Ana Botín da la espalda a Villar Mir: Banco Santander no acude al rescate de OHL
El primer banco de España y principal acreedor de la constructora decidió este martes no poner su balance encima de la mesa para asegurar el éxito de la ampliación de capital de su propio consejero
Ana Botín sigue con su particular hoja de ruta. La presidenta del Santander mide las operaciones del banco por la rentabilidad para el conjunto de los accionistas y no por las antiguas relaciones. Prueba de ello es que la entidad de crédito ha decidido no asumir el riesgo de liderar el rescate de la ampliación de capital de OHL, cuyo dueño y presidente, Juan Miguel Villar Mir, es a la vez consejero del grupo financiero.
La constructora, en verdaderos apuros económicos, pidió la semana pasada ofertas a los principales bancos de inversión nacionales e internacionales para que se comprometieran a vender acciones por 1.000 millones de euros para apuntalar sus endebles cimientos. Una operación a corazón abierto porque la citada emisión representa el 60% de la base accionarial de OHL, un porcentaje muy significativo que supone un verdadero sacrificio para los inversores.
Las propuestas de los brokers se presentaron este martes. A última hora de la noche, Villar Mir eligió las presentadas por JP Morgan, BofA Merrill Lynch, Société Générale y UBS. Se daba por hecho que el banco francés y el suizo estarían entre los elegidos para coordinar la ampliación de capital, la más grande de la historia de OHL, ya que los dos han ayudado al grupo a salir de varios apuros, como la venta cruzada de un paquete de Abertis o la compra y venta de activos en Latinoamérica y Estados Unidos.
En consecuencia, la familia estaba en deuda con estos dos bancos, que habían asumido mucho riesgo con OHL para apagar varios incendios. Pero lo que se daba por completamente seguro es que Banco Santander sería el que mandaría en la operación al ser el mayor acreedor de la constructora, con la que históricamente ha tenido una relación muy cercana. De hecho, fue la entidad que dirigió en 2010 la salida a bolsa de OHL México, la filial latinoamericana que tanto dolor de cabeza le ha dado a Villar Mir por un supuesto caso de corrupción.
Pero lo cierto es que Banco Santander, que participó en el concurso para ser banco coordinador, descartó asumir las condiciones impuestas por la compañía a los brokers para asegurar la operación. Es decir, aceptar una serie de cláusulas según las cuales en el caso de que la ampliación de capital no fuera suscrita en su totalidad por los accionistas de OHL, los colocadores, que cobran una sugerente comisión por venderlas, se tendrían que comer las acciones y quedárselas para sí mismos.
La negativa del Santander llama la atención porque la familia Villar Mir se ha comprometido a cubrir 380 de los 1.000 millones de la oferta de acciones, por lo que está asegurada cerca de un 40% de la ampliación. Un desembolso que permitirá al octogenario empresario y a sus hijos mantener el 50% del capital de OHl (actualmente tienen el 57%), condición sine qua non con la que se haría la operación. El ingeniero obtendrá este dinero de la venta de la Torre Espacio, el edificio emblemático de la compañía situado en el norte de la capital.
Una venta que no se olvida
La decisión del banco cántabro, consensuada con las más altas instancias del grupo, sorprendió al resto de candidatos, que daban por hecho que el Santander apoyaría la emisión. “Había que poner el balance del banco para respaldar la operación y no lo han hecho. Ellos sabrán por qué, puesto que son los primeros interesados en que la constructora salga adelante”, indican fuentes financieras, extrañadas dada la estrecha relación de Ana Botín con Javier López Madrid, yerno del marqués de Villar Mir y consejero delegado del holding.
Algunas fuentes relacionan este portazo con la venta del 0,24% del capital de la institución financiera llevada a cabo por Juan Miguel Villar Mir el pasado mes de junio, operación que no sentó especialmente bien en la familia Botín ya que apenas dos meses antes había sido reelegido como consejero y poco antes el propio banco había realizado una ampliación de capital también de urgencia por 7.500 millones.
Esta desinversión reduce a tan sólo el 1,27% el porcentaje de acciones del Banco Santander que está en manos del consejo de administración. Una participación muy baja, un 17% inferior a la que tenía hace un año –1,54%– y que enciende el debate de cómo el consejo tiene tanto poder con tan pocas acciones. Unos títulos que, por cierto, siguen cotizando prácticamente al mismo precio que se fijó en la ampliación (6,18 euros), discreto comportamiento influido, claro está, por la venta del paquete de los Villar Mir.
Ana Botín sigue con su particular hoja de ruta. La presidenta del Santander mide las operaciones del banco por la rentabilidad para el conjunto de los accionistas y no por las antiguas relaciones. Prueba de ello es que la entidad de crédito ha decidido no asumir el riesgo de liderar el rescate de la ampliación de capital de OHL, cuyo dueño y presidente, Juan Miguel Villar Mir, es a la vez consejero del grupo financiero.