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El BdE pasa a la banca la factura de 16 millones de las auditoras por los test de estrés
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ESTAS FIRMAS SE LLEVARÁN 490 MILLONES EN EUROPA

El BdE pasa a la banca la factura de 16 millones de las auditoras por los test de estrés

La banca volverá a pagar los test de estrés. El Banco de España pasará a las entidades la factura, de más de 16 millones, de las cuatro grandes auditoras

Foto: Sede del Banco de España en Madrid (Efe)
Sede del Banco de España en Madrid (Efe)

La banca volverá a pagar los test de estrés de este año como ya hizo con los de 2012. El Banco de España pasará a las entidades la factura de más de 16 millones que abonará a las auditoras que realizarán el trabajo de campo para estos ejercicios. En todo caso, será inferior a los 31,4 millones que costaron los anteriores. En Europa, algunos bancos centrales abonarán ellos mismos la minuta y otros se la pasarán a sus entidades objeto del examen. El coste total asciende a 490 millones.

El traspaso de la factura a las 16 entidades españolas que serán examinadas por la EBA (Autoridad bancaria Europea) consta en la disposición adicional decimonovena de la Ley1 0/2014, de 26 de junio, de ordenación, supervisión y solvencia de entidades de crédito. Esta disposición se titula "Tasa por la realización de la evaluación global a las entidades de crédito" y contempla que esta tasa tendrá como base imponible "el importe de los activos totales de los grupos consolidables en los que estén integrados los sujetos pasivos declarados al Banco de España a fecha 31 de diciembre de 2013" y que el "el tipo de gravamen de la tasa será el 0,01048 por mil, a aplicar sobre la base imponible".

Según fuentes conocedoras de la situación, la cuota resultante de aplicar el tipo sobre la base imponible supone algo más de 16 millones. La semana pasada, el Financial Times cifraba el coste de los test para España en 15,9 millones. El de los test de 2012, que determinó el importe del rescate europeo a nuestro sector financiero, fue de casi el doble, 31,4 millones. En ese caso, también se traspasó al sector, pero no a las entidades individualmente, sino al Fondo de Garantía de Depósitos. Ahora, este fondo está vacío y sólo ha logrado tapar su agujero gracias a que se ha imputado de golpe la derrama que debe asumir el sector a lo largo de los próximos siete ejercicios.

Hace dos años, el principal perceptor de este dinero fue Oliver Wyman, el responsable de los test, pero también cobraron las big four –Deloitte, Ernst & Young, KPMG y PwC–, y Boston Consulting y Promontory Financial, que actuaron como asesores. Ahora, el Banco de España no ha contratado a ningún asesor –Oliver Wyman sí asesora al BCE, pero lo hace de forma centralizada en Fráncfort–, por lo que los 16 millones irán a parar sólo a las auditoras. Y tampoco serán las big four, porque Deloitte ha sido castigada tras su actuación en Bankia, como adelantó El Confidencial.

Deloitte, fuera del reparto

En febrero, el BCE aprobó el reparto sugerido por el Banco de España, que dividía a las entidades en tres grupos. En el primero están los dos gigantes multinacionales: Santander, que ha ido a parar a Ernst & Young –y es el único banco que examinará esta auditora– y BBVA, del que se encarga KPMG. En un segundo grupo aparecen los cuatro grandes puramente nacionales: CaixaBank y Bankia, que corren a cuenta de PwC, y Popular y Sabadell, que han caído en manos de KPMG.

El tercer grupo contempla a las 10 entidades restantes, que se han dividido en dos mitades entre PwC y KPMG. La primera se ha quedado con KutxaBank, BMN, Ceiss, NCG y Liberbank, mientras que la segunda se ocupará de la revisión de Ibercaja, Bankinter, Catalunya Banc, Unicaja y Cajamar. Como se puede observar, se va a analizar a Unicaja y a Ceiss de forma separada, dado que la segunda pasará a ser filial de la primera pero no se fusionará con ella.

Un coste muy alto y cuestionado

El Financial Times estimó la semana pasada el coste total del dejercicio en 490 millones para examinar a las 128 mayores entidades europeas. El grueso corresponde a Alemania –240 millones–, cuyo supervisor financiero, BaFin, traspasará a las entidades al igual que el Banco de España. Lo mismo ocurrirá en Holanda, donde el banco central gastará entre 42,5 y 61,7 millones en cinco consultoras incluidas BlackRock. Por el contrario, El banco de Francia (80 millones) y el de Italia (27,3 millones) asumirán ellos el coste sin traspasarlo al sector.

La cuestión es si merece la pena un coste tan alto. La tesis oficial es que los test de estrés son necesarios para devolver la confianza de los mercados a la banca y para que la unión bancaria, con la supervisión única del BCE, tenga suficiente credibilidad. Pero otros son más críticos. Prem Sikka, profesor de Essex Business School, opina que "no está claro que vayamos a obtener un valor adecuado para el dinero pagado a las consultoras y auditoras. Las auditoras, en particular, están desprestigiadas después de que en 2008 no lograran identificar a los bancos insolventes". "Me da la impresión de que los reguladores confían demasiado en las auditoras, y deberían descartarlas para construir una mayor expertise interna", añade.

La banca volverá a pagar los test de estrés de este año como ya hizo con los de 2012. El Banco de España pasará a las entidades la factura de más de 16 millones que abonará a las auditoras que realizarán el trabajo de campo para estos ejercicios. En todo caso, será inferior a los 31,4 millones que costaron los anteriores. En Europa, algunos bancos centrales abonarán ellos mismos la minuta y otros se la pasarán a sus entidades objeto del examen. El coste total asciende a 490 millones.

KPMG Oliver Wyman Sector Financiero Banco Central Europeo (BCE)
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