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La CNMV declara ‘alerta máxima’ en Abengoa para evitar un nuevo caso Pescanova
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MODELO CALCADO DE RESCATE

La CNMV declara ‘alerta máxima’ en Abengoa para evitar un nuevo caso Pescanova

El plan de rescate que los representantes de Abengoa negocian con los bancos es una copia, aumentada y corregida, del llevado a cabo hace tres años por Pescanova

Foto: Una torre de Abengoa en la planta solar de Sanlúcar la Mayor. (Reuters)
Una torre de Abengoa en la planta solar de Sanlúcar la Mayor. (Reuters)

El departamento de Informes Financieros y Corporativos de la CNMV ha abierto una investigación de carácter quirúrgico sobre la contabilidad oficial de Abengoa con el fin de evitar sorpresas desagradables que puedan derivar en un segundo caso Pescanova. El organismo regulador quiere establecer su propio certificado de garantía y despejar las sospechas de eventuales irregularidades de cara al rescate que ahora se negocia con las entidades financieras, y cuyo proceso está siguiendo un desarrollo equivalente al llevado a cabo hace casi tres años por el grupo pesquero radicado en Galicia.

La auditoría especial de la CNMV es dirigida al máximo nivel por el titular de la citada dirección técnica, Eduardo Manso, y pone de manifiesto la situación de ‘alerta máxima’ que Abengoa ha generado en la entidad que preside Elvira Rodríguez. El actual momento político, con unas elecciones generales a tres días vista, ha motivado que el regulador encienda todas las alarmas para obtener un diagnóstico preciso de la situación, al margen de los datos cruzados entre los representantes y expertos financieros que trabajan estos días para la empresa y sus bancos acreedores.

La estructura societaria de Abengoa, con cientos de empresas subsidiarias vinculadas a proyectos en el exterior, ofrece un perfil demasiado parecido al de Pescanova, lo que no ha hecho sino exacerbar los recelos del mercado. Las advertencias sobre la viabilidad de la compañía emitidas a última hora por los auditores de Deloitte, unidas a la marcha atrás del grupo Gestamp en su anunciado plan de compra, han disparado el celo supervisor de la Comisión de Valores para no convertirse en el tradicional ‘empedrao’ al que luego siempre se echan las culpas que no tienen remedio.

El cuadro clínico de Abengoa es equivalente en su naturaleza al de Pescanova con la diferencia de que la deuda es ahora, como mínimo, diez veces más grande

Las comparaciones con Pescanova, aunque puedan resultar odiosas a simple vista, tienen también un lado positivo si se observa el desenlace favorable que ha tenido la multinacional gallega. El grupo pesquero parecía destinado a la liquidación cuando en abril de 2013 presentó suspensión de pagos con una deuda superior a los 1.000 millones de euros y una posición nula de liquidez que obligaba a encontrar cauces urgentes de financiación para atender las necesidades de circulante. Los bancos terminaron aportando 56 millones en un crédito puente que facilitó la supervivencia de la compañía y el posterior acuerdo con los acreedores bancarios.

La situación de Abengoa es más delicada, por cuanto el grupo requiere fondos frescos entre un mínimo de 100 millones de euros y un máximo de 450 para encarar con ciertas garantías el periodo de tránsito abierto tras la la declaración del preconcurso de acreedores, que termina el próximo 28 de marzo. Los encargados de negociar con los bancos tratan ahora de aquilatar las líneas de liquidez indispensables con el fin de no espantar definitivamente a los acreedores. La cifra manejada por la dirección de la empresa en sus reuniones con los sindicatos se sitúa en no menos de 210 millones de euros, de los que un 10% correspondería a nuevas aportaciones públicas procedentes del ICO.

Las acciones de Abengoa Yield son la garantía efectiva que puede ofrecer el grupo sevillano para obtener financiación puente en los próximos cuatro meses

El principal apoyo de Abengoa para llegar a una primera solución de compromiso es el Banco Santander que, desde un principio, ha estado pilotando el proceso de rescate desde que afloraron públicamente las dificultades financieras de la compañía este verano. La entidad que preside Ana Botín quedó al margen de la operación de salvamento de Pescanova tras vender sus créditos en la multinacional gallega, y su principal objetivo consiste precisamente ahora en que el resto de bancos españoles no sigan el mismo ejemplo en Abengoa. El peso de la enorme deuda corporativa que acumula la multinacional sevillana ayuda lo suyo, porque las entidades financieras están mucho más pilladas que en el grupo gallego.

Los bancos han estado resistiéndose como gato panza arriba a incrementar su riesgo en Abengoa, pero todo hace indicar que las primeras dotaciones de recursos se van a hacer efectivas en una cantidad que permita pagar al menos las nóminas de los trabajadores. La empresa ha ofrecido a sus acreedores españoles acciones de la filial en Estados Unidos, Abengoa Yield, que servirán como garantía colateral para evitar un colapso financiero en las próximas semanas. El compromiso siguiente pasa por elaborar un plan de negocio, que implicará un recorte de actividades con el ajuste de plantilla y la venta de activos como contrapartida para recapitalizar la empresa mediante la conversión de deuda en acciones.

El plan de viabilidad deberá ser presentado a mediados de enero, según la hoja de ruta elaborada de común acuerdo por el banco de inversión Lazard y la consultora Álvarez&Marsal, que trabajan para Abengoa. Los bancos cuentan con el asesoramiento de KPMG, que hace ya dos meses se encargó de preparar el informe de situación a instancias de la propia empresa. En el supuesto de que exista un acuerdo definitivo dentro de un mes, y a tenor de los intereses que más convengan a las entidades financieras, no se descarta que la empresa pueda solicitar el concurso de acreedores como mecanismo de protección de los bancos acreedores. De momento, la suspensión de pagos parece descartada antes de finales de año porque nadie está en condiciones de asumir nuevas provisiones dentro del presente ejercicio. Los problemas inherentes a la gran banca española constituyen, de momento, la mejor tabla de salvación a la que se está agarrando Abengoa.

El departamento de Informes Financieros y Corporativos de la CNMV ha abierto una investigación de carácter quirúrgico sobre la contabilidad oficial de Abengoa con el fin de evitar sorpresas desagradables que puedan derivar en un segundo caso Pescanova. El organismo regulador quiere establecer su propio certificado de garantía y despejar las sospechas de eventuales irregularidades de cara al rescate que ahora se negocia con las entidades financieras, y cuyo proceso está siguiendo un desarrollo equivalente al llevado a cabo hace casi tres años por el grupo pesquero radicado en Galicia.

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