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Leopoldo Arnaiz, sobrino de santo
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Leopoldo Arnaiz, sobrino de santo

Apodado 'Leopardo Arnaiz' por su voracidad en los negocios, encarna a la perfección la figura del conseguidor que abunda en la jungla urbanística

Foto: Edificio Arnaiz Consultores, Madrid. (Foto: Pablo López)
Edificio Arnaiz Consultores, Madrid. (Foto: Pablo López)

Arquitecto, urbanista, promotor, profesor universitario en sus ratos libres y patriarca de un clan de doce hermanos. Leopoldo Arnaiz Eguren, burgalés de 64 años, sobrino de un santo trapense y apodado ‘Leopardo Arnaiz’ por su voracidad en los negocios, encarna a la perfección la figura del conseguidor que abunda en la jungla urbanística, tan estrechamente ligada al poder político. Imputado por blanqueo de capitales y estafa en dos juzgados de Madrid, ha salido airoso en otros dos tribunales que juzgaban grandes causas urbanísticas. Sin apenas hobbies, quienes le conocen dicen que sólo piensa en el trabajo, convencido de la posibilidad de alcanzar cuanto se proponga.

Pocas cosas se han resistido a la ambición de este empresario invisible. Una de esas excepciones tiene que ver con un edificio estratégicamente situado junto a la Puerta de Alcalá de Madrid. Más céntrico imposile. El lugar idóneo para abrir un hotel de cuatro estrellas. La calle donde está ubicado es difícil de pronunciar: Salustiano Olózaga. Tan difícil que incluso la promotora ha puesto mal el nombre en su web, Olazábal en lugar de Olózaga. Pero ese no es el problema. Rehabilitar el inmueble para darle uso hotelero ha costado 8,5 millones de euros y toda la inversión se puede ir al traste porque el Ayuntamiento de Madrid ha decidido paralizar y precintar las obras.

La finca, de 1874, está incluida en el catálogo de edificios protegidos, y la promotora, argumentando mal estado de casi toda la estructura, se ha excedido en las obras, desmontando incluso elementos que no debían haber sido tocados. Urbanismo ha detenido los trabajos y hay que buscar una solución rápida. El arquitecto del proyecto es Leopoldo Arnaiz Eguren, seguramente uno de los urbanistas más conocidos de España. Con muchos amigos y no pocos enemigos.

“No hay de qué preocuparse. Yo lo soluciono”, le dice a un colaborador. Arnaiz es íntimo de un exministro del PP, paisano suyo. Levanta el teléfono y consigue una cita en la concejalía de Urbanismo que dirige Pilar Martínez, edil de Gallardón. Así funciona el mundo del ladrillo. Los contactos lo son todo. Y tiene muchos. La reunión se produce y no hay acuerdo. La venganza es un plato que se sirve frío, y en la jungla del urbanismo, tan estrechamente relacionada con la política, las vendettas forman parte del menú. Los altos cargos de Urbanismo presentes en la reunión informan a Martínez de que Leopoldo Arnaiz está con los promotores del hotel de Alcalá.

Arnaiz y Martínez son viejos conocidos. En el año 2002 Pilar Martínez era la presidenta del PP de Villaviciosa de Odón, cargo del que fue desbancada por un supuesto pucherazo electoral. Martínez llegó a denunciar a la dirección madrileña del PP la afiliación irregular de 78 nuevos militantes que votaron a favor de su rival, Nieves García, que acabaría ganando. Estos 78 nuevos afiliados eran personas próximas a los constructores Francisco Bravo y Francisco Vázquez, empresarios que declararon en 2003 en la comisión de investigación del ‘Tamayazo’ junto a Leopoldo Arnaiz. Este es amigo de ‘los dos Franciscos’, de hecho sería el arquitecto del proyecto de 1.500 chalés que Bravo y Vázquez levantarían casualmente años después en Villaviciosa. Pilar Martínez no olvida este agravio y Arnaiz se queda sin hotel en la puerta de Alcalá.

Leopoldo Arnaiz Eguren se merece una serie de televisión, asegura un excolaborador suyo. Algo parecido a ‘Crematorio’, basada en la novela de Rafael Chirbes y que protagonizó el difunto Pepe Sancho. La tensa reunión mantenida para salvar el hotel, celebrada ya hace unos años, podría ser la escena de uno de los capítulos. El proyecto hotelero sigue hoy enterrado en los tribunales y la promotora burgalesa que lo rehabilitó, Valle del Duero, en la que Arnaiz tenía acciones, está actualmente en concurso de acreedores, tramitado en el juzgado de lo mercantil número 4 de Madrid.

