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La CNMV pide cuentas al Santander por sus plusvalías en la compra de Metrovacesa
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se apunta unas plusvalías de 160 millones

La CNMV pide cuentas al Santander por sus plusvalías en la compra de Metrovacesa

El organismo regulador exige al banco una explicación por contabilizarse unas ganancias de 160 millones de euros en la compraventa del 19% de la inmobiliaria a Bankia

Foto: Ana Botín, presidenta de Banco Santander. (Reuters)
Ana Botín, presidenta de Banco Santander. (Reuters)

Las normas internacionales de contabilidad tienen criterios muy concretos, pero las interpretaciones son muy diversas. Hasta el punto de que son difíciles de entender hasta para los organismos reguladores, como la CNMV, encargados de asegurarse de que los números se corresponden con la realidad. Es lo que ha pasado con la toma de control de Metrovacesa por parte de Banco Santander, que se ha apuntado unas plusvalías de 160 millones que el supervisor ha puesto en cuestión.

Según documentos oficiales, la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha enviado un requerimiento de información a Banco Santander por multiplicar por tres el valor de la compra del 19,01% de Metrovacesa a Bankia, operación realizada en diciembre de 2014. La entidad financiera pagó al banco nacionalizado 98,9 millones por este paquete, pero en su balance se apuntó un beneficio contable de 160 millones que los técnicos del supervisor pretenden esclarecer.

El grupo presidido por Ana Botín abonó a Bankia 0,52 euros por cada acción de la inmobiliaria, de la que ya tenía el 36,82% del capital. Con esta transacción, pasó a controlar el 55,89%, que teniendo en cuenta el precio de la operación suponía valorar Metrovacesa en unos 520 millones de euros. Pero Santander estima que la tasación real de la empresa promotora y rentista es prácticamente el triple, según los cálculos pedidos a un experto inmobiliario independiente que no identifica.

Este agente usó un método de cálculo basado en el valor de mercado de los activos de Metrovacesa, deduciendo la deuda financiera neta y los pasivos fiscales. El resultado fue que, tomando como referencia los estados de la compañía, el valor real de la inmobiliaria oscilaba entre los 1,35 y los 1,50 euros por acción. Finalmente quedó fijado en 1,45 euros por título. En consecuencia, si se aplicaba esa tasación al precio pagado a Bankia, Santander obtenía de forma inmediata una plusvalía muy significativa al actualizar su participación total del 56,89%.

A precio de derribo

El banco deja caer a la CNMV que en la compraventa del 19,01% a la entidad financiera nacionalizada (22.400 millones inyectó el Estado para evitar su quiebra) se hizo a un precio tan bajo porque se aprovechó de la obligación del grupo presidido por José Ignacio Goirigolzarri de vender por orden de la Comisión Europea todos los activos considerados como no estratégicos para devolver las ayudas públicas.

“Teniendo en cuenta las circunstancias en las que se produjo la transacción (…), el precio de la operación no deber ser utilizado como principal input para la valoración de la participación previamente tenida”, explica Banco Santander en su respuesta oficial al organismo regulador.al exponer que compró ese paquete a un precio inferior al de su valor razonable.

Lo que está claro es que al Santander le gusta la compañía Metrovacesa porque ahora ultima comprar el 13,8% que está en manos del Sabadell

La actualización de la tasación de Metrovacesa a raíz de la compraventa a Bankia tuvo también un efecto sobre el 36,8% que Santander tenía previamente, por el que había pagado un precio muy superior. La entidad descontó unas pérdidas contables de 143 millones, que restadas a las plusvalías de 160 millones posteriores dieron como resultado un beneficio neto de 17 millones. Si la institución cántabra hubiera tomado como referencia el precio de 0,52 euros por acción pagado a Bankia, se hubiera tenido que apuntar unas pérdidas netas de entre 250 y 300 millones.

Lo que está claro es que al Santander le gusta cada vez más Metrovacesa porque ahora ultima comprar el 13,8% que está en manos del Sabadell, que se quedó esta participación, como el resto de acreedores, a cambio de la deuda impagada. BBVA, con el 19,4%, y Popular, con el 7,9%, son los otros accionistas de la inmobiliaria, de la que Botín ya controla el 72%. Lo que todavía no ha hecho público es el último precio pagado a la entidad catalana.

Las normas internacionales de contabilidad tienen criterios muy concretos, pero las interpretaciones son muy diversas. Hasta el punto de que son difíciles de entender hasta para los organismos reguladores, como la CNMV, encargados de asegurarse de que los números se corresponden con la realidad. Es lo que ha pasado con la toma de control de Metrovacesa por parte de Banco Santander, que se ha apuntado unas plusvalías de 160 millones que el supervisor ha puesto en cuestión.

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