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Telefónica pone en marcha el 'contrato del siglo' para buscar nuevo auditor en 2017
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CERCA DE 70 MILLONES ANUALES

Telefónica pone en marcha el 'contrato del siglo' para buscar nuevo auditor en 2017

La multinacional española ha enviado a Deloitte, PwC y KPMG las cartas preliminares para la convocatoria del concurso que supondrá el relevo de EY como auditor del grupo que preside Alierta

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Telefónica acaba de dar el pistoletazo de salida para buscar un nuevo auditor que releve a EY (antigua Ernst&Young) como responsable del análisis externo de las cuentas de la compañía durante un periodo que previsiblemente se extenderá a lo largo de los próximos 10 años. El ‘contrato del siglo’ de la auditoría supone un exquisito manjar al que realmente solo pueden concurrir con ciertas garantías los otros tres grandes competidores del sector, como son Deloitte, PwC y KPMG. Todos ellos recibieron la pasada semana las primeras cartas de emplazamiento por parte de la compañía que preside César Alierta.

[Lea aqúi: 'Alierta deja la presidencia de Telefónica y será sustituido por Álvarez-Pallete']

Los honorarios anuales de Telefónica en materia de auditoría están estimados en 68,37 millones de euros, de acuerdo con los datos correspondientes al pasado ejercicio de 2014. La exigencia recientemente establecida por el Gobierno obliga a todas las entidades de interés público a rotar de auditor cada 10 años y fija el periodo de los nuevos contratos entre un mínimo de tres y un máximo de 10. En otras palabras, el adjudicatario de Telefónica tendrá acceso a una tarta estimada entre 200 y casi 700 millones de euros, lo que hace de este concurso una de las operaciones más importantes en la historia del mercado de auditoría en España.

Telefónica es la empresa del Ibex 35 más directamente afectada por la Ley de Auditoría aprobada el pasado mes de julio a instancias del ministro de Economía, Luis de Guindos. La nueva regulación está orientada con el propósito de impulsar un nuevo marco de competencia que contribuya además a garantizar la independencia en las relaciones de las grandes firmas del sector con sus clientes en España. De ahí los requisitos para forzar el cambio de auditor dentro de un esquema que, curiosamente, resulta bastante contradictorio si atendemos al régimen transitorio vinculado a la normativa española.

Las directivas y reglamentos comunitarios a los que obedece la ley española plantean una singular paradoja, ya que los contratos con una antigüedad superior a los 20 años tendrán una prórroga de otros cinco, hasta junio de 2020. Es más, en los casos de empresas que llevan trabajando con la misma firma de auditoría más de 11 años pero menos de 20, el plazo para efectuar la rotación se extiende hasta junio de 2023. La obligación de cambio se requiere, sin embargo, de manera automática a las entidades que no han cumplido los 10 años de contrato con el mismo auditor y afecta de manera directa a las que están más cerca de llegar a dicha frontera temporal, como es el caso de Telefónica.

El plan de Telefónica consiste en aprobar el cambio de auditor en la próxima junta general de accionistas que se celebará en la primavera del año que viene

La primera multinacional española cumplirá en 2016 una década completa en su relación de auditoría externa con EY, por lo que ha decidido elevar a su próxima junta general el acuerdo preceptivo para nombrar un nuevo proveedor. El objetivo es resolver el concurso con tiempo suficiente y antes de que comience el ejercicio de 2017, que estará sometido al control del futuro revisor de cuentas. La ley faculta la opción de trabajar con dos auditores de manera simultánea a lo largo de los próximos cuatro años, siguiendo la tendencia adoptada por Francia para fomentar la competencia a las Big Four (Deloitte, PwC, KPMG y EY) que ahora copan el mercado a nivel global.

La solución de coauditoría no parece la más efectiva y si acaso podría aplicarse de modo experimental para facilitar el relevo en una labor extraordinariamente compleja, dado el perímetro de actividad que abarcan Telefónica y sus numerosas filiales repartidas por todo el mundo. La operadora quiere asegurar una transición ordenada entre los profesionales de EY y los nuevos que habrán de incorporarse a la labor auditora dentro de un año aproximadamente. Los pliegos de la licitación se distribuirán a los tres concursantes en las próximas semanas con el fin de proceder acto seguido a una serie de encuentros y entrevistas técnicas que permitirán disponer de información completa y reservada para presentar las ofertas a la vuelta de navidades.

Relevos en Iberdrola, Santander y Bankinter

Este mismo proceso se encuentra en una fase mucho más avanzada en el caso de Iberdrola, la otra gran sociedad cotizada no financiera a la que la Ley de Auditoría 'pillaba a contrapelo' en su contrato de auditoría. Al igual que en el caso de Telefónica, el gran perdedor del obligado relevo es EY, que ha sido el auditor de Iberdrola durante los últimos nueve años. La compañía que preside Ignacio Sánchez Galán destinó a honorarios de auditoría más de 20 millones en 2014 y el nuevo contrato por un mínimo de tres años podría adjudicarse antes incluso de finales de año con dos grandes aspirantes destacadas como son KPMG y PwC.

Deloitte también se presenta al concurso de Iberdrola pero su tradicional vinculación como auditor de ACS complica las posibilidades de ganar el contrato, sobre todo teniendo en cuenta la gran batalla societaria que enfrentó hasta hace poco a la eléctrica con el grupo constructor que preside Florentino Pérez. Deloitte ha sido otra víctima propiciatoria de la nueva Ley de Auditoría, tras perder el contrato de Bankinter, con el que llevaba nueve años trabajando, y el más importante del Banco Santander, que anunció el cambio de auditor en junio pese a que no estaba forzado a hacerlo. Los dos grupos financieros han contratado para los próximos tres años a PwC.

Telefónica acaba de dar el pistoletazo de salida para buscar un nuevo auditor que releve a EY (antigua Ernst&Young) como responsable del análisis externo de las cuentas de la compañía durante un periodo que previsiblemente se extenderá a lo largo de los próximos 10 años. El ‘contrato del siglo’ de la auditoría supone un exquisito manjar al que realmente solo pueden concurrir con ciertas garantías los otros tres grandes competidores del sector, como son Deloitte, PwC y KPMG. Todos ellos recibieron la pasada semana las primeras cartas de emplazamiento por parte de la compañía que preside César Alierta.

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