Un habitual de los juzgados

Arnaiz se mueve como pez en el agua entre las bambalinas de distintos juzgados. “Leopoldo es más importante que Paco Correa. Y el tiempo lo dirá”, asegura un empresario que ha hecho negocios con él. Su trayectoria judicial es dilatada, tan jugosa como para rellenar horas de televisión en esa hipotética serie.

En el juzgado número 35 de Madrid está acusado de blanqueo de capitales, una causa que esconde oscuros negocios con el Banco Santander; en el juzgado número 8 está imputado por estafa e incumplimiento de contrato tras no saldar una deuda de 8,7 millones con una exsocia; el juzgado 39 de Madrid admitió una querella contra él por un supuesto delito societario, querella retirada tras llegar a un acuerdo con la exsocia a la que estafó; y en el número 17 de lo social, una de sus empresas, administrada por su antigua cocinera, acaba de ser condenada por despido improcedente.

Su rastro está siendo seguido también por el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, que investiga la trama Gürtel, por unos negocios urbanísticos en Boadilla del Monte. Varias de sus empresas están en concurso de acreedores, arrastradas por ruinosos negocios en el sector del ladrillo. Y la Seguridad Social le reclama 3,3 millones de euros, después de que una inspección descubriera que tenía a 114 trabajadores como autónomos cuando los debería haber tenido en plantilla.

Arnaiz suma y sigue. El juzgado número 1 de lo Penal de Móstoles le absolvió en junio de este año de un delito de negociación prohibida a funcionarios, por una sospechosa operación inmobiliaria en Alcorcón, precisamente en los terrenos donde el magnate americano Sheldon Adelson quería levantar Eurovegas. En Móstoles también le imputaron por el famoso caso de la Ciudad Financiera del Santander, denunciado por los terratenientes de suelo de Boadilla que vendieron sus terrenos a Emilio Botín, donde el banquero más importante de España levantó su faraónica sede. Arnaiz también fue absuelto, esta vez en octubre de 2010.

Demasiados frentes para este burgalés de 64 años, funcionario en excedencia de la Comunidad de Madrid, que tuvo claro desde el principio que en el sector privado le iría mejor que en el público. Ambicioso, tremendamente trabajador, con un gran carisma personal, y muy bien relacionado, Arnaiz es lo que ha querido ser. En el sector se le apoda 'Leopardo Arnaiz'.

Basta con echar un vistazo en la web de su buque insignia: la empresa Arnaiz Consultores. El apartado clientes es demoledor: todo tipo de Administraciones Públicas, bancos, grandes empresas y universidades han pagado por sus servicios. Decenas y decenas de ayuntamientos le han encargado su planeamiento urbanístico. Y tiene proyectos en 15 países de todo el mundo.

Una consultora de tanta importancia se merece una sede acorde: once plantas en la calle Méndez Álvaro de Madrid, con un gran A en la fachada visible incluso para los viajeros que llegan desde el sur en tren a la estación de Atocha. Quienes le conocen dice que es muy ególatra, quizás por eso ha querido que las lámparas de su sede tengan la forma de su firma.

El registro de la propiedad ofrece más datos. Hay decenas y decenas de empresas a su nombre y al de su hermano Juan, su colaborador más fiel. Una de estas sociedades, Grupo 2, en concurso de acreedores, es la titular que paga el alquiler de la sede de Méndez Álvaro. Pero todo esto es la contabilidad A, porque el mundo de Arnaiz es muy complejo, lleno de recovecos poco iluminados y de una contabilidad B, un concepto hoy tan de moda.

Gracias a las dos denuncias que puso su exsocia se descubrió todo el entramado que Arnaiz había edificado en el Reino Unido: ocho empresas de su propiedad que no estaban a su nombre, sino administradas por testaferros. De estas sociedades B colgaban otras 30, de las que Arnaiz tenía distintos porcentajes. Empresas dueñas de suelo y propiedades en municipios cuyo urbanismo diseñó él mismo. El círculo completo.

