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Navantia busca ‘nuevos aires’
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FERROL SE PLANTEA FABRICAR TORRES EÓLICAS

Navantia busca ‘nuevos aires’

Los astilleros gallegos de Fene y Ferrol esperan como agua de mayo la orden del Ministerio de Defensa para cortar la chapa del Barco de Acción Marítima (BAM)

Los astilleros gallegos de Fene y Ferrol, así como los de San Fernando y Puerto Real en Cádiz, esperan como agua de mayo la orden del Ministerio de Defensa para cortar la chapa del barco de acción marítima (BAM) –símil a poner la primera piedra de un edificio–. El anuncio, que confían que Defensa realice en breve, devolverá la actividad a los astilleros después de tres años en el ‘dique seco’.

El contrato, por el que el Gobierno ha destinado 333 millones de euros, recoge la construcción de dos unidades para la Armada Española. El plazo de obra de los dos buques, que se inicia de forma conjunta en ambos astilleros, durará aproximadamente 30 meses y además dará trabajo a la industria auxiliar.

El astillero gallego de Ferrol sigue sin estar a pleno rendimiento, pese a que en el mes de octubre Navantia colocó en sus talleres la quilla del flotel que fabrica para Pemex, el único buque en nuevas construcciones. Se trata del BAP (buque de apoyo a plataformas). Esto, que es una buena noticia porque despierta a una plantilla aburrida, no es todo lo que hubieran deseado los trabajadores, según corrobora Ignacio Naveiras Pena, secretario general de Comisiones Obreras.

Naveiras señala que desde Madrid les están cambiando la organización del trabajo y eso no hace sino retrasar la producción y, por ende, molestar a la empresa mexicana, que pone en duda la seriedad de los astilleros. Además, denuncia que, de los 180 trabajadores involucrados en el proyecto, 60 pertenecen a la empresa Maessa y 75 a Aninair, las subcontratas de aceros que tienen adjudicados los paquetes de bloques. Hay que recordar que Navantia cuenta con 2.300 operarios entre Fene y Ferrol, y el 60% de la plantilla está en subactividad. En estos últimos años se han destruido 4.200 empleos.

Pero, por si fuera poco, el proyecto ha enfrentado a los astilleros gallegos con los andaluces, debido a la decisión de Navantia del pasado mes de septiembre de trasladar a Puerto Real parte del programa del flotel que se ejecuta en la ría gallega. De los 86 bloques, ocho pasarán a montarse en tierras andaluzas. Según la dirección, se debe a que hay que cumplir con la fecha de entrega, que es el mes de junio de 2016. Sin embargo, los sindicatos aseguran que se trata de un asunto estrictamente electoral a favor de la Junta de Andalucía. Mientras, en la ría de Vigo, el flotel idéntico que Pemex encargó a Barreras puso la quilla a finales de julio con una plantilla veinte veces menor.

Privatización a la vista

Ahora, la Sociedad de Participaciones Industriales (SEPI), Navantia y sus trabajadores se encuentran envueltos en otra disyuntiva: aceptar o no que la división industrial de renovables de Corporación Gestamp, GRI Renewable, se instale en los terrenos ociosos del astillero para construir una de sus factorías. Esto obliga a todas las partes a desvelar qué es lo que desean hacer en el futuro. Gestamp, por su lado, pretende fabricar componentes para la eólica marina y contempla una inversión cercana a los cien millones de euros, que daría trabajo a 700 personas.

El proyecto –polémico para los trabajadores porque ven en él la privatización de los astilleros– adaptaría los terrenos para fabricar torres para molinillos en el mar yjackets, que son las plataformas donde se asientan los aerogeneradores. Algo similar llevará a cabo en el astillero de Puerto Real cuando se dé la luz verde al acuerdo entre Iberdrola y Navantia para la obra de una estructura eólica. El astillero andaluz ha sido el elegido para desarrollar el soporte de la estación eléctrica que necesita el complejo eólico-marino que promueve en el Mar Báltico la empresa de Ignacio Sánchez Galán.

El secretario general de CCOO no entiende por qué Gestamp tiene que instalarse en los astilleros: “Cuando nos proponen que cedamos el 80% de unas instalaciones de Astano en régimen de alquiler a doce años, nos revelamos. Suena raro”. Además, señala que están cansados de tantos vaivenes y que “el presidente de Navantia todavía no ha sido capaz de explicar qué es exactamente lo que quiere hacer con la empresa. Nos hacen propuestas de lo más variopintas, pero nunca consiguen materializar nada”. En cuanto a si apoyarían un proceso de diversificación de la compañía, su respuesta es contundente: “No vamos a decir que no a nada, pero queremos ver los proyectos y que el debate de futuro sea con el apuntalamiento financiero de la compañía. El Gobierno no puede buscar empleos a 400 euros”.

