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La banca da por bueno el nuevo impuesto para no tener que ampliar capital
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LAS MÁS AFECTADAS, LAS NACIONALIZADAS

La banca da por bueno el nuevo impuesto para no tener que ampliar capital

Los bancos están más que satisfechos con la solución alcanzada para salvar sus 40.800 millones de créditos fiscales a cambio de un impuesto de 419, porque así no tendrán que ampliar capital

Foto: Reunión de Guindos y la comisaria europea Margrethe Vestager en mayo para tratar los DTA. (EFE)
Reunión de Guindos y la comisaria europea Margrethe Vestager en mayo para tratar los DTA. (EFE)

"El nuevo impuesto son 'peanuts", afirman alegremente en una importante entidad española, que está encantada de tener que pagar la parte que le corresponde de esta tasa a cambio de eliminar la incertidumbre que pesaba hasta ahora sobre su cotización por la posibilidad de que la Comisión Europea considerase ayudas de Estado los créditos fiscales de la banca. Sobre todo porque, en ese caso, el sector habría tenido que ampliar capital de forma masiva. El nuevo impuesto se aplicará sobre todo a las entidades nacionalizadas, mientras que los más beneficiados por el fin de la incertidumbre son Bankia y Sabadell.

"¿Qué son 400 millones cuando salvas 28.000? El sector está encantado de pagar un 1,5%, que apenas va a tener impacto en sus resultados, porque consigue dos grandes beneficios: acabar con la amenaza de que Bruselas los anulara y con el riesgo de tener que levantar ese capital si finalmente los declaraba ayudas de Estado", explican en otra entidad. Por tanto, todos contentos: el Gobierno puede vender electoralmente que aprieta las clavijas a la banca -como pretende hacer con las cláusulas suelo de las hipotecas, donde está buscando fórmulas para eliminarlas- y esta, encantada porque se sale con la suya pagando un peaje mínimo.

El Ministerio de Economía confirmó ayer la salvación definitiva de los créditos fiscales (activos fiscales diferidos, DTA por sus siglas en inglés) de la banca en Bruselas, tal como adelantó El Confidencial en agosto. Ahora bien, esta salvación tiene truco: para contentar a la Comisión Europea y como arma electoral, los bancos tendrán que pagar como peaje un nuevo impuesto que supondrá unos 419 millones, según el departamento de Luis de Guindos.

Con esta tasa, los bancos podrán seguir computando como capital 28.000 de los 40.800 millones en DTA (los que se generaron por entidades que estaban en pérdidas, luego no pagaron por ellos a Hacienda para poder recuperarlos después). El Ejecutivo admite que ha negociado con Bruselas, que esta ha dado su visto bueno y que, en consecuencia, se elimina toda la incertidumbre sobre la cuestión. Algo que los analistas y los bancos han recibido de muy buen grado, ya que dichas dudas eran uno de los motivos -junto a la citada cuestión de las cláusulas suelo o los bajos márgenes- de la pobre evolución bursátil de la banca española comparada con la del resto de Europa.

Las rescatadas como Abanca pagarán más

Aunque el impuesto no supone apenas impacto para el sector en su conjunto sí puede tenerlo para algunas entidades concretas. Lógicamente, las que generaron más créditos fiscales cuando estaban en pérdidas son las que más pérdidas tuvieron en lo peor de la crisis (2012), es decir, las rescatadas con dinero público. Y dentro de ellas, el tributo afectará más a aquellas con menores beneficios, como Abanca o BMN. Hay que tener en cuenta que la antigua Novagalicia disparó su beneficio el año pasado gracias en parte a la activación de estos DTA, y si no paga el impuesto, tendría que restárselo ahora. También afectará a Catalunya Banc y Unnim (ahora integradas en BBVA) y a Banca Cívica (ahora en Caixabank). Y, por supuesto, a Bankia.

Precisamente, la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri es el ejemplo claro de entidad que saldrá muy beneficiada por la salvación de los DTA por mucho que tenga que pagar el nuevo tributo, ya que es el banco del Ibex con más créditos fiscales en su capital: unos 5.500 millones, el 6,3% de los activos ponderados por riesgo según cálculos de N+1. Le supera otra antigua caja cotizada, Liberbank, con el 7% de los APR, y por detrás aparece Sabadell, con el 6,2%. Fuera de las cotizadas, prácticamente el 100% del capital de Abanca son DTA, y el 90% en el caso de BMN.

¿Qué son los DTA?

Los DTA son créditos contra la Hacienda pública procedentes de las fuertes provisiones realizadas en los años de la crisis para sanear la exposición inmobiliaria y las aportaciones a planes de pensiones (son gastos que realizaron las entidades pero que no son deducibles en el Impuesto de Sociedades), y se restarán de los impuestos que pagarán las entidades en los próximos años.

Ahora bien, su recuperabilidad dependía de que la entidad tuviera beneficios en el futuro para pagar todos esos impuestos, por lo que las normas de solvencia de Basilea III obligaban a restarlos del capital. Para evitarlo, los distintos gobiernos nacionales, incluido el español, garantizaron su recuperación íntegra aunque no se alcance el nivel de beneficios necesario. Y esa garantía es lo que había cuestionado la Comisión Europea por si constituían ayudas de Estado y lo que ahora se resuelve mediante el nuevo tributo. De esta forma, las entidades podrán mantener como capital todos sus DTA.

"El nuevo impuesto son 'peanuts", afirman alegremente en una importante entidad española, que está encantada de tener que pagar la parte que le corresponde de esta tasa a cambio de eliminar la incertidumbre que pesaba hasta ahora sobre su cotización por la posibilidad de que la Comisión Europea considerase ayudas de Estado los créditos fiscales de la banca. Sobre todo porque, en ese caso, el sector habría tenido que ampliar capital de forma masiva. El nuevo impuesto se aplicará sobre todo a las entidades nacionalizadas, mientras que los más beneficiados por el fin de la incertidumbre son Bankia y Sabadell.

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