Su tío abuelo santo

Fuentes jurídicas señalan que Arnaiz es tan asiduo de los tribunales que va a tener que pedir ayuda divina a su tío abuelo Rafael Arnaiz, un monje trapense que fue canonizado en octubre de 2009 por Benedicto XVI en Roma. El arquitecto acudió a la ceremonia en Roma, vestido de chaqué negro para escuchar los milagros de su tío abuelo, entre ellos la curación de una muchacha atropellada por un tractor, ya desahuciada por los médicos. Y aunque no es un hombre muy religioso, está muy bien relacionado con los tentáculos de la Iglesia española.

Ha formado parte del Consejo Asesor del Área de Arquitectura de la Universidad Francisco de Vitoria, controlada por Los Legionarios de Cristo. Precisamente en uno de sus textos habla de cómo combatir la corrupción urbanística. También es el casero de la sede de 13TV, la cadena de los obispos, ubicada en Boadilla del Monte, municipio en el que tiene todo un imperio inmobiliario que suma 107 locales y parcelas. El dueño de la sede es una empresa de nombre Cecora, una de las 38 sociedades opacas denunciadas por su exsocia.

Arnaiz está casado con Esperanza, una farmacéutica con la que tiene tres hijos. Pero su verdadero apoyo son sus 11 hermanos (uno ya fallecido). Aunque él no es el mayor, es el patriarca del clan. En Madrid, Arnaiz intenta controlar su imperio desde el pisazo que se ha hecho en el Retiro, uniendo varios áticos. Pero su lugar de descanso está en el municipio de Durón, en Guadalajara, en una imponente finca que da al embalse de Entrepeñas. Se llama la Calderona de los Doce, por los doce hermanos. Cada uno de ellos tiene allí una casa para sus respectivas familias.

Su mano derecha es su hermano Juan, abogado, quién le representa en todos los casos judiciales. Y su mano izquierda, un sobrino suyo, Fernando, periodista. Ambos son los elegidos para hablar con los medios de comunicación cuando alguno de los negocios de Leopoldo salta a la prensa. Su perfil en Linkedin es todo un alarde de modestia. Asegura que ha sido director de proyectos de más de 2.500 edificios y ha participado en la redacción de más de 500 planes urbanísticos. Ha realizado también la digitalización de más de 900 municipios.

Ya en 2003, cuando fue llamado a declarar en la comisión de investigación del 'Tamayazo' (la deserción de dos diputados socialistas que permitió el triunfo electoral de Esperanza Aguirre), Arnaiz aseguró que no se casa con nadie y que había trabajado en 31 municipios de Madrid, "el 52% gobernados por el PP, y el otro 48% por la izquierda". Aunque toca todos los palos, en Madrid se le conoce como el ‘urbanista del PP’, apodo que no le gusta. Tuvo que enviar una carta a la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, para que el partido le desvinculará públicamente. Obviamente la misiva no obtuvo respuesta.

Un hombre sin vicios

Quien bien le conoce dice que es un tipo sin vicios; no fuma y no bebe. Es, sobre todo, “un verdadero encantador de serpientes, un hombre que sabe ganarte en la distancia corta”. No tiene hobbies. No le gusta el fútbol, no hace deporte, no colecciona nada. Sólo tienen una manía. Viste siempre con trajes muy claros y zapatos ingleses con cordones. Y una fobia: odia a los periodistas.

Ahora, los nuevos frentes judiciales vuelven a poner de relieve su figura y su ascendente sobre el boom inmobiliario desarrollado en la Comunidad de Madrid durante más de una década. Sin embargo, el burgalés asegura que pasa por una delicada situación económica, por lo que intenta expandir sus negocios fuera de España, donde sus cartas empiezan a estar marcadas. Tiene negocios en México, donde incluso se fotografía con el expresidente Felipe Calderón. También en Colombia, Costa Rica y Brasil. En cualquier caso, pase lo que pase, siempre tendrá Boadilla del Monte.

Arquitecto, urbanista, promotor, profesor universitario en sus ratos libres y patriarca de un clan de doce hermanos. Leopoldo Arnaiz Eguren, burgalés de 64 años, sobrino de un santo trapense y apodado ‘Leopardo Arnaiz’ por su voracidad en los negocios, encarna a la perfección la figura del conseguidor que abunda en la jungla urbanística, tan estrechamente ligada al poder político. Imputado por blanqueo de capitales y estafa en dos juzgados de Madrid, ha salido airoso en otros dos tribunales que juzgaban grandes causas urbanísticas. Sin apenas hobbies, quienes le conocen dicen que sólo piensa en el trabajo, convencido de la posibilidad de alcanzar cuanto se proponga.

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