La Generalitat asume la salida de Nin en CaixaBank: "Sólo podemos aceptarla"

"Nosotros sólo podemos respetar la decisión tomada", ha señalado el conseller de Presidencia, Francesc Homs, cuando se le ha pedido una valoración sobre el cambio de consejero delegado en CaixaBank, con la salida de Juan María Nin, quien ha sido sustituido en el puesto por Gonzalo Gortázar.

"Este cambio se encuentra en el marco de este cambio legal al que está sujeto todo el sector financiero. No tenemos nada más que decir, excepto que estamos muy satisfechos de como se ha ido afianzando una entidad financiera como ésta, con sede en Barcelona", ha manifestado hoy Homs.

Ayer se hizo público que CaixaBank había acordado el relevo de Juan María Nin como consejero delegado y vicepresidente del banco. Como consejero delegado del banco se nombra por primera vez a alguien no catalán: Gonzalo Gortázar, nacido en Madrid y de origen vasco. Homs ha hecho una alusión a los logros de Nin, apuntando que "en este sentido hay que agradecer el trabajo hecho" y ha destacado que "se han sabido superar los momentos difíciles".

La Generalitat fue infomada ayer, en la persona del conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, del cambio de consejero delegado, cuando ya todo estaba hecho. Con el nuevo marco legal la administración catalana ha perdido cualquier tutela sobre La Caixa, ya que ésta es ahora una Fundación Bancaria.

La Generalitat, fuera de juego

El viernes Isidre Fainé llamó al gobernador del Banco de España,Luis María Linde, y le comunicó la naturaleza de este cambio ejecutivo. Con el visto bueno del regulador, Fainé ya tenía vía libre para nombrar a Gonzalo Gortázar consejero delegado, según han explicado fuentes financieras conocedoras de las conversaciones.

Ese mismo viernes, ya ni Fainé ni tampoco Nin acudieron al acto de la Fundación Príncipe de Girona, pese a que era la primera visita del rey Felipe VI a Cataluña. El entretejido del relevo era demasiado complejo y absorbía por completo a sus protagonistas para que se pudiesen dedicar a hacer vida social.

Tal y como quedó claro tras la última reforma legal, la Generalitat quedó fuera de juego. Si en Palau no les gustó que se nombrase a un vasco consejero delegado del primer banco catalán, no tuvieron opción de abrir la boca. También es cierto que la actual administración, enzarzada en el proceso independentista, no está para cuestiones como la de quién mandará en CaixaBank.