Merrill Lynch desnuda a Telefónica: no podrá pagar el dividendo prometido
El banco de negocios cree que 2016 será un año difícil para la operadora y para sus accionistas, los cuales podrían ver reducida un 33% la retribución por los problemas de caja y el impacto de las divisas
Bank of America Merrill Lynch se ha convertido en el ogro para los grandes valores del Ibex 35. Si en septiembre dinamitó Repsol con un informe demoledor, ahora cuestiona el “enmascarado crecimiento operativo” anunciado por Telefónica en la presentación de los resultados del tercer trimestre. El banco de inversión considera que la operadora presidida por César Alierta no está tan fuerte como parece y, lo más importante, no genera la caja suficiente para abonar el dividendo prometido.
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David Wright, que en la última conferencia de resultados tuvo un destacado careo con el consejero delegado de Telefónica, José María Álvarez Pallete, expone en un informe publicado el pasado viernes 8 de enero que la mejoría del 4,8% del beneficio operativo (OIBDA por las siglas en inglés) venía dada por operaciones corporativas y venta de activos inmobiliarios. Sin tener en cuenta estas transacciones, el resultado hubiera decrecido, tendencia que ha continuado en el último trimestre del pasado año.
El analista de Bank of America Merrill Lynch, que firma el informe junto a Parin Shah, cree que Telefónica se enfrenta a un trepidante 2016 por las dudas sobre la evolución de los ingresos en España ante la guerra del fútbol en televisión, la ralentización del crecimiento en Alemania y la incertidumbre sobre Latinoamérica, especialmente Brasil. Una coyuntura que se traducirá en un descenso del 5% del beneficio operativo por el impacto de las divisas.
Según sus cálculos, Telefónica no podrá abonar los 0,75 euros en metálico en concepto de dividendo por acción a los que se comprometió con los inversores
Pero lo más destacado del análisis de 17 páginas es que Bank of America Merrill Lynch cree que, según sus cálculos, Telefónica no podrá abonar los 0,75 euros en metálico en concepto de dividendo por acción a los que se comprometió con los inversores en la última junta general de accionistas. La compañía aprobó el pasado 12 de junio que a partir de 2016 cambiará el pago del dividendo combinado con papeles -'scrip dividend' de 0,35 euros- y dinero líquido de 0,40 euros, por uno completo en 'cash' (0,75 euros), una forma de intentar volver a la normalidad después de que en 2012 lo suspendiera por primera vez en su historia, cuando distribuía 1,5 euros por título.
Pero para el banco de negocios americano, Telefónica no podrá cumplir su promesa incluso aunque cierre la venta de la británica O2 a Hutchinson Wampoa por 14.000 millones, operación que está pendiente de aprobación por parte del tribunal de la competencia de la Unión Europea. La sentencia final se conocerá el próximo 22 de abril. BoAF cree que finalmente saldrá adelante. La operadora había condicionado el pago del citado dividendo al cierre de la desinversión.
Para el banco estadounidense, Telefónica tiene que destinar 800 millones a prejubilaciones y abonar el interés de las emisiones de bonos híbridos lanzadas entre 2013 y 2014 por 4.000 millones, sin que la compañía vaya a registrar una mejora sustancial del capital circulante. Un escenario que lleva a los analistas de Bank of America Merrill Lynch a estimar que el dividendo que recibirán en los próximos años los accionistas del grupo estará en el entorno de los 0,50 euros por título, un 33% menos que lo anunciado por César Alierta.
De confirmarse, el recorte sería un duro golpe para los inversores de Telefónica, que actualmente cotiza al nivel más bajo en dos años y medio, en consonancia con buena parte del Ibex. Una previsión que contrasta con la última aseveración de Ángel Vilá, director financiero de la compañía, que en la presentación de resultados del tercer trimestre (6 de noviembre) confirmó los objetivos financieros de la multinacional y el mantenimiento de la retribución al accionista para este ejercicio.
Con estos factores, Bank of America Merrill Lynch ha recortado el precio objetivo para Telefónica hasta los 9,1 euros por acción, estimación que reduce hasta los 8,7 euros si se tiene en cuenta la depreciación del valor de algunas de sus filiales, como Telefónica Deutschland y la brasileña Vivo. La operadora cotiza actualmente a 9,6 euros, tras dejarse un 5,7% en lo que va de año.
Bank of America Merrill Lynch se ha convertido en el ogro para los grandes valores del Ibex 35. Si en septiembre dinamitó Repsol con un informe demoledor, ahora cuestiona el “enmascarado crecimiento operativo” anunciado por Telefónica en la presentación de los resultados del tercer trimestre. El banco de inversión considera que la operadora presidida por César Alierta no está tan fuerte como parece y, lo más importante, no genera la caja suficiente para abonar el dividendo prometido.
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