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Telefónica recompone su estrategia en Brasil tras la ruptura del pacto de socios en Italia
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MENOR PRESIÓN PARA LA VENTA DE TIM

Telefónica recompone su estrategia en Brasil tras la ruptura del pacto de socios en Italia

La ruptura del pacto de accionistas en Telecom Italia permite a Telefónica una posición más desahogada para afrontar la presión de los reguladores en Brasil.

Foto: La sede de Telecom Italia en Rozzano (EFE)
La sede de Telecom Italia en Rozzano (EFE)

No hay mal que por bien no venga. La ruptura del pacto societario que reforzaba la posición de Telefónica en Telecom Italia va a provocar, al menos desde un punto de vista jurídico, una cierta relajación en la presión que el Gobierno de Brasil viene ejerciendo sobre la operadora que preside César Alierta. Los reguladores del país latinoamericano deberán rebajar el tono de su ultimátum contra la multinacional española porque a partir de ahora ya no podrán considerar a Telefónica como una ‘empresa coaligada’ dentro del capital de TIM Brasil.

Las autoridades brasileñas de competencia tomaron la matrícula a Telefónica el pasado mes de diciembre cuando el CADE (Consejo Administrativo de Defensa Económica) reclamó a la compañía española que deshiciera su doble presencia en el capital de las empresas locales Vivo y TIM Brasil. El citado organismo antimonopolio reaccionaba así para mostrar su posición inflexible ante la proyección obligada que Telefónica acababa de adquirir como primer accionista de Telco, la sociedad holding que dirigía con pleno dominio los movimientos de Telecom Italia hasta hace un mes escaso.

Desde el momento en que Telecom Italia es el socio de referencia de TIM Brasil, la presencia indirecta de Telefónica se advertía como una amenaza para la defensa del mercado. El supervisor otorgó entonces un plazo de dieciocho meses, hasta junio de 2015, para establecer un plan de desinversión que se traducía lisa y llanamente en la venta de TIM Brasil. La otra opción, que sería abandonar Vivo, está descartada de antemano, dado que esta compañía representa la joya irrenunciable de la corona con que Telefónica se pasea por toda Latinoamérica.

El desmantelamiento de Telco ha sido efectuado a instancias de Generali, Intesa Sanpaolo y Mediobanca, los tres socios de Telefónica en Telecom Italia, pero lo cierto es que ha provocado un cambio de panorama que favorece las expectativas de la empresa española en Brasil.Telefónica ha dejado de representar el 22,4% de la operadora transalpina que estaba bajo control de Telco y su nueva participación en Telecom Italia, aunque ahora sea directa, ha quedado por debajo del 20% que el Gobierno brasileño interpreta como una posición de dominio.

Telefónica tiene ahora un 14,8% de Telecom Italia, pero este nivel de participación no puede ser considerado como estratégico, por lo que la multinacional española ha dejado de ser, a efectos regulatorios, una empresa de ‘control coaligado’ en TIM Brasil. La nueva situación otorga cierto respiro en las relaciones con el CADE y con la entidad supervisora de las telecomunicaciones Anatel, lo que permite a la compañía presidida por César Alierta esperar que sean otros los que desvelen previamente sus cartas con vistas a la eventual reordenación del mercado brasileño.

Tanto el presidente de Telecom Italia, Giuseppe Recchi, como su consejero delegado, Marco Patuano, mantienen una postura ecléctica sobre la eventual desinversión de TIM Brasil. Por un lado niegan la mayor, pero acto seguido matizan que cualquier operación es posible, dependiendo del precio que se obtenga. A buen entendedor no hacen falta más palabras, y lo que ahora se necesita es un comprador dispuesto a echar el resto por la empresa brasileña. El más interesado es la compañía local Oi, que contaría con el favor institucional dentro de su país, pero que todavía tiene que culminar el proceso de integración con Portugal Telecom.

Socio durmiente, que no dormido

Telefónica se ha colocado claramente a la expectativa, reforzando su posición de consorte en TIM Brasil con la intención prioritaria de evitar la entrada de algún nuevo y más peligroso competidor para Vivo. La posibilidad de que ATT o Vodafone lanzaran un zarpazo sobre la filial de Telecom Italia parece ahora muy lejana y, en cualquier caso, su eventual incursión podría ser rápidamente divisada y convenientemente neutralizada por la compañía española. Una cosa es actuar como socio durmiente por razones del guion que exige el Gobierno brasileño y otra muy distinta quedarse dormido ante la ofensiva de los más grandes rivales multinacionales.

La solución natural apunta a un reparto de TIM Brasil entre los tres operadores existentes en el país, la propia Vivo y la ya citada Oi junto a Claro, la compañía integrada en el grupo América Móvil de Carlos Slim. La operación triangular exige una conjunción de intereses que, de momento, no parece fácil de articular pero, en cualquier caso, Telefónica ha conseguido reducir el yugo de las autoridades del país aliviando el clima de tensión con los reguladores brasileños. Dentro de este mismo marco de colaboración no se descarta que los problemas en el gran mercado latinoamericano se resuelvan por la vía rápida poniendo fin, más pronto que tarde, a la aventura transalpina.

La entrada en Telecom Italia tuvo desde el principio una clara motivación defensiva con el fin de poner freno a la avanzadilla de Slim en Europa. Telefónica ha conseguido bajar los humos del magnate mexicano en el Viejo Continente y ahora que los socios italianos se han declarado en desbandada lo más lógico sería levantar el campo de batalla. Más aún si la venta de la participación en Telecom Italia contribuye a apaciguar de manera definitiva los ánimos con el Gobierno de Dilma Rousseff. Brasil representa la gran conquista americana de Telefónica, un mercado en el que está afianzando su liderazgo con Vivo y que en los próximos años va a ser, sin duda, la principal cabeza de puente en el desarrollo estratégico de la operadora española por todo el mundo.

No hay mal que por bien no venga. La ruptura del pacto societario que reforzaba la posición de Telefónica en Telecom Italia va a provocar, al menos desde un punto de vista jurídico, una cierta relajación en la presión que el Gobierno de Brasil viene ejerciendo sobre la operadora que preside César Alierta. Los reguladores del país latinoamericano deberán rebajar el tono de su ultimátum contra la multinacional española porque a partir de ahora ya no podrán considerar a Telefónica como una ‘empresa coaligada’ dentro del capital de TIM Brasil.

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