El BdE se pega un tiro en Bankia: los peritos revelan que incumplió sus obligaciones
El escándalo destapado por el Banco de España en Bankia no sólo deja a los pies de los caballos a sus gestores y a Deloitte, sino al propio supervisor
El escándalo destapado por los peritos del Banco de España en Bankia no sólo deja a los pies de los caballos a sus gestores y al auditor, Deloitte, sino al propio supervisor. De sus informes se deriva que, o bien el Banco de España hizo dejación de sus obligaciones en la vigilancia de la entidad, o bien directamente fue cómplice de la manipulación de sus cuentas y el engaño a los accionistas. Por ello, UPyD lo ha incluido en su querella, junto a la CNMV. Asimismo, queda cuestionada la defensa numantina del anterior gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), por parte de los actuales responsables de la institución.
Los peritos ponen de manifiesto la responsabilidad del antiguo supervisor –desde el mes pasado el 90% del sistema financiero está supervisado por el BCE– en todos los pasos de la manipulación de las cuentas de Bankia: desde los ajustes de valoración con que se creó el SIP de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas en 2010, pasando por las cuentas con que salió a bolsa en julio de 2011, la entrada en causa de disolución en septiembre de ese año o la formulación inicial de las cuentas de 2011, hasta el rescate y la reformulación de las mismas.
"No puede alegarse desconocimiento de este deterioro a 31 de diciembre de 2010, porque BFA tenía la información necesaria, o estaba a su alcance conseguirla, para establecer la correcta valoración de los activos", dice uno de los inspectores del Banco de España que han actuado como peritos para la Audiencia Nacional. Se refiere concretamente a los gestores y al auditor, pero esta crítica es extensible al supervisor, que disponía de un nutrido número de inspectores empotrados en la entidad que deberían haber tenido conocimiento de esta situación.
De hecho, este informe añade que "los administradores y directivos del grupo tenían capacidad y experiencia para interpretar los datos y extraer conclusiones sobre el deterioro de los activos inmobiliarios". Este argumento es trasladable tanto a los auditores como a los inspectores del Banco de España.
Hay dos puntos concretos en los que la responsabilidad del entonces supervisor es palmaria. El primero es que no obligó a BFA a apuntarse la pérdida de valoración de su participación en Bankia que supuso el precio de salida a bolsa (3,75 euros), con un descuento del 74% sobre el valor teórico contable. El segundo es que permitió al grupo que presidía Rodrigo Rato desconsolidar el Banco de Valencia –es decir, no apuntarse todas sus pérdidas– cuando fue intervenido, cuando hasta ese momento sí sumaba todos sus beneficios al consolidarla por integración global.
No hay críticas explícitas
Los peritos señalan categóricamente que ambas actuaciones vulneraban de forma flagrante la normativa del Banco de España, pero este no hizo nada para obligar a la entidad a cumplirla. Ahora bien, estos inspectores se cuidan mucho en toda la redacción de formular ninguna acusación o crítica directa al organismo para el que trabajan; tan sólo las ponen de manifiesto o se deducen de sus afirmaciones. De hecho, en el interrogatorio al que fueron sometidos por el fiscal y la acusación particular, en el que se les pidió que valorasen las actividades de comprobación previas realizadas por la CNMV y las inspecciones realizadas por el Banco de España, escurrieron el bulto: "Esta pregunta no puede contestarse, al carecer de la información y competencias necesarias".
Según fuentes cercanas al supervisor, "los inspectores han sido muy valientes porque sabían que podían jugarse su carrera. Lo que han hecho jamás se había visto antes. Así que tampoco se les puede pedir que tiren piedras contra su propio tejado". En todo caso, las deducciones que se pueden hacer de sus informes son tan claras que UPyD ha solicitado inmediatamente la imputación de MAFO, así como la del anterior presidente de la CNMV, Julio Segura, y de Deloitte y el auditor Francisco Celma.
Hasta el propio Rato se ha agarrado a la responsabilidad del BdE para tratar de librarse de la suya. Según declaró el viernes pasado a Onda Cero, los miembros de la entidad estaban "absolutamente controlados" por los organismos supervisores y por ello no había la más "mínima posibilidad" de engañar a los inversores ni tampoco la "intención" de hacerlo.
Alerta en el Banco de España
El propio Banco de España parece consciente del peligro que le suponen las revelaciones de sus inspectores. Así, emitió un comunicado el jueves por la tarde –que volvió a enviar el viernes por la mañana– para desmarcarse de los informes en el que señalaba que "el Banco de España precisa que los citados peritos han actuado con absoluta independencia y a las órdenes exclusivas del juez instructor, sin haber recibido indicación o instrucción alguna del Banco de España en el ejercicio de su tarea. En consecuencia, en los citados informes se expresa exclusivamente la opinión de sus autores sin que puedan, por ello, atribuirse al Banco de España sus criterios o conclusiones".
Las revelaciones de los peritos ponen en tela de juicio la política de los responsables actuales del BdE de defender la gestión de sus antecesores en la gestión de la crisis financiera, que desembocó en el rescate europeo de 41.000 millones recibido por España en 2012. Así, cuando en junio de este año el todavía presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, acusó al Banco de España de ser el principal responsable de la crisis, el subgobernador, Fernando Restoy, respondió que estas críticas "no cuestionan a una persona concreta, sino a la institución" y que "este país no se puede permitir que se cuestione al Banco de España".
El escándalo destapado por los peritos del Banco de España en Bankia no sólo deja a los pies de los caballos a sus gestores y al auditor, Deloitte, sino al propio supervisor. De sus informes se deriva que, o bien el Banco de España hizo dejación de sus obligaciones en la vigilancia de la entidad, o bien directamente fue cómplice de la manipulación de sus cuentas y el engaño a los accionistas. Por ello, UPyD lo ha incluido en su querella, junto a la CNMV. Asimismo, queda cuestionada la defensa numantina del anterior gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), por parte de los actuales responsables de la institución.