtiene ahí un tercio de su facturación; Telefónica ha quedado atrapada también en el país al no haber podido vender ante O2, que supone un 16% del negocio; mientras que IAG, la 'holding' dueña de Iberia, es una compañía más británica que española, con todo lo que ello supone.

Estas empresas habían experimentado importantes ganancias en las últimas jornadas, ante la confianza de los mercado de que finalmente iba a triunfar el no al Brexit, una percepción que se mantuvo hasta la madrugada española, ya que las encuentas anticipaban un éxito del 'remain'. Esto ha jugado en contra de los planes de contigencia, ya que la medición de los riesgos es inferior al resultado final.

El temido efecto dominó tras el Brexit

La ruptura con Europa también hace insuficiente la cobertura de la libra, ya que el problema es que este colchón suele hacerse sólo sobre una parte, que suele oscilar sobre el 40% o 50% y, además, la debacle de la moneda de la Gran Bretaña está sufriendo un duro castigo que le ha llevado a caer hasta un 8% frente al euro, un 11% frente al dólar y un 15% frente al yen.

"Todas las compañías tienen planes de contingencia, el problema es que, en el fondo, nadie se esperaba que fueran a ser necesarios, porque los mercados estaban descartan el triunfo del 'remain' y, además, el problema ha sido que, como nunca había habido un referendum como éste, nunca ha habido datos sobre cómo pueden variar las encuestas respecto al resultado real. Por tanto, el riesgo no se ha valorado claramente en los mercados y los resultados han sido sopresivos para todo el mundo", señala Juan Jesús Gómez Consilio, socio de Consilio Asesores Patrimoniales.

El futuro, un interrogante

Los siguientes pasos que vayan dándose respecto a cómo se estructure la salida de Reino Unido también tendrán impacto en las empresas españolas, muchas de las cuales ya han empezado a pedir que se cree un nuevo marco que afecte lo menos posible a las compañías. Un ejemplo es Iberdrola, que como miembro de la Mesa Redonda de Industriales Europeos (ERT, en inglés), suscribe el comunicado en el que se pide crear nuevas alianzas con Gran Bretaña.

Además, la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán está a la expectativa de ver qué ocurre con la petición de Escocia de convocar un nuevo referendum y permanecer en Europa, un escenario que, de cumplirse, jugaría en favor de los intereses de la eléctrica española. Por el momento, el mensaje de Galán es de compromiso con el país y ha señalado que "ScottishPower continuará invirtiendo en las redes y las energías limpias necesarias para asegurar el suministro en el Reino Unido”.

Sabadell es otra compañía española que se juega mucho con el futuro, ya que aunque las Islas, el pasado ejercicio, sólo representaron poco más de un 5% de su negocio, en este ejercicio esperaba obtener de ahí unos 200 millones de euros, entre el 20% y el 25% de su actividad, al integrar ya durante los 12 meses del año TSB. El problema es que esta cifra se verá directamente impactada por la caía de la libra, no así la inversión en la entidad británica, que según ha asegurado el banco está completamente cubierta. De hecho, el propio presidente Josep Oliu ha señalado que "el resultado de la consulta no cambia la estrategia de Banco Sabadell en Reino Unido".

En general, el mensaje que están transmitiendo las empresas más afectadas es de tranquilidad y confiar en que las negociaciones entre Reino Unido y Europa vayan más allá de los dos años iniciales que marcan los acuerdos comunitarios. El artículo 50 del Tratado de Lisboa dicta que el resultado del referendum no se activará hasta que el Ejecutivo británico lo notifique formalmente. A partir de ese momento, se abre un periodo de 24 meses, prorrogables a voluntad de Bruselas, para diseñar el nuevo marco.

De hecho, tanto Telefónica como Ferrovial han subrayado este plazo a la hora de lanzar un primer mensaje sobre lo que puede venir. La primera, para poner en valor su posición financiera actual, que, asegura, le permite aguantar dos años sin tener que tomar una decisión acelerada sobre las ventas de O2 y Telxius, aunque esto pone en serio peligro sus opciones para cumplir con el dividendo prometido. La segunda se ha comprometido a "mantener la presencia en el país, desarrollando con total normalidad sus actividades en aeropuertos, servicios, construcción y autopistas para sus usuarios y clientes".

La empresa ya había activado un programa de ahorros dirigido a mantener los márgenes en un entorno de menores contratos, plan que ahora se ve agravado por el negativo impacto que, se prevé, tendrá el Brexit para las arcas británicas, con una caída de su PIB que AXA IM estima que llevará al país a crecer un nulo 0,4% en 2017, frente al 1,9% anteriormente previsto, y que Citi cree que llevará a las islas a estar sumidas en crecimientos mínimos durante tres ejercicios.

A la espera de ver cómo se rehacen los números (Ferrovial confiaba en que el Brexit fracasara), en la hoja de ruta que el grupo ya tenía diseñada confiaba en poder compensar el impacto divisa con el incremento de la inflación que sufrirá el país y que se trasladará directamente a sus principales contratos en el país; y destinar los dividendos a reinversión en Reino Unido, para tratar de mitigar la caída de la libra.

Dentro de toda la incertidumbre que todavía existe sobre cómo se estructura el divorcio británico, IAG ha sido la primera en hablar en claro sobre el impacto del Brexit con el anuncio de un 'profit warning', debido a que "ya no prevé generar un incremento absoluto en el beneficio de las operaciones similar al registrado en 2015". Con este viaje, el grupo dueño de Iberia, Vueling y British Airways está marcando la ruta que pueden seguir muchos otros grupos.

El desorbitado efecto que está teniendo la decisión de los británicos de respaldar el Brexit se ha llevado por delante los planes de contingencia de las compañías españolas que más intereses tienen en Reino Unido y que ahora están trabajando contrarreloj para valorar los siguientes pasos a dar, con el agravante de que no existe una hoja de ruta clara y del efecto sorpresa que ha tenido el resultado de esta votación.

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