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Bimbo congela la compra de Panrico por temor a la nulidad del ERE masivo
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nueve meses después de su anuncio

Bimbo congela la compra de Panrico por temor a la nulidad del ERE masivo

La mexicana aún no ha cerrado la adquisición del fabricante de Donuts a la espera de la decisión del Tribunal Supremo sobre el ERE que afectó a 745 trabajadores

Foto: Concentración de trabajadores frente a la factoría de Bimbo en Palma de Mallorca. (EFE)
Concentración de trabajadores frente a la factoría de Bimbo en Palma de Mallorca. (EFE)

Casi 10 meses después de que la mexicana Bimbo anunciase la compra de la española Panrico, la transacción sigue sin cerrarse. Al contrario, el grupo latinoamericano, dueño de marcas como la propia Bimbo, Silueta, Pantera Rosa o Tigretón, ha asegurado que la adquisición del fabricante de Donuts aún está pendiente de la decisión del Tribunal Supremo sobre el futuro de los 745 despedidos en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que el fondo de capital riesgo Oaktree ejecutó a finales de 2013 para hacer viable la compañía.

Bimbo acordó con Oaktree dos condiciones suspensivas para cerrar la compraventa de Panrico por 190 millones, anunciada oficialmente el 9 de julio del pasado año. Una era la obtención del visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC), la cual autorizó la operación a finales de octubre. Aunque oficialmente no lo hizo público, la otra estaba relacionada con el recurso presentado ante el Tribunal Supremo por Comisiones Obreras y CGT contra la sentencia de la Audiencia Nacional de mayo de 2014, organismo que estimó parcialmente los argumentos de la compañía.

Según las cuentas públicas de Panrico, presentadas el pasado 16 de marzo, el futuro de la compañía está pendiente del citado recurso de casación, tal y como expone KPMG, el auditor de la sociedad. La firma asegura que existe una incertidumbre sobre la decisión del Supremo que, en el caso de ser negativa, pondría en grave riesgo la viabilidad del grupo. En el caso de que lo declarase nulo y que exigiese la readmisión, el dueño de Bollycao debería ampliar su plantilla en cerca de un 55%, un aumento de los costes laborales que condenarían a la empresa a unas pérdidas insuperables. El ajuste laboral no solo consistió en la aplicación de un ERE para 745 trabajadores, sino también en un recorte de la nómina del 18% y el cambio de las condiciones de los transportistas autónomos, que implicó la reducción de las rutas y la extinción de 300 puestos de trabajo.

Fuentes próximas a Bimbo se temen lo peor, porque la Audiencia Nacional ya ha declarado injustificados 155 despidos adicionales, los acordados para 2015 y 2016, al considerar que no se ajustan a derecho. La compañía no ha hecho ninguna provisión, ya que espera de sus asesores legales una resolución favorable. Pero el comprador mexicano no las tiene todas consigo y no prevé una sentencia firme hasta al menos el verano. Por lo tanto, hasta ese momento, no cerrará la adquisición, con la pérdida del coste de oportunidad que ello supone. El caso del ERE de Coca Cola acrecienta el temor.

De hecho, no se descarta que el precio de la operación se tenga que revisar en función de los números actualizados de Panrico, que en 2015 progresaron de forma sustancial desde el punto de vista operativo. El fabricante de Donettes perdió 2,43 millones de euros a nivel consolidado, frente a los números rojos de 5,51 millones de 2014, lo cual erosionó aún más su patrimonio negativo, hasta los 3,80 millones. Pero tanto las ventas como el ebitda o beneficio operativo dieron síntomas de mejoría.

Buenos resultados

La cifra de negocio alcanzó los 260,7 millones, frente a los 258,4 millones del ejercicio precedente, lo que para la empresa fue “un cambio de tendencia”, debido fundamentalmente al crecimiento del consumo y “al freno del trasvase de ventas de productos de marca propia respecto a productos de marca de distribuidores”. Un año antes, su facturación había caído un 13%, en 38 millones. Por su parte, el ebitda ascendió en 2015 a 9,39 millones, frente a los 1,97 de 2014, fruto de la “exitosa implantación de los planes de negocio”, basados principalmente en los ajustes laborales y de salarios.

“La consecución y consolidación de las citadas reducciones de costes han sido la base para la mejora de la productividad y rentabilidad de la sociedad, lo que ha permitido la reevaluación de las proyecciones de negocio para los próximos ejercicios por parte de la dirección y el consejo de administración”, asegura Panrico en su reciente informe anual. Los despidos han permitido disminuir en ocho millones los gastos corrientes de gestión.

En Bimbo también están muy pendientes de la evolución del mercado de la alimentación en España, muy ligado a la respiración de la economía, como demuestra que en 2015 el mercado de alimentación, bebidas y productos de higiene y limpieza del hogar creciera en aproximadamente un 1%, al tiempo que el PIB lo hacía en cerca de un 3%. El sector de la bollería aumentó en un 2%, mientras que el del pan de molde subió un 1,5%. Si como reconoce el propio Gobierno los datos macroeconómicos se enfrían, los resultados del grupo podrían sufrir las consecuencias. Bien lo sabe Bimbo México, que en 2014 tuvo que inyectar más de 100 millones en su filial española por el impacto de la crisis.

Casi 10 meses después de que la mexicana Bimbo anunciase la compra de la española Panrico, la transacción sigue sin cerrarse. Al contrario, el grupo latinoamericano, dueño de marcas como la propia Bimbo, Silueta, Pantera Rosa o Tigretón, ha asegurado que la adquisición del fabricante de Donuts aún está pendiente de la decisión del Tribunal Supremo sobre el futuro de los 745 despedidos en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que el fondo de capital riesgo Oaktree ejecutó a finales de 2013 para hacer viable la compañía.

Oaktree KPMG Tribunal Supremo
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