Julio Martín Ramos, director del astillero de Ferrol, se muestra cauteloso a la hora de hablar del asunto Gestamp y dice que no quiere pronunciarse mientras no se anuncie oficialmente el contrato. “Hoy no estamos en disposición de dar una respuesta”, indica. Le preguntamos por dónde pasa la viabilidad de la compañía y afirma que “por competir en un mundo global, construyendo barcos militares y civiles de vanguardia para su exportación a precio y plazo competitivos. Para eso se está transformando la compañía”, sentencia. Asimismo, reconoce el encomiable esfuerzo comercial que se hace desde Navantia para abrirse a nuevos sectores, “que, aunque nos desvirtúan la actividad core principal, sí pueden ayudar a mantener la actividad en nuestras plantas”. Martín Ramos insiste que es importante que a partir del 31 de diciembre Navantia pueda construir de nuevo obra civil.

El director del astillero insiste asimismo en que “Ferrolterra necesita y desea una Navantia fuerte y competitiva, lo que sin duda representa una garantía del bienestar futuro para muchas familias. Afirma que la simbiosis entre la comarca y Navantia es total, “consecuencia de los casi ya tres siglos de intensa dedicación a la actividad de construcción naval. Somos muy afortunados al contar con una excelente plantilla en la Ría, que está altamente cualificada y orgullosa de los resultados de su actividad; aunque sería injusto si me olvidase de nuestra industria auxiliar, dado que ellos también constituyen una pieza angular de nuestra competitividad”.

José Manuel Rey Varela, alcalde de Ferrol, coincide con Martín Ramos en que Navantia es una empresa estratégica para la ciudad y para la comarca, y reconoce que la suerte de la localidad ha estado vinculada siempre a la naval, pieza clave para el desarrollo de la provincia. “Pero si el Ministerio de Defensa, la SEPI o la dirección hacen esfuerzos por conseguir otros contratos, yo lo defenderé. Romper el monocultivo podría ser bueno en el medio y largo plazo, y es necesario abrirse a nuevas cosas”. De hecho, el regidor ferrolano apuesta por traer a la ciudad la celebración de grandes competiciones deportivas y culturales.

Una histórica de la Marca España

A Navantia se le reconocen los triunfos dentro y fuera de España, y se alaba su potencial técnico, industrial y humano. Ha diseñado y construido buques militares de última generación para la Armada Española y marinas extranjeras, además de participar en proyectos multinacionales de gran envergadura. Casi todo se lo debe a Bazán, su predecesora, que fue la gran ‘heroína’ que desarrolló en la década de los 60 dos nuevos y modernos programas de construcciones navales (en colaboración con EEUU y Francia) que supusieron un paso más de esta empresa en su preparación como un tecnólogo naval. Entonces se construyeron las cinco fragatas de la clase Baleares en Ferrol y los cuatro submarinos convencionales tipo Delfín en Cartagena, que incorporaron tecnología americana y francesa, respectivamente, y que fueron entregados a la Armada Española en la década de los 70.

Antes, Bazán había invertido una importante suma en la modernización de sus instalaciones y un elevado número de sus trabajadores recibió cursos de formación para afrontar el proceso de construcción de estos buques y el mantenimiento de los mismos. Así, Bazán se gestaba como una empresa capaz de desarrollar tecnología propia, lo que precisamente quería la Armada. Entre sus hitos, el portaaviones americano SCS o el Príncipe de Asturias.

Fue en 2001 cuando la SEPI crea Izar, tras la fusión de Bazán y AESA. En marzo de 2004, el Gobierno español toma la decisión de segregar la actividad militar con la creación de Navantia.

Los astilleros gallegos de Fene y Ferrol, así como los de San Fernando y Puerto Real en Cádiz, esperan como agua de mayo la orden del Ministerio de Defensa para cortar la chapa del barco de acción marítima (BAM) –símil a poner la primera piedra de un edificio–. El anuncio, que confían que Defensa realice en breve, devolverá la actividad a los astilleros después de tres años en el ‘dique seco’.

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