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Fondos extranjeros de Aena cargan baterías contra la inseguridad jurídica de la CNMC
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DENUNCIAN CAMBIOS REGULATORIOS IMPREVISTOS

Fondos extranjeros de Aena cargan baterías contra la inseguridad jurídica de la CNMC

Los grandes inversores internacionales que acudieron a la OPV de Aena consideran que los cambios regulatorios de la CNMC pueden convertir una empresa estrella en una sociedad estrellada en bolsa

Foto: La Bolsa de Madrid el día que Aena salía al mercado. (EFE)
La Bolsa de Madrid el día que Aena salía al mercado. (EFE)

‘Esto no es lo hablao’. Con esta expresión, de lo más coloquial pero no menos elocuente, se puede resumir el estado de ánimo que los grandes fondos internacionales presentes en el capital de Aena han transmitido al Ministerio de Fomento después de confirmar las peores sospechas sobre los cambios regulatorios que pretende la CNMC. El organismo regulador quiere forzar una bajada inicial del 3% en las tasas que Aena cobra a las aerolíneas para luego dar una segunda vuelta de tuerca de otro 6%. Los grandes inversores extranjeros no parecen dispuestos a quedarse cruzados de brazos.

Las denuncias formales sobre la inseguridad jurídica en Aena no se van a hacer esperar, lo que puede renovar los temores de la comunidad internacional sobre las dificultades que plantea España a la hora de invertir en grandes negocios. La salida a bolsa del operador aeroportuario se volverá en contra del Gobierno después de haber sido una de las operaciones más exitosas de 2015, pero las cañas se tornarán en lanzas si no se llega a un rápido armisticio que ponga fin a lo que se presume una batalla de altos vuelos en el sector aeroportuario.

La cotización de Aena se está empezando a resentir después de haber rozado los 100 euros por acción hace sólo un mes. La consulta pública efectuada por la CNMC sobre el modelo de contabilización de costes de la compañía alertó a los inversores, que empezaron a temerse lo peor. El regulador no ha decepcionado a los más suspicaces y ha resuelto un dictamen en el que critica el sistema dual tillo de doble caja adoptado por Aena y denuncia la incorrecta asignación entre los costes regulados y los derivados de las actividades comerciales. En consecuencia, reduce la cifra de los gastos que se imputan al negocio básico aeroportuario y reclamauna bajada de entre el 2 y el 3%en la generación de ingresos regulados que la compañía obtiene vía tarifas.

Cambio de criterio sobre el déficit de tarifa

En paralelo, y a expensas de confirmación oficial, los socios institucionales de Aena conocen las intenciones del regulador para modificar también el método de fijación del déficit de tarifa acumulado por la compañía durante los últimos tres años. Este debate ofrece una situación todavía más preocupante para la compañía porque en juego están más de 1.100 millones de euros que pueden forzar otro ‘varapalo’ de las tasas aeroportuarias entre un 6 y un 7%. La CNMC pretende, además, que el recorte total de las tarifas se materialice en el año 2016, que es la base de referencia para la aplicación del incremento del 0% de las tasas que el Gobierno tiene comprometido con las compañías aéreas para los próximos diez años.

La compañía que preside José Manuel Vargas está dispuesta incluso a bajar las tasas en la negociación del llamado primer DORA (Documento de Regulación Aeroportuaria) que establecerá las tarifas a las aerolíneas para el periodo quinquenal de 2017 a 2021. La clave para la empresa reside ahora en fijar el listón de partida de esa disminución de ingresos regulados y para ello es fundamental mantener una referencia adecuada en el año de transición que es 2016. Aena ha emprendido la pasada semana contactos oficiales con las compañías aéreas para llegar a un acuerdo de tarifas que deberá ser refrendado en el proyecto de ley de Presupuestos, pero la irrupción de la CNMC ha debilitado sobremanera la posición negociadora de la empresa cotizada.

La discusión con el organismo regulador que preside José María Marín Quemada se centra ahora en la definición de las pautas que determinan el déficit de las tarifas que cobra Aena. Hasta ahora, la metodología practicada se ha fundamentado con criterios de prospectiva que establecen el déficit a un año vista con el fin de estimular a la empresa en la reducción de sus costes internos. Dicho de otro modo, Aena tenía asegurada una cantidad por déficit de tarifa y se beneficiaba de su propia capacidad de gestión asumiendo el riesgo de que una caída del mercado pudiera generar un ‘agujero’ adicional que, en su caso, debería ser sufragado por la empresa.

