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Marlboro apaga el cigarrillo
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lanza tabaco un 90% menos tóxico

Marlboro apaga el cigarrillo

Philip Morris International ha confiado gran parte de su futuro a Iqos, un tabaco cuyos estudios preliminares señalan que es un 90% menos tóxico que el cigarro tradicional. Marlboro se reinventa

Foto: Cajetillas de Marlboro.
Cajetillas de Marlboro.

La primera calada es la que mejor sabe. Por mucho que pueda llegar a espantar esta afirmación, todo aquel que sea, o haya sido fumador, sabe que el momento de sacar un cigarrillo de la cajetilla, coger el mechero, encederlo y absorber es, sencillamente, especial. Y lo dice una exfumadora, una más de los millones de españoles que han dejado este hábito desde que en 2011 entró en vigor la conocida como Ley Antitabaco.

España se situaba así a la cabeza de la lucha contra este hábito, un movimiento de no retorno que está obligando a las grandes compañías a replantearse sus estrategias y a reinventarse. Haciendo caso a la máxima "si no puedes con tu enemigo, únete a él", el líder del sector, Philip Morris International (PMI), fabricante de Marlboro, lleva una década investigando productos alternativos que reduzcan el riesgo de padecer enfermedades, un daño que se produce, principalmente, por la combustión que genera ese 'placer' de encender el cigarrillo.

Una década y 2.000 millones de dólares de inversión después, los 430 científicos de 40 nacionalidades distintas que trabajan en El Cubo, el centro de investigación que PMI tiene en Neuchatel (Suiza) para desarrollar productos con potencial de riesgo reducido (PRR), han creado Iqos, prototipo que podría definitrse como el tabaco del futuro, ya que a diferencia del cigarrillo tradicional, no se enciende ni combustiona, sino que se calienta electrónicamente, pero salvaguarda gran parte de la experiencia de fumar.

Como puede verse en la fotografía, este PRR se compone de dos partes, una que parece un bolígrafo y que es el calentador que permite accionar Iqos, y el tabaco propiamente dicho, cuya apariencia es similiar a un cigarro tradicional, con su filtro, su papel blanco y el tabaco en el interior, solo que la mitad de largo que el clásico pitillo y al que PMI ha bautizado como 'heatstick'. Este se introduce dentro del calentador, que permite fumar durante unos seis minutos con una sensación muy parecida a la tradicional, ya que salvaguarda gran parte del sabor.

Aunque desde PMI se muestran muy cautos a la hora de hablar de los resultados de sus investigaciones, estas, por el momento, indican que este prototipo es un 90% menos tóxico que el tradicional e, incluso, una de sus fases de investigación ha sido ya contrastada con la americana FDA (Food and Drug Administration). A estos buenos resultados se suma la experiencia con consumidores reales que realizó en 2013 y que superó sus expectativas, lo que llevó a la compañía a acelerar sus planes de comercialización.

Las investigaciones de PMI apuntan a que estos productos son un 90% menos tóxicos, estudios pendientes de ser avalados por autoridades sanitarias

Así, un año después, se hizo un lanzamiento piloto en Nagoya (Japón) y Milán (Italia), países donde se ha comenzado ya la venta de Iqos, a la espera de la verdadera prueba de fuego que llegará en 2016 con el arranque de sus planes de expansión. Para poder abordarlos, la multinacional ha destinado 670 millones a la construcción de una fábrica de PRR cerca de Bolonia (Italia), cuya capacidad productiva, junto con la de las instalaciones piloto existentes, alcanzará los 30.000 millones de 'sticks' anuales, aproximadamente, el 5%-6% de las ventas europeas del tabaco, según los datos que maneja PMI.

La gente seguirá fumando

Aunque parece lógico pensar que la multinacional esté realizando todas estas inversiones para reinventarse y adaptarse a la nueva realidad de una sociedad que reivindica los espacios sin humo ni colillas, desde la compañía insisten en el discurso de que les mueve la evidencia de que la gente va a seguir fumando y que lo responsable es ofrecer productos menos dañinos.

