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El cierre de la frontera entre Túnez y Libia le cuesta 25 millones a Cementos Molins
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El cierre de la frontera entre Túnez y Libia le cuesta 25 millones a Cementos Molins

La cementera catalana ha tenido que depreciar sus activos en Túnez en 25 millones a causa del cierre fronterizo entre Túnez y Libia y la tensión política en la zona

Foto: Cementos Molins a las afueras de Barcelona. (Jorge Franganillo/Flickr)
Cementos Molins a las afueras de Barcelona. (Jorge Franganillo/Flickr)

La tensión política que se vive en el Norte de África empieza a pasar factura a las empresas españolas. Es el caso de la catalana Cementos Molins. La empresa va bien pero la cementera catalana ha tenido que depreciar sus activos en Túnez en 25 millones a causa, entre otros motivos, del cierre de la frontera entre este país y Libia, lo que ha perjudicado a las exportaciones de las dos compañías que el grupo tiene en el país árabe.

Cementos Molins cuenta con dos filiales en Túnez y ninguna en Libia, país que es el principal foco de desestabilización desde que cayó la dictadura de Muamar el Gadafi. Cementos Molins facturó en 2015 un total de 646 millones, un 20% más que en el año anterior. Y los beneficios se situaron en 50,8 millones, un 64% más que en el pasado ejercicio. Pero hubieran sido superiores sin los ajustes de Túnez, los mayores que ha hecho el grupo este año.

Fuentes de la compañía han sido más bien tibias a la hora de analizar esta valoración a la baja de los activos norteafricanos, si bien han reconocido que las perspectivas macroeconómicas de Túnez han sido las que han marcado el ajuste contable de la filial tunecina de cemento blanco Sotacib, la cual cerró 2015 con pérdidas de 7,2 millones y que acumula números rojos desde el año 2012. La otra filial tunecina Sotacib Kairouan, que hace cemento gris y no blanco, no ha tenido que imputarse ninguna depreciación.

En la memoria de Cementos Molins se apunta a causas de esta depreciación señalando de manera textual que “a pesar de la estabilidad político-social inicial fruto de las primeras elecciones democráticas en el país, varios factores están provocando una ralentización en el crecimiento del PIB. Los atentados terroristas continúan provocando graves perjuicios al sector turístico, uno de los principales sectores de la economía”.

Cementos Molins también denuncia los “incrementos de los costes regulados y continuación del control de los precios de venta en Túnez y dificultades arancelarias y sociopolíticas para la exportación a los países del entorno”, lo que sería otra consecuencia del cierre de las fronteras que se produjo con posterioridad al cierre de las cuentas del 2015.

Ajuste del 9%

Se ha ajustado el valor contable de la filial tunecina en un 9%, si se hace el cálculo de su valor en euros. “La diferencia entre el valor de los activos y el valor de los descuentos de flujos de caja supone un deterioro de 25,2 millones de euros, deterioro que ha sido asignado a inmovilizado material e intangible”, según consta en la memoria.

Los responsables de la empresa apuntan a que en “el entorno político en Túnez y los países vecinos rebaja las expectativas futuras a raíz del nuevo escenario”. El consejero delegado de Cementos Molins, Julio Rodríguez, ha descartado que la cementera española vaya a abandonar Túnez.

Apuesta por América Latina

Con este entorno, y con el consumo de cemento en España bajo mínimos situado por debajo de 1,5 millones de toneladas, la apuesta del grupo es crecer en las filiales de América Latina. Cementos Molins tiene la suerte de estar muy poco endeudada y de contar con filiales en países como Argentina, México y Colombia, que son ahora las que están generando el grueso tanto de las ventas como de los beneficios.

Entre 2016 y 2018 Cementos Molins prevé invertir en América Latina un total de 873 millones de euros, siendo esta zona la nueva prioridad para la compañía

Así, Cementos Molins ha anunciado un ambicioso plan de inversiones hasta el 2018, que suma inversiones por valor de 873 millones de euros; la mayor, 326 millones para una nueva fábrica de cemento en Colombia. Por tanto, la consigna geoestratégica parece clara: más Latinoamérica y menos Norte de África. El objetivo de la empresa, que celebró su junta de accionistas ayer, es ejecutar este enorme plan de inversión, muy grande para una empresa con un balance consolidado de 1.291 millones de euros, sin que el endeudamiento supere las dos veces el ebitda.

El objetivo de este plan de inversiones es aumentar la producción de cemento del grupo en 4,2 millones, para situarse por encima de en los 17 millones de cementos que la compañía de la familia Molins produce en todo el mundo. Un incremento del 30%.

La tensión política que se vive en el Norte de África empieza a pasar factura a las empresas españolas. Es el caso de la catalana Cementos Molins. La empresa va bien pero la cementera catalana ha tenido que depreciar sus activos en Túnez en 25 millones a causa, entre otros motivos, del cierre de la frontera entre este país y Libia, lo que ha perjudicado a las exportaciones de las dos compañías que el grupo tiene en el país árabe.

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