La CNMC quiere modificar ahora este sistema para concretar el déficit de tarifa ex post, aplicando lo que se entiende un criterio real que lógicamente desincentiva cualquier esfuerzo de eficiencia en Aena. En resumidas cuentas, todas las mejoras obtenidas por el gestor aeroportuario a lo largo de estos dos últimos años pasarán a rentar en favor de las compañías aéreas, que se beneficiarán de una nueva doctrina regulatoria para conseguir tasas más bajas por la utilización de las infraestructuras aeroportuarias. El empeño del regulador consiste en establecer un marco legal para que luego las aerolíneas puedan reducir el precio de los billetes a los usuarios.

Intereses políticos y objetivos empresariales

El problema de fondo que subyace en este conflicto de intereses, donde los objetivos empresariales se enfrentan con las motivaciones políticas en pleno año electoral, reside en el cambio de marcha que trata de imponer la CNMC dentro de una sociedad cotizada como es Aena. Los inversores internacionales que han impulsado el despegue en bolsa de la empresa estatal entienden que el regulador intenta cambiar el guion de manera unilateral, inopinada y arbitraria, lo que deriva en una clara inseguridad jurídica para sus inversiones financieras en la compañía que opera los aeropuertos en nuestro país.

El argumento de los fondos internacionales está documentado con el informe de supervisión sobre la propuesta de modificación tarifaria correspondiente al pasado año 2014 que fue realizada en septiembre de 2013 por la Comisión de Regulación Ferroviaria y Aeroportuaria (CRFA). Este organismo era el antecesor de la CNMCque estableció los criterios válidos para contabilizar el déficit de tarifa y su dictamen fue, por lo tanto, un elemento determinante en la elaboración de la hoja de ruta con la que Aena se presentó ante la comunidad financiera internacional antes de salir a bolsa.

La fórmula aplicada por la CRFA queda expuesta de manera recurrente a lo largo de un documento de un centenar de páginas en el que se expresa taxativamente que “el valor del ‘ajuste por déficit’ es prospectivo y no debe modificarse ex post, según el valor real del desfase entre costes e ingresos observado”. La CNMC camina justo en sentido contrario y eso es algo que los socios extranjeros, que acaparan más del 35% del capital de Aena, no están dispuestos a aceptar. La evolución en bolsa ha alertado a los fondos internacionales, pero lo peor está todavía por llegar si después de la reasignación de costes regulados se produce también un ajuste a la baja del déficit de tarifa.

Entre los principales perjudicados dispuestos a clamar contra el organismo regulador figuran el hedge fund TCI (The Children Investment), que cuenta oficialmente con un 7,71% de Aena y forma parte del núcleo duro de la compañía con presencia activa en el consejo de administración. Otros accionistas relevantes son Morgan Stanley o Fidelity, que suman cerca del 5% de la nueva sociedad cotizada, además del magnate financiero George Soros, que controla el 1,5% o los fondos soberanos de Abu Dabi, Singapur y Noruega. Entre el resto de grandes instituciones de inversión colectiva con intereses en el capital del gestor aeroportuario están también BlackRock, Mcquarie o el fondo de pensiones de Canadá. Todos ellos están analizando la conveniencia de presentar recursos para evitar que la nueva Aena cotizada en bolsa pase de ser una compañía estrella a convertirse en una empresa estrellada.

‘Esto no es lo hablao’. Con esta expresión, de lo más coloquial pero no menos elocuente, se puede resumir el estado de ánimo que los grandes fondos internacionales presentes en el capital de Aena han transmitido al Ministerio de Fomento después de confirmar las peores sospechas sobre los cambios regulatorios que pretende la CNMC. El organismo regulador quiere forzar una bajada inicial del 3% en las tasas que Aena cobra a las aerolíneas para luego dar una segunda vuelta de tuerca de otro 6%. Los grandes inversores extranjeros no parecen dispuestos a quedarse cruzados de brazos.

CNMC The Children's Investment (TCI) José María Marín Quemada George Soros
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