Wanda rebaja a 200 millones el Edificio España para evitar negociar con Carmena
El grupo chino está dispuesto a cerrar una venta rápida si alguno de los interesados pone encima de la mesa 200 millones, cifra a la que no se ha acercado ninguna propuesta
Como si de un juego de trileros se tratara, todos los implicados en la crisis del Edificio España están estudiando cada paso que dan para tratar de inclinar la balanza de su lado. Si la semana pasada fue la propia alcaldesa, Manuela Carmena, la que movió ficha al enviar una carta a Wanda Group, con unas propuestas insuficientes para el grupo chino y emplazándole a responder en un plazo de 15 días si estaba dispuesto a avanzar en este plan, ahora es la compañía de Wang Jianlin la que ha utilizado este guante para presionar a los compradores.
Dos meses después de haber abierto un proceso oficial de venta, el conglomerado asiático ha visto cómo las ofertas de precio que ha recibido distan mucho de los 265 millones que pagó a Banco Santander. Pero el tiempo apremia, sobre todo tras la misiva de la alcaldesa, ante lo que ha decidido rebajar el listón mínimo de las ofertas a los 200 millones de euros, según ha podido confirmar El Confidencial con fuentes de la compañía. Quien se comprometa a firmar este cheque se queda con el rascacielos.
Como ha ido publicando este medio, el grupo chino ha recibido muestras de interés de varios interesados, entre los que figura el 'holding' filipino Emperador, el estadounidense Hines, el 'family office' hongkonés Platinum, además de un fondo de origen francés. Ninguno de ellos ha puesto sobre la mesa más de 180 millones de euros, según fuentes conocedoras, pero la prioridad de Wanda sigue siendo vender, ante lo que ha optado por jugar la baza de Carmena para desprenderse del edificio por más de 200 millones.
"A partir de esta cifra, ya tendría sentido negociar", aseguran fuentes del grupo chino, que añaden que, si no logran su objetivo, entonces sí van a tener que recurrir al Ayuntamiento. "Si Carmena cede, aunque sea un poco -no tiene que ser toda la fachada-, podríamos retomar el proyecto", añaden desde Wanda.
Negociaciones en todos los frentes
Como adelantó el medio digital Bez, la alcaldesa ya ha tendido una mano al conglomerado asiático en esta dirección, al dejar abierta la puerta al "desmontaje y posterior reconstrucción" de partes de la fachada protegida, opción que contempla la normativa, si durante las obras se comprueba que por razones de seguridad esta es la mejor de las opciones.
Si Wanda acepta sentarse a negociar, el Ayuntamiento ha marcado un calendario acelerado para iniciar las obras cuanto antes, hasta el punto de que está dispuesto a aprobar el estudio de detalle en un plazo de 15 días, plazo que empezará a contar a partir de que la empresa acepte la misiva escrita el pasado 6 de abril.
A partir de ahí, se abriría otro periodo de 20 días de exposición pública, anuncios y alegaciones, previo a una aprobación definitiva en el pleno del consistorio del mes de junio, lo que significa que en julio se podría presentar ya la solicitud de licencia por fases, mientras que la licencia de obras global podría estar lista para finales de diciembre de este mismo año.
El consistorio, que ha puesto a Marta Higueras, experta en negociación, al frente de esta crisis, lo que ha hecho con esta carta ha sido tender un guante a Wanda, pero sin comprometerse a ninguna decisión polémica, ya que eso le supondría enfrentarse a sus bases. La jugada del Ayuntamiento consiste en dejar abierta la puerta a iniciar un proyecto en el que se irán concediendo licencias sobre la marcha e, incluso, se permitirá desmontar partes de la fachada, como manera de tratar, en una misma jugada, de recuperar la confianza de Wanda y de mostrar a los electores que son capaces de gestionar la crisis.
Para ello, el consistorio ha propuesto crear un grupo de trabajo mixto, formado por técnicos del Ayuntamiento y la empresa, que elaborará un programa de trabajo dirigido a garantizar el cumplimiento de los plazos establecidos. Pero solo eso; del fondo del asunto, más allá de la posibilidad de desmontar parcialmente la fachada y construir más plazas de aparcamiento, no se garantiza nada.
Aunque desde Wanda se ha recibido esta misiva con escepticismo, ya que apenas responde a ninguna de sus peticiones; pero el grupo también es consciente de que todo el ruido generado en torno al inmueble juega en contra del precio de venta, ante lo cual ha optado por tratar de lanzar también su propio órdago para conseguir un acuerdo rápido y, si este no es posible, al menos sabe que todo avance que logre con el consistorio le servirá para apagar fuegos y ganar argumentos con los que seguir negociando la venta.
Como si de un juego de trileros se tratara, todos los implicados en la crisis del Edificio España están estudiando cada paso que dan para tratar de inclinar la balanza de su lado. Si la semana pasada fue la propia alcaldesa, Manuela Carmena, la que movió ficha al enviar una carta a Wanda Group, con unas propuestas insuficientes para el grupo chino y emplazándole a responder en un plazo de 15 días si estaba dispuesto a avanzar en este plan, ahora es la compañía de Wang Jianlin la que ha utilizado este guante para presionar a los compradores.