Es noticia
Romana se adelanta a la salida de Guindos del Gobierno y dimite, harta de peleas
  1. Empresas
UNA VEZ CULMINADA LA TRANSICIÓN A ECHEGOYEN

Romana se adelanta a la salida de Guindos del Gobierno y dimite, harta de peleas

Cuando Walter de Luna dio con la puerta en las narices a Belén Romana después de su pelea épica, Guindos se dio cuenta de que no podía mantenerla sola al mando.

Foto: La expresidenta de la Sareb, Belén Romana (EFE)
La expresidenta de la Sareb, Belén Romana (EFE)

Cuando Walter de Luna dio con la puerta en las narices a Belén Romana después de una pelea que los testigos califican de épica, el único valedor de la presidenta de Sareb, Luis de Guindos, se dio cuenta de que no podía mantenerla sola en el mando. De lo contrario, aquello iba a ser un infierno constante, con el banco malo todo el día en los periódicos, con entradas y salidas constantes, sin poder configurar un equipo estable y, por ello, sin poder desprenderse de su ingente stock inmobiliario con el contador de los 15 años que tiene para ello en marcha. "Luis, esto no puede seguir así, tienes que poner a alguien que la controle", le dijeron.

El elegido fue Jaime Echegoyen, que ayer relevó a Romana en la presidencia de Sareb. Un hombre con buena reputación, aceptado sin problemas por los bancos accionistas como 'uno de los nuestros' –ex-CEO de Bankinter y Barclays– y que congenió de forma inmediata con Romana, a la que además se le encargó el proceso de selección.

Echegoyen poco a poco fue dominando la situación, aunque todavía dio algunos coletazos más, que provocaron dos nuevas salidas del organigrama: Eduardo Bóveda, director de activos financieros, y Juan Barba, director de transacciones (el hombre clave, el encargado de vender los pisos), que se sumaban al citado Luna, a Luis Moreno (director financiero) y a Miguel Garicano (procesos y reporting), amén de los consejeros independientes Javier Trillo y Celestino Pardo.

Fuentes internas del banco malo explican que la salida de Barba fue la puntilla para Romana, después del durísimo enfrentamiento que mantuvo en los primeros meses del año con el gobernador del Banco de España, Luis Linde, sobre la norma contable que obliga a Sareb a provisionar el deterioro de los créditos y que deja en papel mojado su plan de negocio: hace inevitables las pérdidas en 2013, 2014 y seguramente 2015.

Harta de pelearse con todo el mundo dentro y fuera de la sociedad, sin más apoyo que el de Guindos, criticada en el Congreso por sus ingentes e inexplicables gastos –la mayor parte en un ejército de asesores– y con una imagen difícil de empeorar –a lo que había contribuido mucho la opacidad absoluta de su gestión–, decidió tirar la toalla según algunas de estas fuentes.

Adelantarse a la salida de Guindos

A esta incomodidad se unía la certeza de que su valedor no seguirá en el Gobierno la próxima legislatura aunque el PP gane las elecciones, y que el sustituto de Guindos no iba a contar con ella... aunque el PP gane las elecciones. Así que Romana decidió seguir el camino de los otros miembros del círculo íntimo del ministro con fecha de caducidad, como Fernando Jiménez Latorre, que se ha ido al FMI, o Antonio Carrascosa, que dejará el FROB por un asiento en el MUR (Mecanismo Único de Resolución europeo). En algunos meses conoceremos el destino de la primera presidenta de Sareb, según otra de las fuentes.

Ahora bien, faltaba resolver el proyecto Íbero, el concurso para seleccionar a las plataformas que se encargarán de vender los activos del banco malo en sustitución de las cajas rescatadas, que seguían comercializando "sus" pisos. Romana debía esperar hasta entonces y facilitar una transición ordenada a Echegoyen, que era el hombre destinado a sustituirla. Una vez puesto en marcha el proyecto, no hacía falta un perfil político. Después de encargar la venta de los inmuebles a terceros, la tarea más importante es gestionar los créditos, que suponen tres cuartas partes del balance de Sareb. Y para eso se necesita un banquero.

Relevo sin ruido

Una vez adjudicado el concurso en diciembre y con el primer período sin sobresaltos desde la fundación de Sareb en 2012, era el momento de proceder al relevo. Por una vez, se ha hecho sin ruido y sin que los propios consejeros, convocados por sorpresa el domingo por la tarde sin decirles el motivo, supieran nada. De hecho, algunos participaron ayer en la reunión por videoconferencia porque les pilló fuera de Madrid. Y, también por primera vez, el consejo la apoyó unánimemente para que siguiera, aunque la decisión, después de tantos meses, era irrevocable. Y con Romana fuera, no es necesario un consejero delegado, puesto que se amortiza

Romana cierra así la primera y convulsa etapa de Sareb, caracterizada por una gestión absolutamente autoritaria y personalista; dicen de ella que, cuando le mostraron el borrador primigenio del organigrama de la Sareb, empezó a tachar las casillas que colgaban de Walter de Luna y las desplazó una a una al paraguas de presidencia. Hoy se abre la segunda, en la que Echegoyen tiene el gran desafío de alcanzar la velocidad de crucero en las ventas y recuperar el máximo dinero posible para el contribuyente (el FROB es su principal accionista con un 49%). Y de hacerlo sin el ruido y los sobresaltos que han sobrado hasta ahora y con la transparencia que ha faltado.

Cuando Walter de Luna dio con la puerta en las narices a Belén Romana después de una pelea que los testigos califican de épica, el único valedor de la presidenta de Sareb, Luis de Guindos, se dio cuenta de que no podía mantenerla sola en el mando. De lo contrario, aquello iba a ser un infierno constante, con el banco malo todo el día en los periódicos, con entradas y salidas constantes, sin poder configurar un equipo estable y, por ello, sin poder desprenderse de su ingente stock inmobiliario con el contador de los 15 años que tiene para ello en marcha. "Luis, esto no puede seguir así, tienes que poner a alguien que la controle", le dijeron.

Sareb Belén Romana Jaime Echegoyen Luis de Guindos
El redactor recomienda