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El presidente de Agbar: "Se puede perder inversión por el bloqueo de las instituciones"
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El presidente de Agbar: "Se puede perder inversión por el bloqueo de las instituciones"

Ángel Simón alerta de la necesidad que tiene el país de acometer una inversión importante de aproximadamente 20.000 millones para renovar la infraestructura de las aguas residuales

Si hay una empresa española por antonomasia que al mismo tiempo conoce perfectamente qué opinan los inversores extranjeros sobre la inestabilidad política en España, es Aguas de Barcelona (Agbar), la compañía propiedad de la francesa Suez Environnement, a su vez participada por Caixabank. Su presidente, Ángel Simón, el único extranjero en el órgano de dirección de la multinacional gala, habla con claridad sobre los últimos acontecimientos políticos y económicos en un encuentro con El Confidencial, con la colaboración de PwC.

A Simón le preocupa lo mismo que al resto de las empresas: “la inestabilidad” derivada de la atomización de los ayuntamientos de las principales ciudades de España, como Madrid y Barcelona, y de los parlamentos autonómicos. “Si se tiene en cuenta que tras el 27-S hay dos instituciones que están bloqueadas, el resultado es que no se están tomando decisiones y que se están perdiendo oportunidades de inversión”.

Para el presidente de Agbar, las empresas buscan marcos políticos y ecosistemas económicos estables para decidir si se abre una nueva línea de negocio o se hace una inversión adicional en una división concreta ya existente. No obstante, el ejecutivo descarta que los nuevos partidos emergentes lleven a cabo las medidas más extremas incluidas en sus programas electorales. En especial, las relativas a la expropiación de servicios que fueron privatizados, lo que se conoce como 'remunicipalización' de bienes como la luz o el agua.

Simón asegura que no ha habido ninguna petición en este sentido del regulador, que es el área metropolitana de Barcelona y no el Ayuntamiento de la Ciudad Condal, y que su compañía siempre ha estado al lado de la Administración y abierta a cualquier negociación dentro del marco regulatorio y legalidad vigentes. Considera que estar dentro de España y de la Unión Europea es toda una garantía para el grupo y para sus clientes.

Como miembro del órgano de dirección de Suez Environnment, Simón sostiene que desde Francia se alaban las reformas económicas acometidas por el Gobierno de España, al tiempo que les cuesta concebir que una región pueda independizarse de un Estado. Desde su punto de vista, para Suez, España es un país que pertenece a Europa, que se ha desarrollado de forma favorable en los últimos años y en el que se garantiza la seguridad jurídica.

Dentro de esta coyuntura, lo más importante para Simón es la necesidad que tiene el país de acometer una inversión importante de aproximadamente 20.000 millones para renovar la infraestructura de las aguas residuales, tanto desde la calidad de las aguas como de la reutilización. “La mejor forma de hacer frente a estas necesidades del Estado español es una participación entre el sector público y el sector privado, y ahí Agbar estará presente como siempre lo ha estado”, afirma el consejero delegado.

Inversión e innovación

Las empresas españolas, insiste Simón, han de apostar por la innovación como palanca de progreso. En el caso de Aguas de Barcelona, esta se produce en tres áreas: alimentación-agricultura, energía-agua y nuevas tecnologías. Tres áreas que suponen, al mismo tiempo, sus tres desafíos globales. La habilidad para manejar las herramientas no implica talento, y la innovación viene precisamente de dicho talento. “Hay que promocionarlo”.

En este sentido, Juan Ramón Ramos, socio de PwC, explica que el sector del agua en España, como en todo el mundo, está afrontando la complejidad de la situación económica, en un contexto de déficit de infraestructuras, por lo que se necesita una inversión sustancial desde el punto de vista público. En su opinión, ha habido un gran avance en el uso racional de este bien básico en los hogares, lo que representa un 20% del consumo total, gracias a las campañas de concienciación ciudadana. Pero asegura que hay mucho por hacer en el sector de la agricultura y de la industria, donde aún se producen muchas fugas que provocan pérdidas de grandes cantidades de agua, un problema que requiere una profunda modernización de la red.

Si hay una empresa española por antonomasia que al mismo tiempo conoce perfectamente qué opinan los inversores extranjeros sobre la inestabilidad política en España, es Aguas de Barcelona (Agbar), la compañía propiedad de la francesa Suez Environnement, a su vez participada por Caixabank. Su presidente, Ángel Simón, el único extranjero en el órgano de dirección de la multinacional gala, habla con claridad sobre los últimos acontecimientos políticos y económicos en un encuentro con El Confidencial, con la colaboración de PwC.

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