Caja Madrid Bolsa presentaba a Jenaro García como "el Steve Jobs español"
"El Steve Jobs español". La necesidad de colocar las acciones de Gowex hizo que Caja Madrid, presidida por Rodrigo Rato, elevara a los altares a Jenaro García.
"El Steve Jobs español". La necesidad de colocar las acciones de la salida a bolsa de Gowex hizo que Caja Madrid, entonces presidida por Rodrigo Rato y en vísperas de la fusión que dio lugar a Bankia, elevara a los altares a Jenaro García comparándolo con el mítico fundador de Apple (fallecido en 2011). Se trataba de una colocación pequeña (36 millones), pero de una empresa desconocida y con un modelo de negocio difícil de entender. Así que la entidad se la ofreció a los clientes de banca privada como una oportunidad única de participar en el que iba a ser gran bombazo tecnológico español.
Caja Madrid Bolsa entonces y más tarde su sucesora Bankia Bolsa (hoy vendida a GVC-Gaesco) fue uno de los brokers que más apoyó al MAB (Mercado Alternativo Bursátil) en sus inicios y que más se esforzó por atraer empresas al mismo. Pero, según cuentan fuentes que participaron en esas operaciones, las acciones de esas compañías se colocaban "a capón", es decir, "había unos objetivos de venta y había que cumplirlos como fuera". Es decir, algo parecido a las preferentes, pero a mucha menor escala.
El responsable de estas operaciones, según las fuentes citadas, era José Antonio Tamayo, director general comercial de Caja Madrid Bolsa. En el caso de Gowex, tiró de Altae, el banco privado –gestión de altos patrimonios– del grupo para que vendiera las acciones a sus clientes. Y para conseguir que estos aceptaran, el argumento fue el de que Jenaro García era el Steve Jobs español, puesto que era un visionario que iba a hacer de Gowex una empresa conocida en todo el orbe y a multiplicar sus beneficios exponencialmente. Igual que Apple.
"Fíjese si Gowex se está expandiendo, que hoy ya hay wifi en todos los kioscos", le decían al cliente para convencerlo. Y él veía los toldos de Gowex y eso le daba confianza en que eso era un negocio que funcionaba, confianza ahora traicionada por el descubrimiento de que las cifras eran falsas desde hace ocho años.
Además, al ser una colocación tan pequeña, lo normal era que las acciones de Gowex supusieran una pequeña posición en las carteras de los clientes. El típico valor arriesgado que incluyen los gestores porque añade "chispas" a la cartera y le ofrece un plus de rentabilidad si sube con fuerza en bolsa, como ocurrió con Gowex hasta el informe de Gotham que dio pie al reconocimiento del fraude; pero que, si va mal, tampoco supone un descalabro por su escaso peso en el conjunto de las inversiones del cliente.
Un seguro de vida de dos millones
La personalización del éxito de Gowex en su presidente queda patente en el folleto de la salida a bolsa que gestionó Caja Madrid. En el capítulo de riesgos, junto a los habituales en las tecnológicas –aparición de nuevas tecnologías, mercado cambiante, llegada de nuevos competidores, riesgo bursátil, etc.– se incluye un apartado referido al propio presidente: "La Compañía depende en buena medida de su equipo de alta dirección, que atesora una amplia experiencia de gestión en el sector y, en particular, de su fundador D. Jenaro García Martín".
Tal era la importancia concedida al "Steve Jobs español" que la empresa tranquilizaba a sus futuros accionistas: "A fecha del presente Documento Informativo, no hay ninguna previsión de que don D. Jenaro García Martín vaya a cesar en sus funciones". ¿Y si ocurría lo peor? Estaba todo previsto: "La Compañía ha suscrito un seguro sobre la vida de D. Jenaro García Martín por importe de 2 millones de euros, del que es beneficiaria la Compañía".
"El Steve Jobs español". La necesidad de colocar las acciones de la salida a bolsa de Gowex hizo que Caja Madrid, entonces presidida por Rodrigo Rato y en vísperas de la fusión que dio lugar a Bankia, elevara a los altares a Jenaro García comparándolo con el mítico fundador de Apple (fallecido en 2011). Se trataba de una colocación pequeña (36 millones), pero de una empresa desconocida y con un modelo de negocio difícil de entender. Así que la entidad se la ofreció a los clientes de banca privada como una oportunidad única de participar en el que iba a ser gran bombazo tecnológico español.