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La devaluación de Venezuela vuelve a poner en guardia a las empresas españolas
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La devaluación de Venezuela vuelve a poner en guardia a las empresas españolas

Un febrero más, y ya van cuatro seguidos, Venezuela ha reformado su sistema cambiario. Telefónica, Meliá o Repsol están pendientes de los detalles para cifrar el posible impacto

Foto: El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, durante la comparecencia en la que anunció la reforma cambiaria. (Reuters)
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, durante la comparecencia en la que anunció la reforma cambiaria. (Reuters)

En febrero de 2013, devaluó la divisa un 46,5%. En febrero de 2014, introdujo un nuevo sistema cambiario que también suponía una pérdida de valor de la moneda nacional. Y lo mismo ocurrió en febrero de 2015. Venezuela llevaba tres febreros seguidos modificando tanto el valor de su moneda, el bolívar, como los distintos sistemas a los que se cambia. Tras esta trayectoria, febrero de 2016 no podía ser ninguna excepción. Y no lo ha sido. En la noche del miércoles al jueves, Nicolás Maduro anunció una reforma cambiaria con las ramificaciones y complicaciones de costumbre y con la consiguiente preocupación para las empresas extranjeras presentes en el país, entre las que figuran varias españolas, como Telefónica, BBVA, Repsol, Mapfre o Meliá.

La decisión del Gobierno venezolano implica dos novedades. Por un lado, devalúa el cambio principal del bolívar fuerte desde los 6,3 bolívares por dólar, la referencia vigente desde febrero de 2013, hasta los 10 bolívares. Es decir, una devaluación del 37%. Y por otro, reduce los tres sistemas vigentes hasta ahora -Cencoex, a esos 6,3 bolívares y que rige para productos como medicinas y alimentos; Sicad, a 13 bolívares, y Simadi, que partió hace un año a 172 bolívares y ya ha caído hasta los 203 bolívares- para dejarlos en dos: el sistema protegido para determinados productos al nuevo cambio de 10 bolívares y un nuevo sistema complementario flotante que sucede a Simadi. Junto a ellos, y fuera de los cauces oficiales, permanece el 'dólar blue' o paralelo, que supera los 1.000 bolívares.

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Pese a la magnitud de la devaluación, del 37%, para los bancos de inversión no es suficiente. "Desde nuestro punto de vista, está claro que este movimiento no es suficiente para favorecer la entrada de dólares y financiar las emisiones del Gobierno, y todavía implica una sobrevaloración de la moneda", aseguran desde Citi. En su opinión, la devaluación tendría que haber sido más acusada, hasta los 25-30 bolívares por dólar. Desde Bank of America Merrill Lynch, y según recoge Bloomberg, también juzgan que "la devaluación en el tipo oficial está lejos de lo que sería necesario para restaurar el equilibrio en el mercado para las divisas extranjeras". En concreto, destacan la notable brecha existente entre los distintos tipos de cambio que sigue incentivando el arbitraje y distorsionando el mercado y el abastecimiento de divisas extranjeras.

A la espera de más detalles

El nuevo viraje cambiario no coge por sorpresa ni pasa desapercibido para las empresas españolas con negocios en el país. De hecho, dos de ellas, como BBVA y Mapfre, han revisado las valoraciones de sus activos en el país a un cambio que se mueve entre el que existía ahora con el Simadi -esos 200 bolívares aproximadamente- y el 'dólar blue' -1.000 bolívares-.

En su Informe anual de 2015, BBVA detalla que aplicó un cambio de 469 bolívares por euro, cuando el cambio a final de año se movía en torno a los 216 bolívares por euro. La entidad especifica la definición de ese cambio por la alta inflación del país, que su servicio de estudios estimaba en el 170% a finales de 2015. Esta decisión se ha traducido en un impacto negativo de 122 millones de euros en el patrimonio neto de BBVA y de dos millones de euros en el resultado neto.

Mapfre realizó un ejercicio similar. Aplicó un tipo de cambio de 425,8 bolívares por dólar, una referencia que ha mermado el patrimonio neto de la aseguradora en 45,2 millones de euros y el resultado neto, en 10,1 millones.

Tras ambas compañías, ahora llegará el turno de las otras dos grandes empresas españolas con intereses en Venezuela. Se trata de Telefónica y Repsol, que presentarán sus cuentas de 2015 la próxima semana.

En el caso de la operadora de telecomunicaciones, las sucesivas devaluaciones de los últimos años se han traducido ya en un impacto negativo próximo a los 8.000 millones de euros en su patrimonio neto desde 2010. En el segundo trimestre de 2015, la compañía presidida por César Alierta se adaptó a Simadi a un cambio de 197 bolívares y la incógnita reside en si seguirá los pasos de BBVA y Mapfre y aplicará un tipo de cambio más conservador, una vez que ya conoce la última reforma de Maduro y la sensación de que el bolívar seguirá soportando presiones bajistas.

En cuanto a la petrolera Repsol, su caso es diferente. Primero, porque se maneja en dólares; y segundo, porque pertenece a un sector estratégico que hasta ahora se ha movido dentro del tipo de cambio principal de Cencoex. Fuentes de la compañía aseguran que, por el momento, "es muy pronto para saber el impacto que puede tener esta reforma, porque aún no se saben los detalles ni si habrá algún tratamiento concreto para el sector de hidrocarburos". En 2013, cuando el tipo de cambio principal se devaluó un 32%, hasta los 6,3 bolívares, la petrolera estimó un impacto negativo de 158 millones de euros.

Desde febrero de 1999, cuando Hugo Chávez llegó a la presidencia, el bolívar se ha depreciado un 95% si se considera el nuevo cambio de 10 bolívares, un 99,7% si se toma el cambio de Simadi y un 99,9% si se toma el 'dólar blue'.

En febrero de 2013, devaluó la divisa un 46,5%. En febrero de 2014, introdujo un nuevo sistema cambiario que también suponía una pérdida de valor de la moneda nacional. Y lo mismo ocurrió en febrero de 2015. Venezuela llevaba tres febreros seguidos modificando tanto el valor de su moneda, el bolívar, como los distintos sistemas a los que se cambia. Tras esta trayectoria, febrero de 2016 no podía ser ninguna excepción. Y no lo ha sido. En la noche del miércoles al jueves, Nicolás Maduro anunció una reforma cambiaria con las ramificaciones y complicaciones de costumbre y con la consiguiente preocupación para las empresas extranjeras presentes en el país, entre las que figuran varias españolas, como Telefónica, BBVA, Repsol, Mapfre o Meliá.

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