España, referencia europea en tratamientos de reproducción asistida

Concebir un hijo es cada vez más difícil. Al menos en España, ya que se estima que existen un millón de personas con problemas de infertilidad. El principal factor es el aplazamiento de la maternidad, cuya edad media se establece en 31 años según el informe 'Técnicas de reproducción asistida en 2015', de la Asociación pro Derechos Civiles, Económicos y Sociales (Adeces). Debido a la alta demanda, el número de centros ha crecido en un 28,5% en el último año. En total, se contabilizan 361 entre públicos y privados, siendo estos últimos los más numerosos (269).

La competencia en el mundo de la reproducción asistida en España es alta. Lo saben bien el doctor Miguel Ruiz y la doctora Carmen Calatayud, matrimonio fundador de Crea, una clínica de referencia en la Comunidad Valenciana. “Lo primero que nos distingue es la filosofía de la empresa, nosotros no somos un 'lowcost' ni queremos serlo, porque ofrecemos la mejor calidad en base a los resultados. Centros similares a los nuestros tienen menos empleados, pero nosotros somos 40 para mejorar la atención a los pacientes”, reconoce el doctor Ruiz.

La legislación española en este ámbito es una de las más permisivas de la Unión Europea, por lo que un gran número de mujeres extranjeras realiza aquí su tratamiento. El porcentaje es tan alto que en Crea, por ejemplo, disponen de un departamento de atención internacional. “La ley española es menos restrictiva que en otros países, en España se puede hacer diagnóstico genético, se puede hacer donación de óvulos, una mujer sin pareja masculina puede quedarse embarazada...”.

El proceso no es un camino de rosas, los efectos psicológicos que provoca son ansiedad, depresión, culpa e, incluso, aislamiento del entorno. Los doctores Ruiz y Calatayud fundaron la clínica para suavizar las reacciones adversas del tratamiento. “Nos mueve el poder ofrecer un trato más cercano a las pacientes y, a la vez, poder dar las mejores opciones en cuanto a éxito en caso de embarazo, lo llamamos calidad esencial, ofrecemos lo mejor pero de la forma más sencilla posible para cada caso”.

La innovación tecnológica en el campo y los buenos resultados que los avalan no podrían llevarse a cabo sin una correcta estrategia digital que los comunique. Índicex ha sido para Crea la herramienta que les ha facilitado esta tarea. “Tenemos una estrategia digital que está bien definida y la ventaja de la herramienta es que te permite contrastar en qué cosas estás bien o no, y sobre todo tiene una visión externa que te oriente”, reconoce Ignacio Cabrera, responsable de Control de Negocio.

El proceso de fertilización

El punto de inicio de un proceso de fertilización siempre es el estudio. Un primer diagnóstico que debe incluir tanto al hombre como a la mujer para elaborar un historial médico y descartar enfermedades. “Lo más sencillo es la inseminación artificial, son casos en los que el semen presenta algún problema, sin llegar a ser ineficaz. Se calcula exactamente el momento en que la mujer va a ovular, se hace una concentración de semen de los mejores espermatozoides y estos son depositados en el útero. Se realiza en la consulta y es lo más sencillo”. Si la calidad del esperma no es demasiado buena o la mujer presenta obstrucción en las trompas o baja calidad ovacitaria, se realiza la fecundación 'in vitro'.

Los últimos y más importantes progresos han tenido lugar en el proceso de congelación de los embriones. El proceso de vitrificación mantiene la capacidad de implantación, por lo que actualmente se recomienda introducir los embriones de uno en uno. De esta forma, se evitan las complicaciones que presentan los embarazos con dos y hasta tres cigotos.