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Iberia lanza una encuesta en el Sepla para fijar una base del Puente Aéreo en Barcelona
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QUINCE TRIPULACIONES PERNOCTARÁN EN LA CIUDAD CONDAL

Iberia lanza una encuesta en el Sepla para fijar una base del Puente Aéreo en Barcelona

El objetivo de Iberia es trasladar un mínimo de quince tripulaciones a Barcelona para que los primeros y los últimos vuelos de cada día sean gestionados con base en la Ciudad Condal

Foto: A350-900. (Iberia)
A350-900. (Iberia)

Iberia no quiere perder la marca del Puente Aéreo ni siquiera en beneficio de sus filiales low cost. La antigua compañía española de bandera está realizando una encuesta entre los pilotos del Sepla para intentar agrupar un mínimo de quince tripulaciones que estén dispuestas a trasladar su puesto de trabajo a Barcelona con el fin de establecer una base operativa en la Ciudad Condal. El objetivo es trazar una estrategia de reducción de costes que rentabilice la emblemática ruta sin necesidad de transferir la operación a Vueling o Iberia Express.

La política de apaciguamiento y colaboración con los distintos colectivos de la aerolínea es una norma básica de la estrategia implementada por el nuevo presidente de Iberia, Luis Gallego. Tras la tempestad del plan de transformación impulsado por International Airlines Group (IAG) hace ahora ya casi tres años, Iberia es ahora un reducto de calma favorecido también por la recuperación de las constantes vitales de la compañía. El Sepla ha cambiado el tono secular de confrontación para convertirse en un aliado estratégico de la empresa española en su intento por asegurar la confianza de los jefes de Londres.

La conservación del Puente Aéreo entre los aeropuertos de Barajas y El Prat se ha convertido en un desafío compartido tanto por la dirección de la empresa como por los pilotos y los propios tripulantes de cabina de pasajeros (TCP). La compañía se resiste a perder una ruta claramente deficitaria en las actuales condiciones de mercado pero que representa un símbolo de identidad y un elemento de referencia en el desarrollo y la innovación del transporte aéreo en España desde hace más de cuarenta años. La conexión entre Madrid y Barcelona es clave en la vertebración del país e Iberia es consciente del valor intangible que supone este servicio para el equity de la aerolínea.

La irrupción del AVE ha absorbido más del 65% de la cuota de mercado y la única forma de mantener el Puente Aéreo pasa por una reducción de costes que necesariamente tiene que concentrarse en los gastos de personal. Para ello se necesita un acuerdo laboral que garantice el traslado de profesionales dispuestos a fijar su residencia en Barcelona con el fin de fijar una base operativa en la Ciudad Condal. De este modo, la compañía podrá rebajar los gastos adicionales de alojamiento de todas las tripulaciones encargadas de operar los primeros y los últimos vuelos de cada día.

El objetivo inmediato de la aerolínea pasa por ubicar en Barcelona un mínimo de quince tripulaciones de las 200 que trabajan en el corto y medio radio. En total, no más de 75 a 80 personas que pueden ser determinantes para ‘rescatar’ el Puente Aéreo o, en el peor de los casos, para asegurar el mantenimiento de la marca dentro de una especie de código compartido en colaboración con Air Nostrum. El Sepla se muestra especialmente receptivo ante el sondeo que la compañía está efectuando y que ha empezado a recibir las primeras adhesiones por parte de los profesionales eventualmente interesados.

Regreso a La Habana a partir de junio

La decisión sobre el futuro del Puente Aéreo será adoptada en junio dentro del Plan de Futuro en el que viene trabajando la dirección de la empresa desde finales del pasado año. Iberia pretende estructurar su negocio desde un punto de vista corporativo actuando como un grupo formado con tres empresas independientes, incluyendo las filiales Iberia Express y Vueling, que deben orientar sus respectivas actividades con un claro objetivo de financiación. Esta línea básica de actuación no es óbice para reasignar las operaciones de acuerdo con criterios de máxima eficiencia teniendo en consideración la estructura de costes de las distintas aerolíneas.

Bajo esta perspectiva, la estrategia de IAG para Iberia abocaba de partida a una transferencia de la ruta entre Madrid y Barcelona dentro de la oferta de servicios de alguna de las dos marcas filiales de bajo coste. La capacidad de interlocución entre el nuevo equipo directivo y el sindicato de pilotos ha permitido salvar el match balldel Puente Aéreo, cuya primera opción pasa ahora por la futura base operativa de Barcelona. La conservación de la emblemática ruta se inscribe dentro del marco de recuperación de otras conexiones históricas que fueron suspendidas en 2013 y entre las que destaca la de La Habana, cuyo servicio será reanudado el próximo mes de junio.

Los responsables de Iberia quieren asegurar la visibilidad en los mercados de esa ‘vuelta al calcetín’ que ha experimentado la antigua compañía de bandera en los dos últimos años y cuya traducción en la cuenta de resultados se resume en unos beneficios operativos de 50 millones en 2014. Un año antes la aerolínea había cerrado con 166 millones de pérdidas en un triste colofón a seis años consecutivos de ‘números rojos’ que situaron a la empresa al borde de la desaparición.

Iberia no quiere perder la marca del Puente Aéreo ni siquiera en beneficio de sus filiales low cost. La antigua compañía española de bandera está realizando una encuesta entre los pilotos del Sepla para intentar agrupar un mínimo de quince tripulaciones que estén dispuestas a trasladar su puesto de trabajo a Barcelona con el fin de establecer una base operativa en la Ciudad Condal. El objetivo es trazar una estrategia de reducción de costes que rentabilice la emblemática ruta sin necesidad de transferir la operación a Vueling o Iberia Express.

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