PwC toma ventaja sobre Deloitte y KPMG como futuro auditor de Telefónica

La comisión de auditoría y control de Telefónica ha seleccionado a PwC como futura empresa auditora de la compañía para un periodo inicial de tres años a partir del próximo ejercicio de 2017. La firma que preside Gonzalo Sánchez es, en estos momentos, la principal favorita para sustituir a E&Y, que ha sido la entidad encargada de analizar los estados financiaros y contables de Telefónica durante toda la última década. El relevo viene impuesto como consecuencia de la entrada en vigor de la nueva Ley de Auditoría aprobada en julio con el requisito para las entidades de interés público, incluidas sobre todo las sociedades cotizadas, de cambiar obligatoriamente de auditor cada 10 años.

El concurso para la búsqueda del nuevo auditor de Telefónica se inició a finales de noviembre, cuando el presidente de la compañía, César Alierta, remitió las primeras cartas de emplazamiento a PwC, Deloitte y KPMG, las tres grandes firmas del sector con experiencia suficiente y capacidad demostrada para contratar el servicio. Según fuentes conocedoras del proceso, la valoración técnica de las ofertas muestra mucha igualdad, sobre todo en lo que se refiere a la puntuación registrada por PwC y Deloitte, que serían las dos ofertas finalistas. De ahí que la decisión de la comisión de auditoría no se quiera dar todavía por oficial ni definitiva, y que sea preciso esperar a las deliberaciones del consejo de administración de la multinacional española, que se celebrará en los primeros días de abril. Esta semana, la balanza puede decantarse, no obstante, en la reunión previa que tiene convocada la comisión delegada de Telefónica. El acuerdo será posteriormente sometido a la aprobación de la junta de accionistas prevista para junio.

La carrera para obtener la auditoría de Telefónica está poniendo a prueba la fortaleza del equipo directivo que encabeza Alierta para no caer en las presiones de los distintos ‘lobbys’, que harían las delicias de la CNMC si realmente se supiera cómo se las gastan algunos de los antiguos dirigentes políticos en España. Para evitar malas tentaciones y no escuchar los distintos 'cantos de sirena', la plana mayor de la compañía ha declinado cualquier tipo de información interna que pudiera condicionar la resolución de la comisión de auditoría y control que preside el empresario catalán Carlos Colomer, viejo amigo del presidente de Telefónica y que ejerce como consejero independiente de la empresa desde el año 2001.

La auditoría de Telefónica supone un ‘premio gordo’ de más de 20 millones de euros. El contrato será por tres años ampliable a los 10 máximos que fija la ley

El contrato de Telefónica es uno de los principales y más codiciados objetivos de las grandes firmas del sector. Para las denominadas Big Four, la referencia que supone la primera operadora española, con ramificaciones tanto en Europa como en Latinoamérica, constituye un sello de calidad internacional que califica con nota muy alta la imagen y reputación de marca en el mercado global de auditoría. El proyecto supone en todo caso un más que interesante pellizco desde el punto de vista económico, pues no en vano la auditoría completa del Grupo Telefónica representa cada año una facturación de cerca de 21 millones de euros. La operadora que preside César Alierta ha sido junto a Iberdrola la principal empresa afectada por la Ley de Auditoría, y en ambos casos la peor parte se la ha llevado E&Y, firma que acumulaba nueve años seguidos trabajando para la compañía eléctrica que preside Ignacio Galán.

Iberdrola eligió en diciembre a KPMG, que ha ido mejorando en los dos últimos años su cuota de mercado en España. De forma paralela, la adjudicación de Telefónica consolidará a PwC en una posición realmente envidiable, sobre todo teniendo en cuenta que esta firma ha obtenido hace escasos meses los contratos de Bankinter y Banco Santander, ambos en sustitución de Deloitte. El caso Bankia ha supuesto un serio revés para Deloitte en su tradicional negocio de auditoría, pero no es menos cierto que la pérdida de contratos en este segmento de actividad permitirá a la sociedad que preside Fernando Ruiz abordar otros proyectos en materia de consultoría, dado el nivel de incompatibilidades establecido por la nueva ley, que impide terminantemente mezclar ambos servicios con un mismo cliente.

Las puntuaciones de las distintas ofertas han estado muy reñidas, al punto de existir prácticamente un empate entre las valoraciones de PwC y Deloitte

Entre las empresas que han abordado la designación de nuevo auditor, destaca como la más reciente Enagás. La compañía energética presidida por Antonio Llardén hizo público en febrero su acuerdo con E&Y, la misma firma que en 2013 había conseguido la cuenta de Gamesa. Otras sociedades cotizadas que se han anticipado igualmente a la Ley de Auditoría impulsada por el ministro Luis de Guindos y que han cambiado en los últimos años a su proveedor para el análisis de cuentas son Mapfre y Red Eléctrica, ambas en favor de KPMG.

El baile de auditores se intensificará en un futuro con una serie paulatina de relevos que supondrán una reestructuración a fondo del mapa sectorial, dominado tradicionalmente en España por las Big Four. Una vez descontado el ‘gordo’ de Telefónica, los nuevos y más importantes premios que están por salir de aquí al verano corresponden a BBVA y ArcelorMittal. En conjunto, el pastel de la auditoría que reparten las 35 empresas del índice selectivo bursátil supone al año cerca de 190 millones de euros.