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La dirección del PP recela de Botella por el ‘acuerdo de la basura’ con Florentino Pérez
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hABLAN DE UN CONTRATO FIRMADO ‘A LA PATA COJA’

La dirección del PP recela de Botella por el ‘acuerdo de la basura’ con Florentino Pérez

La dirección del Partido Popular teme que los sindicatos amenacen con una huelga de basuras que afectaría gravemente la campaña electoral en Madrid

Foto: El presidente de ACS, Florentino Pérez, conversa con la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. (EFE)
El presidente de ACS, Florentino Pérez, conversa con la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. (EFE)

El contrato para la recogida de las basuras en la periferia de Madrid que acaba de ser adjudicado a la unión temporal de empresas formada por ACS y Ferrovial está generando fuertes quebraderos de cabeza en la dirección del Partido Popular. Los responsables de la formación que gobierna el Ayuntamiento entienden que Ana Botella se ha precipitado con una operación que puede condicionar seriamente las aspiraciones del futuro candidato o candidata a la alcaldía de Madrid. El PP teme que los sindicatos intenten ahora hacerse valer ante los nuevos contratistas vinculando sus reivindicaciones con la amenaza de un conflicto en plena campaña electoral.

Tanto Urbaser como Cespa, filiales respectivas de ACS y Ferrovial, llevan días gestionando un acuerdo de ‘paz social’ con los dirigentes sindicales que evite cualquier tipo de contingencia en un momento crítico para las expectativas políticas del PP. Los adjudicatarios van a tener que poner toda la carne en el asador porque los representantes de los trabajadores no reparan en gastos a la hora de exponer sus temores y reclamar acto seguido todos sus derechos. En caso contrario, han advertido que propondrán una “huelga general indefinida” en la recogida y transporte de residuos sólidos urbanos en la capital.

El riesgo que comporta la amenaza no justifica la necesidad de materializar un contrato que algunos pesos pesados de Génova entienden que se ha suscrito ‘a la pata coja’. Con esta expresión las fuentes consultadas del PP denuncian el afán de Ana Botella por cerrar el acuerdo después de que la alcaldesa haya admitido oficialmente su renuncia a presentarse a las próximas elecciones municipales. En Estados Unidos el término ‘pato cojo’ se utiliza para definir a los cargos electos, incluyendo al presidente, durante el periodo final de su ejercicio gubernamental y cuando ya no pueden ser reelegidos para un nuevo mandato.

Los denominados ‘momentos de la basura’ en el trono municipal del Palacio de Cibeles han sido aprovechados por Ana Botella para establecer un contrato puente y parcial que sólo tiene sentido económico como rampa de lanzamiento del más importante acuerdo a ocho años que deberá ser firmado dentro de un año. En octubre de 2015 está previsto que el Ayuntamiento saque el concurso íntegro de la recogida de basuras en los 21 distritos de la capital, incluyendo los 14 de la periferia y los siete de la zona centro que todavía son atendidos por FCC. La operación supone un importe en números redondos de casi 1.000 millones de euros, que son ya palabras mayores para las grandes constructoras y contratas del país.

Tres mil toneladas diarias de basura

La crítica que se plantea contra la decisión de Ana Botella incide en que habría resultado bastante más lógico forzar una prórroga en la adjudicación de los distritos que están más allá del anillo de circunvalación de la M-30, asegurando así el control de todo el servicio en manos de FCC hasta la licitación del próximo ‘contrato del siglo’. La compañía que preside Esther Alcocer viene encargándose de esta tarea desde la época de su abuelo Ernesto Koplowitz, hace más de setenta años, y la segregación ahora de toda la operativa en dos contratistas diferentes está generando tensiones que alteran el marco de relaciones laborales establecido tradicionalmente con los sindicatos.

La alcaldesa puede alegar en su defensa que el nuevo ‘acuerdo de las basuras’ ha supuesto un interesante ahorro para el Ayuntamiento, pues no en vano ACS y Ferrovial han tirado el precio, con un descuento neto sobre el pliego de condiciones de casi un 20%. La eficiencia demostrada por la primera edil de Madrid no compensa, en todo caso, las sospechas que todo el esfuerzo financiero ha levantado entre los representantes de los trabajadores. Los sindicatos consideran que sus nuevos empleadores no tardarán en traducir la rebaja de su oferta en ajustes de plantilla y de ahí la reacción furibunda que intentan sofocar en estos momentos los flamantes adjudicatarios.

Madrid genera 3.000 toneladas diarias de basura, que equivalen a 370 camiones llenos o, lo que es igual, 20.000 metros cúbicos de residuos. Con estos datos, en un mismo día se podrían cubrir hasta cuatro campos de fútbol con bolsas repartidas por todo el terreno de juego y en 16 días se llenaría el mismísimo Estadio Santiago Bernabéu hasta la bandera. Es impensable que un conflicto en el servicio de recogida de residuos pudiera prolongarse más de dos semanas, pero tampoco serían necesarios tantos días de huelga para arrasar con una campaña electoral. Ana Botella ha anunciado su marcha del Ayuntamiento y en el PP temen ahora que el candidato a la sucesión termine apestado por un problema de basuras.

El contrato para la recogida de las basuras en la periferia de Madrid que acaba de ser adjudicado a la unión temporal de empresas formada por ACS y Ferrovial está generando fuertes quebraderos de cabeza en la dirección del Partido Popular. Los responsables de la formación que gobierna el Ayuntamiento entienden que Ana Botella se ha precipitado con una operación que puede condicionar seriamente las aspiraciones del futuro candidato o candidata a la alcaldía de Madrid. El PP teme que los sindicatos intenten ahora hacerse valer ante los nuevos contratistas vinculando sus reivindicaciones con la amenaza de un conflicto en plena campaña electoral.

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