María José Álvarez, la heredera de Eulen, desoye a sus hermanos y no forma consejo

“Si no hay consejo, no puede haber consejeros”. La heredera universal del difunto empresario David Álvarez es administradora única de Eulen, y lo seguirá siendo a pesar de la insistencia de sus hermanos para formar un consejo de administración en el que estén representados como accionistas. María José ha dejado claro que en este momento no contempla mover ficha, si bien no descarta hablar "de lo que haga falta" en un futuro.

La presidenta ejecutiva de la multinacional que fundó su padre ha aprovechado la presentación del plan estratégico 2016-2021 para defender la legitimidad de su cargo. “Mi estancia en Eulen no es nueva, pues aquí he desarrollado mi vida profesional. Llevo 34 años en distintos puestos (vicepresidenta, por ejemplo) y con distintas responsabilidades”. Álvarez es la continuadora del proyecto “para cumplir con la última voluntad” de Don David, como era conocido en la compañía.

En su testamento expuso su deseo por “velar por la continuidad del grupo Eulen, garantizando la estabilidad del mismo y colocando su control en las manos más solventes”. Esas manos son las de María José, a quien designó como heredera universal para disgusto de sus otros cinco hijos. Marta, Elvira, Juan Carlos, Emilio y Pablo ya exigieron en la junta extraordinaria de accionistas celebrada en mayo tanto el cese de su hermana como su entrada en el consejo de administración, algo a lo que la presidenta ha hecho caso omiso.

La guerra fratricida comenzó en 2009, cuando el progenitor designó solo a dos de sus hijos (Jesús David y María José) como herederos universales de su fortuna y sacó a los otros cinco del control de la mayor empresa española de servicios al considerar que ellos trataban de apartarle a él. La creación de Daval SL, donde María José hoy tiene una participación total del 73,37%, sirvió para acumular sus acciones y las de su hija y blindar el poder político de la gran multinacional.

Los hermanos renuncian a entrar en el consejo

Los 'díscolos' se autocompraron un porcentaje de Eulen a través de El Enebro, una sociedad holding que tiene el 40% de Eulen y controla los negocios familiares de la cárnica Valles de Esla y la bodega Vega Sicilia. Hoy exigen la creación de un consejo de administración profesional “con independientes donde estén representados los accionistas -incluidos ellos-”, si bien renuncian a entrar personalmente para evitar (más) conflictos.

“No es lógico que una compañía con presencia en doce países y tan potente como Eulen esté manejada por un administrador único. Es absurdo que (los hermanos) estén apartados de la gestión” cuando su participación en el grupo asciende a más del 40%, explican fuentes próximas a la familia a este periódico.

"Es absurdo que una compañía tan potente como Eulen esté gestionada por un administrador único", argumenta el entorno de los hermanos

Incluso están dispuestos a aceptar a María José como presidenta si este gesto sirve para calmar las aguas. “No hay manera. Los hermanos tratan de buscar una solución pacífica, pero ella no quiere”. El entorno de los hermanos asegura que no ha habido ningún tipo de acercamiento en los últimos meses y lo achaca a la presidenta de Eulen.

La heredera universal no entra al trapo y dice desconocer los “intereses” o intentos de sus hermanos por recuperar el control de Eulen. “Los números no están creando inestabilidad”, asegura tras repasar el reparto de acciones. “En virtud de las disposiciones que Don David estableció en su testamento, queda totalmente garantizado y al abrigo de que intrigas externas pudiesen perturbarlo, el control del grupo en manos de su hija María José”, remarca un comunicado emitido por la firma.

Un plan estratégico para la compañía

Eulen se ha centrado en el saneamiento de sus cuentas en los últimos años para conseguir una posición financiera sólida que facilite el crecimiento. “Hemos reducido el endeudamiento neto en un 50%. Nos hemos cerrado un poco en época de crisis para poner orden en casa”, señala la presidenta.

Los últimos tres años también han servido para formar a más de 4.000 empleados en sectores estratégicos, sin dejar de lado la transformación digital. Los ejes del nuevo plan 2016-2021 pasan por mejorar la rentabilidad de la empresa, optimizar procesos para ganar en eficiencia, conservar los elementos diferenciadores y aumentar las ventas globales hasta 2.250 millones en 2021, un 50% más respecto a 2015.

La facturación total fue de 1.468 millones el año pasado, de la que 1.128 millones corresponden a España. Esto supone un aumento del 5,61% respecto a 2014. Eulen registró un resultado neto de 10,5 millones de euros, cinco millones y medio por debajo de lo previsto para 2021. La plantilla del grupo asciende a 86.079 personas en todo el mundo a cierre del año pasado, con unos 50.000 empleados en la península ibérica.

Este gigante de seguridad, limpieza y servicios tiene presencia en Portugal, Jamaica, México, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Colombia, Perú, Chile, Qatar, Emiratos Árabes y Estados Unidos, donde ha puesto el foco para seguir creciendo y donde ya ofrece servicios aeroportuarios. “Los requisitos de higiene en las administraciones públicas cada vez son mayores. Ahí tenemos mucho que aportar”, explica la presidenta. La compañía también busca cubrir nichos o actividades que no haya desarrollado todavía con nuevas adquisiciones o fusiones.