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El tesoro oculto de las familias Fisas y Guixà: de oro gracias al cobre
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El grupo La Farga factura más de 900 millones

El tesoro oculto de las familias Fisas y Guixà: de oro gracias al cobre

A principios de los ochenta, Oriol Guixà descubrió que se podía conseguir cobre a partir de chatarra a coste muy inferior. Hoy La Farga es un gigante metalúrgico

Foto: Oriol Guixá junto a Artur Mas (yourcoppersolutions.worpress.com)
Oriol Guixá junto a Artur Mas (yourcoppersolutions.worpress.com)

Parafraseando a Terry Pratchett, los alquimistas llevaban siglos buscando cómo convertir la chatarra en oro, pero no lo estaban haciendo de la manera correcta. Fue a principios de los ochenta cuando un joven ingeniero, Oriol Guixà, descubrió que se podían hacer coladas de chatarra y conseguir cobrede una calidad homologable y coste muy inferior. Hoy, las familias Guixà y Fisas controlan al 50% el Grupo La Farga, un gigante metalúrgico que factura 900 millones de euros anuales. Después de todo, el oro estaba allí.

En muchos sentidos, La Farga es un grupo familiar típico del tejido industrial catalán. Lejos de la bolsa, aunque en algún momento ABN Amro intentó tentarlos con cantos de sirena, la compañía ha ido creciendo al calor de que se disparase el precio del cobre con la demanda de los países emergentes.Su presidente es el abogado Vicenç Fisas Comella, que fue lo bastante listo como para dejar un tanto de lado su profesión para apostar por un sector como el cobre, del que no sabía nada.

Fisas era socio del bufete de abogados Castejón y Asociados, al que le encargaron un proyecto para reflotar la empresa Farga Lacambra, una fundición de cobre especializada en producir productos para la navegación. A principios de los ochenta, la firma, que había sido fundada en 1808 y que llegó a ser proveedor de cobre oficial de la Casa de la Moneda de Barcelona, estaba en quiebra.

El sector, los clientes y proveedores esperaban la liquidación. Pero se equivocaron. La culpa fue deOriol Guixà, chico listo, 28 años, ingeniero aeronáutico, que tampoco sabía pero aprendió pronto tras una gira por Estados Unidos, Japón y Sudáfrica y que propuso un proceso para hacer coladas de chatarra y convertirlas en cobre, un cobre que hoy está perfectamente homologado con el metal original. Fueron el primer laminador mundial que pasóa trabajar con la chatarra como materia prima.

Guixà, además, estaba casado con Ana Fisas, la hija de Vicenç Fisas. En este momento es la presidenta de honor del consejo de administración y también del consejo de familia que rige la empresa.

Giro total

Así que Vicenç Fisas y Oriol Guixà dieron un giro brutal a sus carreras. En 1985 el bufete Castejón y Asociados compró a precio de saldo La Farga La Cambra a la familia Lacambra. Fisas presidiría una empresa industrial y Oriol Guixà sería el consejero delegado, dejando su puesto en el fabricante de motos Montesa, empresa en la que tenían vínculos familiares. Guixà, además, era un gran aficionado al trial, pero el verdadero salto no lo dio en moto sino en su vida profesional.

La nueva La Farga apostó por el cobre y realizó una importante reconversión industrial que ha acabado en treinta años de éxitos. El grupo cuenta con una fábrica en Les Masies de Voltregà (Barcelona) y en este momento dispone de una plantilla de 296 personas. Su personal técnico es una referencia mundial en precios de materias primas de metales como el hierro y el cobre. Hoy fabrican productos semielaborados de cobre para mercados de material eléctrico, ferroviario, aeronáutico, automoción y conducciones diversas.

En 2001 los otros socios de Castejón y Asociados salieron de la compañía y el capital se estructuró en la actual división a partes iguales entre la rama familiar del suegro (Vicenç Fisas) y la del yerno (Oriol Guixà). Hoy su complejo protocolo familiar –Vicenç Fisas tiene doce hijos y Oriol Guixà y Ana Fisas, cinco– se estudia en las escuelas de negocios.

El grupo se ha internacionalizado porque el cobre es pesado y viaja mal. Tienen el 49% de una filial en China y en 2012 entraron en Rusia. También operan factorías de Estados Unidos.

Dependencia del precio del cobre

Su principal problema es que dependen mucho del precio del cobre. Según refleja la memoria de sostenibilidad del grupo, las ventas cayeron un 9% en 2013. Y los beneficios se han reducido drásticamente, de más de tres millones hasta los 238.000 euros. Pero el grupo tiene muy poca deuda, una ventaja en los tiempos que corren.

Uno de los objetivos que se ha marcado la dirección es depender menos del cobre, especializarse en otros metales, de manera que la cartera de producto se encuentre más equilibrada y de forma que la rentabilidad sea más estable.

La heredera

La persona que tiene más números para heredar el imperio de La Farga es Inka Guixà, hija de Oriol Guixà y Ana Fisas. Su ventaja es que aúna las dos ramas de familia: es hija del consejero delegado y nieta del presidente, según explican fuentes cercanas a la empresa.

Inka Guixà, la segunda hija de Oriol Guixà, además de consejera, es ahora la directora general de estrategia del grupo. Estudió Dirección de Empresas y estuvo trabajando cinco años fuera de la compañía en tres compañías diferentes hasta que su abuelo y su padre le hicieron la oferta para que se incorporase a la empresa. Ya era miembro del consejo, pero en 2009 se incorporó como directora de expansión, lo que refleja el peso del negocio internacional que tendrá el grupo. El negocio exterior a cierre de 2013 era del 32% y el objetivo es que crezca más.

Parafraseando a Terry Pratchett, los alquimistas llevaban siglos buscando cómo convertir la chatarra en oro, pero no lo estaban haciendo de la manera correcta. Fue a principios de los ochenta cuando un joven ingeniero, Oriol Guixà, descubrió que se podían hacer coladas de chatarra y conseguir cobrede una calidad homologable y coste muy inferior. Hoy, las familias Guixà y Fisas controlan al 50% el Grupo La Farga, un gigante metalúrgico que factura 900 millones de euros anuales. Después de todo, el oro estaba allí.

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