La CNMC rota a sus consejeros para que la resaca electoral no inflame el cisma interno

La Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) ha esperado hasta el último instante para cumplir el requisito legal que exige la rotación de consejeros entre las dos salas de Competencia y de Regulación que componen la estructura orgánica de la entidad. El objetivo de este movimiento de tierras no es otro que reforzar el modelo corporativo que dio origen al llamado 'Supervisor mayor del Reino' y evitar la configuración de departamentos estancos que compliquen la unidad y eficacia en la actuación de un organismo que fue creado para integrar a todas las viejas y ya desaparecidas comisiones sectoriales de regulación.

La decisión, adoptada a partir de un sorteo entre aquellos vocales que tienen aún dos años de mandato, supondrá el trasvase automático de los dos consejeros vinculados respectivamente a los grupos nacionalistas de Cataluña y del País Vasco que se incorporaron a la CNMC procedentes de la extinta Comisión Nacional de la Energía (CNE). Idoia Zenarruzabeitia, vinculada al PNV y que llegó a ser vicelehendakari del Gobierno vasco, pasará de la sala de Competencia a la de Regulación. El mismo camino, pero en dirección inversa, será recorrido por Josep María Guinart, comisionado desde hace años en materia de regulación económica por obra y gracia de la antigua CiU.

Más importante si cabe que estos relevos es el traslado de Fernando Torremocha desde la sala de Competencia a la de Regulación. La rotación de este consejero se hará efectiva cuando la CNMC concluya el proceso de renovación que afecta a otros tres vocales cuyos mandatos expiraron el pasado mes de septiembre. Desde esa fecha tanto María Ortiz, como Eduardo García Matilla y Diego Rodríguez trabajan en funciones como miembros plenarios de la CNMC. La primera lo hace en la sala de Competencia que preside el propio titular del organismo regulador, José María Marín Quemada, en tanto que los otros dos pertenecen a al sala de Regulación tutelada por la vicepresidenta de la CNMC, María Fernández.

Marín Quemada ha conseguido que Torremocha, uno de sus consejeros más hostiles, salte de la sala de Competencia y pase a la de Regulación

La rivalidad entre los dos primeros espadas de la entidad ha complicado hasta el último momento todo el programa de rotación de los consejeros de la CNMC, pero lo cierto es que el sorteo para efectuar los cambios ha favorecido las expectativas de Marín Quemada, quien ha conseguido sacudirse de su sala de Competencia a uno de los vocales más hostiles como es el citado Torremocha. El consejero en tránsito se ha mostrado especialmente beligerante por sus votos particulares contra el criterio del presidente, poniendo de manifiesto el cisma interno que caracteriza las actuaciones del organismo regulador casi desde el mismo momento de su creación hace ahora poco más de dos años.

El relevo definitivo de los tres vocales 'caducados' va a suponer una prueba de fuego para la CNMC a partir de la constitución del nuevo Parlamento y el eventual Gobierno que surja tras los pactos postelectorales. El ministro de Economía, Luis de Guindos, no ha querido sacar ventaja del momento de tránsito a una nueva legislatura y ha decidido que los nombramientos de los futuros consejeros sea acordado de común acuerdo por las fuerzas políticas mayoritarias que a partir de ahora harán valer el voto de los españoles en el Congreso de los Diputados. La Ley de Defensa de la Competencia faculta la posibilidad de una renovación de mandatos pero no parece que las intenciones de la CNMC vayan por esos derroteros.

Todos para todo pero no todos para uno

En un principio los planes pasan por el relevo de Matilla y Rodríguez, que serían sustituidos por dos nuevos comisionados a repartir entre las dos salas de Competencia y de Regulación. Más factible se antoja la continuidad en el cargo de María Ortiz, unas de las principales colaboradoras de Marín Quemada. En este escenario, el presidente de la CNMC podrá disponer de un grupo mucho más cohesionado en la sala de Competencia, cuya alineación estará compuesta en adelante por Benigno Valdés, Josep María Guinart, la citada María Ortiz y uno de los dos nuevos consejeros que se pretende designar en el primer trimestre del próximo año.

La sala de Regulación, bajo la dirección de María Fernández, sufrirá una reestructuración mucho más profunda ya que adoptará cambios de hasta tres vocales sobre un total de cinco. Uno sería el nuevo consejero procedente del exterior en tanto que los otros dos son los ya mencionados dirigentes asignados anteriormente a la sala de Competencia, Idoia Zenarruzabeitia y Fernando Torremocha. La quinta consejera es Clotilde de la Higuera, abogada del Estado y que hasta su incorporación a la CNMC era la responsable del servicio jurídico del propio Ministerio de Economía.

Los movimientos internos en la cúpula del organismo único de regulación fuero adoptados el pasado miércoles, día 16, aunque a día de ayer todavía no habían sido publicados en el BOE, tal y como establece la normativa vigente. El Pleno de la CNMC aprobó además un régimen general de manera que las permutas se efectúen con fecha de 1 de enero y se lleven a cabo siempre en los años pares con efectos en el ejercicio siguiente. El plan consiste en que todos los consejeros sepan a qué atenerse y cambien de sala al menos una vez a lo largo de su mandato. La CNMC trata de poner en valor sus esencias como organismo único demostrando que sus máximos responsables son profesionales disciplinados que están dispuestos a desempeñar su labor en el puesto que la autoridad y la necesidad requieran.