Diversas autoridades en salud pública, como la Fundación Americana del Cáncer, estiman que en los próximos 20 años seguirá habiendo 1.000 millones de fumadores en todo el mundo. Además, menos del 3% consigue abandonar el hábito, según el departamento de salud del Reino Unido. “A pesar de los esfuerzos para fomentar que los fumadores abandonen el hábito, muchos continuarán fumando. Para estos fumadores adultos, estamos desarrollando y evaluando alternativas con un potencial riesgo reducido”, señala Tommaso di Giovanni, responsable de comunicación del área de PRR de Philip Morris Internacional.

Estas cifras chocan con el objetivo del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, que se ha marcado como reto conseguir que en 2040 la prevalencia del consumo de tabaco sea menor del 5% en España. Un listón muy ambicioso, ya que según esta misma organización, cuatro años después de la entrada en vigor de la Ley Antitabaco, cerca del 24% de la población española continúa fumando, así como el 20% en Reino Unido o el 12% de Alemania.

Los PRR pueden terminar jugando un papel muy importante a la hora de decidir hacia dónde terminará inclinándose la balanza, si hacia apenas un 5% de población fumadora o hacia un porcentaje mucho más elevado, ya que si se confirma que son menos nocivos, no solo resultarán atractivos para quienes quieren seguir fumando, sino también para aquellos que intentan dejar el vicio sin éxito, porque tendrán una alternativa de menor riesgo.

Un estudio realizado por la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC) detectó que casi la mitad de los encuestados que se declaraban fumadores (el 46,3%) había intentado dejar el tabaco desde la entrada en vigor de la nueva Ley Antitabaco, dato que indica la importante bolsa de potenciales clientes que puede llegar a tener PMI con sus productos de riesgo reducido. De hecho, la multinacional confía en que los PRR representen entre un 10% y un 15% de su negocio en los próximo cinco o 10 años, según ha confesado el propio consejero delegado del grupo, Andre Calantzopoulos.

La apuesta de la multinacional por los PRR va más allá de Iqos e incluye otras tres familias de productos, que denomina plataformas: un prototipo de tabaco como Iqos, menos avanzado en su desarrollo y que trata de replicar también la estética del cigarrillo, y dos modelos de cigarrillos electrónicos, que contienen nicotina pero no tabaco.

La prueba de fuego

Pero, para conseguir este objetivo, el fabricante de Marboloro necesita que las autoridades sanitarias certifiquen que, efectivamente, sus productos derivados del tabaco son un 90% menos dañinos que el cigarrillo tradicional, tal y como están indicando por el momento sus investigaciones. Según anunció la propia compañía la pasada primavera, su intención es solicitar a la FDA la aprobación de Iqos, examen al que prevé someterse antes de terminar este año.

Por el momento, Estados Unidos ya ha puesto en marcha una normativa específicia para este tipo de productos, paralela a la correspodiente a los cigarrillos tradicionales y a los productos más medicinales, como son los parches de nicotina. Si PMI logra el visto bueno de la FDA, además de tener el respaldo de las autoridades, lo que daría carta de naturaleza al dato de que este tabaco es un 90% menos dañino, también podría apelar a una menor tributación para estos nuevos productos, precisamente por tener un efecto nocivo menor.

Hasta la fecha, la compañía cuenta con más de 1.000 patentes concedidas y más de 2.000 solicitudes pendientes de nuevos desarrollos de productos relacionados con los PRR, unas credenciales que le hacen tener esperanzas. Si logra su objetivo, Marlboro podrá decir que ha llegado el momento de apagar el cigarrillo... para empezar a calentarlo.

La primera calada es la que mejor sabe. Por mucho que pueda llegar a espantar esta afirmación, todo aquel que sea, o haya sido fumador, sabe que el momento de sacar un cigarrillo de la cajetilla, coger el mechero, encederlo y absorber es, sencillamente, especial. Y lo dice una exfumadora, una más de los millones de españoles que han dejado este hábito desde que en 2011 entró en vigor la conocida como Ley Antitabaco.

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