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Límite 72 horas: los efectos de la huelga de basura en Madrid se adelantan a Año Nuevo
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Límite 72 horas: los efectos de la huelga de basura en Madrid se adelantan a Año Nuevo

El paro indefinido a partir del 3 de enero se empezará a sentir el 1, ya que junto al 25 de diciembre es el único día del año festivo para la prestación de este servicio

Foto: Basura acumulada en la calle Espoz y Mina, cuando se cumplió el décimo día de huelga de limpieza en la capital en noviembre de 2013 (Efe).
Basura acumulada en la calle Espoz y Mina, cuando se cumplió el décimo día de huelga de limpieza en la capital en noviembre de 2013 (Efe).

Los próximos tres días son claves en el pulso que mantienen los sindicatos del servicio de recogida de basuras de Madrid con las dos empresas responsables del mismo: FCC en los barrios del centro y la UTE -formada por ACS y Ferrovial- en la periferia. Aunque, oficialmente, la convocatoria de huelga presentada por los trabajadores del servicio de recogida de basura no orgánica (papel, cartón, vidrio, grandes embalajes y puntos verdes) no comienza hasta las 0.00 horas del próximo 3 de enero, la realidad es que el día D llegará antes, en Año Nuevo.

El motivo es que el 1 de enero es, junto al 25 de diciembre, el único día del año en que este servicio no está operativo, más allá de unos mínimos retenes formados por voluntarios. En teoría, para compensar la excepcional festividad de esta fecha, las contratas refuerzan los equipos el 2 de enero, aunque los sindicatos admiten que éstos siempre son insuficientes para paliar los efectos de la falta de servicio de la jornada anterior.

Algo que se agrava este año por los problemas que ya existen por la polémica adjudicación del servicio de la periferia a ACS-Ferrovial, y la inminente convocatoria de huelga. La decisión del Consistorio de Ana Botella de conceder la contrata a esta UTE con una reducción del 10,7% (más del 15% si se incluye la indemnización que deben pagar al anterior contratista) ha hecho que el servicio de recogida de basuras lleve varios meses funcionando con graves problemas cuyos efectos ya se están notando en numerosas calles de la capital, especialmente en distritos del sur de la ciudad.

Al haberse dividido este servicio en dos contratistas diferentes se ha roto la capacidad que tenía hasta ahora FCC para poder equilibrar cualquier percance en una de las contratas con equipos de la otra. Por ejemplo, si se estropeaba un camión durante su recorrido en un barrio del centro, se recurría a otro de la periferia que en ese momento no estuviera operativo.

A este problema se ha sumado que la nueva contrata de ACS y Ferrovial, que operan a través de sus filiales Urbaser y Cespa, respectivamente, carece de algunos de los equipos exigidos por contrato, como los camiones estipulados, lo que llevó al Ayuntamiento de Madrid a saltarse las reglas y autorizar el uso de vehículos diésel, algo prohibido en los pliegos por motivos contaminantes. Además, estos camiones repostan en surtidores públicos, lo que ralentiza el servicio y hace que se acumule basura en las calles, efectos que se sentirán con mayor virulencia a partir del 1 de enero y, con toda crudeza, cuando arranque la huelga indefinida convocada a partir del día 3.

Desde que se supo que ACS y Ferrovial habían presentado una baja del 10,7% sobre pliegos, los representantes de los trabajadores se pusieron en pie de guerra y empezaron a advertir sobre las nefastas consecuencias que tendría para la ciudad que el Ayuntamiento, como ha ocurrido, terminara adjudicando el servicio a una oferta que, en su opinión, es imposible que sea rentable sin tocar las condiciones de la plantilla.

De hecho, la amenaza de huelga ha estado sobre la mesa desde entonces, y con especial virulencia a partir de que el pasado 1 de noviembre empezara a funcionar la nueva contrata. A este caldo de cultivo se ha sumado la reivindicación de los trabajadores del servicio de recogida de desechos no orgánicos de equiparar sus condiciones con las del resto de trabajadores de la recogida de basuras, una exigencia que ha encontrado el terreno abonado en la necesidad que tiene la nueva contrata y el Consistorio de cerrar acuerdos para evitar conflictos, ya que esto supone dar la razón a quienes advirtieron que no debería adjudicarse con una baja del 10%.

Sus mejoras hacen referencia, sobre todo, a aspectos sociales como dos libranzas semanales, derechos a una jubilacón anticipada parcial, una jornada de 37 horas, frente a las 40 actuales, o el 100% de la prestación en caso de baja durante los dos primeros meses, además de subidas salariales. Los sindicatos cifran entre un 2% o 3% sobre el cómputo global de la contrata el impacto que puede tener la asimilación de todos las condiciones de los trabajadores.

Desde UGT, sindicato que ha convocado el paro, se ha acusado directamente a la UTE de ACS y Ferrovial de tensar la situación, ya que, aunque el nuevo contrato engloba en el mismo pliego de condiciones a todos los trabajadores, tanto los de recogida de basura orgánica como de inorgánica, sus condiciones laborales continuan siendo distintas. No obstante, a pesar de que las espadas están en alto, las dos partes confían en poder llegar a un acuerdo en las próximas 72 horas.

Los próximos tres días son claves en el pulso que mantienen los sindicatos del servicio de recogida de basuras de Madrid con las dos empresas responsables del mismo: FCC en los barrios del centro y la UTE -formada por ACS y Ferrovial- en la periferia. Aunque, oficialmente, la convocatoria de huelga presentada por los trabajadores del servicio de recogida de basura no orgánica (papel, cartón, vidrio, grandes embalajes y puntos verdes) no comienza hasta las 0.00 horas del próximo 3 de enero, la realidad es que el día D llegará antes, en Año Nuevo.

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