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CLH mira de reojo a Repsol para estirarse con su opa de exclusión a cerca de 45 euros
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LA PETROLERA VENDE TAMBIÉN SU 10% DE LA ANTIGUA CAMPSA

CLH mira de reojo a Repsol para estirarse con su opa de exclusión a cerca de 45 euros

La sociedad que preside José Luis López de Silanes se ha encontrado con un imponderable que le obligará a subir el precio de 39,46 euros propuesto inicialmente

Foto: Miembros de la Policía Nacional controlan los accesos a la Compañía Logística de Hidrocarburos en Tarragona el 10/06/2008. (EFE)
Miembros de la Policía Nacional controlan los accesos a la Compañía Logística de Hidrocarburos en Tarragona el 10/06/2008. (EFE)

Las circunstancias han superado las condiciones de la opa de exclusión anunciada a finales de junio por la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), la empresa heredera del antiguo monopolio de petróleos gestionado por la vieja Campsa. La sociedad que preside José Luis López de Silanes se ha encontrado con un imponderable que le obligará a subir el precio de 39,46 euros propuesto inicialmente porque Repsol ha abierto un proceso para la venta de su 10% de CLH que podría derivar en ofertas cercanas a los 45 euros por acción.

La posibilidad de que la petrolera salga de CLH a un importe superior al que ésta última está dispuesta a pagar a sus accionistas minoritarios no tendría una buena lectura en el mercado, aparte de que obligaría a la CNMV a tomar cartas en el asunto. No se olvide que el organismo regulador que preside Elvira Rodríguez tiene que avalar la operación y determinar si el llamado precio equitativo es el adecuado a la hora de dar carpetazo a la cotización en bolsa. La dirección de CLH es consciente de la situación creada y todo hace indicar que deberá estirarse mirando de reojo a Repsol si quiere llevar a buen puerto la operación.

La CNMV aprobó la admisión a trámite de la opa de exclusión de CLH el pasado 15 de julio, si bien el hecho relevante difundido por la presidenta del organismo en delegación de todo el consejo señalaba que dicha aceptación “no supone pronunciamiento alguno sobre la resolución relativa a la autorización de la oferta, o cualquiera de sus términos o condiciones”. La entidad encargada de velar por el buen funcionamiento de los mercados de valores se curaba en salud ante la evolución de unos acontecimientos que exigían todas las cautelas como ha quedado al final claramente demostrado.

Repsol posee poco más de siete millones de títulos de CLH y el mercado estima que la petrolera puede obtener 300 millones de euros por su venta

La irrupción de Repsol ha puesto de manifiesto cierta cicatería a la hora de cuantificar el valor de la compañía pese a que CLH ha situado la opa en la parte más alta de la horquilla establecida en el informe de valoración efectuado por KPMG, que estimaba la operación entre un mínimo de 34,92 euros y los 39,46 ofrecidos de partida. La propuesta está limitada a un total de 598.790 acciones que representan un escaso 0,85% del capital y supondría en sus términos originales un coste de poco más de 23,5 millones de euros.

El planteamiento de CLH ha provocado la reacción airada de algunos minoritarios que, como ya informó El Confidencial, han dirigido sus protestas a la CNMV con el fin de forzar un gesto de ‘mayor generosidad’ por parte de la empresa emisora de la oferta. Las críticas vertidas sobre el método de valoración elegido para fijar el precio ha sido objeto de controversia pero más allá de los enfrentados análisis subjetivos que puedan hacer los obligados vendedores lo que verdaderamente rascará el bolsillo del comprador es la aparición en escena de Repsol como protagonista de excepción.

El objetivo de la primera petrolera española no es otro que desprenderse definitiva y totalmente de su participación del 10% en CLH, una operación que incluso podría servir de aperitivo al plan estratégico con el que Repsol piensa encarar el más inmediato desarrollo corporativo dentro de un mercado natural claramente en rebajas. La caída de la cotización internacional del petróleo exige la venta o el ajuste de los negocios no directamente afectos al ‘core business’ y la posición accionarial en la antigua Campsa es una de las desinversiones que se sitúan claramente a la vista.

Repsol posee poco más de siete millones de acciones de CLH por los que piensa obtener unos ingresos que fuentes del mercado estiman en torno a los 300 millones de euros. Dicha cifra se corresponde con un mínimo de 43 euros por título aunque la compañía todavía no ha definido una referencia exacta de precio en su cuaderno de ventas. En juego están poco más de dos millones de euros pero en todo caso la opa se encuentra sometida a una segunda fase de reflexión que retrasará el proceso previsto, con los consiguientes costes que implica mantener la cotización en bolsa.

Ni está muy claro si para los intereses de CLH es mejor el golpe o el coscorrón, pero en los actuales momentos nadie quiere arriesgarse a quedar en evidencia ante la puesta en valor que consiga llevar a cabo Repsol en su estrategia de venta. La multinacional que dirige Josu Jon Imaz constituye un poderoso argumento para que la CNMV pueda ejercer su misión supervisora con todas las consecuencias y es, sin duda, el mejor y más interesado valedor de los pequeños accionistas minoritarios.

Las circunstancias han superado las condiciones de la opa de exclusión anunciada a finales de junio por la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), la empresa heredera del antiguo monopolio de petróleos gestionado por la vieja Campsa. La sociedad que preside José Luis López de Silanes se ha encontrado con un imponderable que le obligará a subir el precio de 39,46 euros propuesto inicialmente porque Repsol ha abierto un proceso para la venta de su 10% de CLH que podría derivar en ofertas cercanas a los 45 euros por acción.

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