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ACS busca en la basura de Madrid la guinda perfecta para cerrar la venta de Urbaser
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controlaría todo el circuito de los residuos

ACS busca en la basura de Madrid la guinda perfecta para cerrar la venta de Urbaser

Un proverbio Chino afirma que "los arboles no dejan ver el bosque" y algo así ocurre cuando se mira la guerra abierta por ACS para conseguir vender Urbaser

Foto: El presidente de ACS, Florentino Pérez.
El presidente de ACS, Florentino Pérez.

Un popular proverbio afirma que "los arboles no dejan ver el bosque" y algo así ocurre cuando se mira la guerra abierta por ACS para conseguir los contratos de basura de Madrid sólo como si fuera un árbol, sin imaginar siquiera el frondoso bosque que se esconde detrás.

En la frondosidad está Urbaser, compañía líder en servicios, y el anhelado deseo del grupo presidido por Florentino Pérez de venderla desde hace años. Una operación que nunca ha terminado de cuajar por la inoportuna conjunción de unas elevadas expectativas de precio, falta de liquidez y financiación durante los últimos años y a la necesidad de arreglar antes otros problemas como Iberdrola.

Hacerse con el contrato de basuras de Madrid es el lazo perfecto para esta operación y ayuda a comprender la baja del 10,7% sobre pliegos -más del 15% si se suman los 5 millones que deberá pagar al anterior contratistas- vista en la contrata de los barrios de la periferia de la capital.

El plato fuerte llegará dentro de 12 meses, cuando se prevé que el Ayuntamiento de Madrid unifique en un único contrato la recogida de basuras de toda la capital, en vez de tenerlo dividido en dos, dentro y fuera de la M-30, como hasta ahora. Y en el sector se da por descontado que ACS hará todo lo posible para llevárselo.

Será la guinda del pastel y completará una estrategia que ya fue dejando migas por el camino el pasado agosto, cuando ACS compró a Mercapital el 25% que le había vendido de Clece, filial de Urbaser, hace dos años y medio. Una noticia que ha pasado bastante desapercibida, pero que esconde una lógica empresarial aplastante: se vende mejor cuando se tiene todo el control sobre la compañía.

Además, y aquí se esconde otra clave de los pasos que está dando Florentino Pérez, la suma de Urbaser y Clece permite a ACS tener toda la cadena de tratamiento de residuos, desde la recogida de basuras hasta la gestión de los vertederos, la incineración, el tratamiento y el enterramiento.

Urbaser ya es el mandamás de todo el negocio de vertederos y tratamiento de basuras en la capital, pero hasta ahora siempre ha visto como su rival, FCC era el que tenía el control de la recogida de basuras. ¿Qué pasará si, como se teme en el sector, le quita este papel? Se convertirá en el dueño de la basura de la Madrid. Un poder que va más allá del económico, porque no hay político que quiera enfrentarse a una ciudad sucia ni a una basura mal tratada. Y eso también se paga.

De hecho, fuentes del sector aseguran que Alberto Ruíz-Gallardón siempre tuvo claro que se debían repartir las fuerzas para equilibrar poderes, de tal forma que la empresa de servicios que tuviera el control sobre las basuras no podía replicarlo en vertederos e incineradoras.

Esta cadena ayuda a comprender por qué ACS ha hecho unas bajas tan salvajes para ganar tanto el contrato de recogida de basuras de la periferia como el del Servicio Especial de Limpieza Urgente. La rentabilidad la obtiene en otro lado, en el control completo del circuito -posibles recortes de condiciones laborales aparte-.

El miedo que existe en el sector respecto a que ACS se haga con el contrato unificado de recogida de basuras de Madrid a principios de 2016 responde a que, como se ha visto durante las largas décadas que FCC ha tenido la concesión, una vez dentro, resulta muy complicado ser desbancado por un competidor, porque el conocimiento del negocio permite realizar ofertas más competitivas.

¿En cuánto se valora controlar toda la cadena de la recogida y tratamiento de recogida de residuos de una ciudad como Madrid? Económicamente, estamos hablando de carteras de miles de millones de euros; políticamente, de un poder que puede poner en jaque a cualquier alcalde. El matiz es que el responsable político último que está adjudicando ahora las contratas, Ana Botella, ya ha dicho que no se presentará a los próximos comicios, por lo tanto, resulta fácil suponer que es menos sensible a las amenazas de huelga que ya han vociferado los sindicatos.

Clece no ha sido la única adquisición que ha realizado Urbaser en los últimos tiempos. Otro paso importante se dio el año pasado, cuando ACS desembolsó casi 40 millones de euros en comprar a los minoritarios de Tecmed sus participaciones en la compañía, hoy integrada en Urbaser. Y, ¿a qué se dedica esta empresa? A la clasificación de residuos sólidos urbanos, con las plantas madrileñas de La Lomas y Las Dehesas como joyas de la corona.

El círculo virtuoso que está construyendo Florentino Pérez se ha cerrado también en el primer semestre de este año, cuando la empresa refinanció la deuda de Urbaser al renovar préstamos sindicados por 600 millones de euros y por un periodo que llega hasta 2017.

Tiempo más que suficiente para completar su estrategia: terminar de hacerse con toda la basura de Madrid a través del contrato unificado que saldrá a subasta dentro de 13 meses. Y es que, en los vertederos de la capital parece que se esconde petróleo.

Un popular proverbio afirma que "los arboles no dejan ver el bosque" y algo así ocurre cuando se mira la guerra abierta por ACS para conseguir los contratos de basura de Madrid sólo como si fuera un árbol, sin imaginar siquiera el frondoso bosque que se esconde detrás.

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