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ACS sufre un agujero de 150 millones por una tuneladora en Estados Unidos
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por un fallo en una tuneladora en seattle

ACS sufre un agujero de 150 millones por una tuneladora en Estados Unidos

Las constructoras españolas empiezan a tropezar en el exterior, el mercado al que se han lanzado para compensar el parón de la obra pública en España

Foto: El presidente de, ACS Florentino Pérez, durante la Junta General Ordinaria de Accionistas. (Efe)
El presidente de, ACS Florentino Pérez, durante la Junta General Ordinaria de Accionistas. (Efe)

Las constructoras españolas empiezan a tropezar en el exterior, el mercado al que se han lanzado para compensar el parón de la obra pública en España. Tras el caso de Sacyr en Panamá, ACS ha reconocido que se enfrenta a un profundo agujero en Seattle (Estados Unidos) por no acabar a tiempo un proyecto de 1.000 millones de euros, una demora causada por la rotura de la tuneladora más grande del mundo fabricada ad hoc.

Si alguien sabe de horadar túneles es ACS, como demostró en la obra de soterramiento de la M-30 de Madrid, una experiencia que le facilitó la consecución a finales de 2010 de un contrato de 1.400 millones de dólares (1.000 millones de euros). Para la ejecución de las obras, Dragados USA, la filial norteamericana del grupo presidido por Florentino Pérez, se comprometió a fabricar la tuneladora, de 17,5 metros de diámetro.

Una máquina de dimensiones sin precedentes que la compañía española mandó fabricar en Japón. Las que usaron ACS y FCC para remodelar la principal arteria de circunvalación de Madrid en 2005 medían 2,3 metros menos de diámetro y las que se emplearon para ampliar el metro de la capital, casi la mitad (9,4 metros). Pero la tuneladora no ha funcionado como se esperaba, hasta el punto de que ha tenido que ser parada para su revisión. Desde que se puso en marcha en junio de 2013, tan sólo ha podido trabajar dos meses.

Los técnicos de ACS han estimado que los arreglos tardarán cerca de un año, por lo que el túnel de 2,7 kilómetros con el que el Washington State Department of Trasportation (WSDOT)quiere mejorar el tráfico de la ciudad no estará concluido en la fecha comprometida, a finales de 2015. La reparación se ha estimado en al menos 125 millones de dólares, 90 millones de euros, que las autoridades estadounidenses quieren cargar contra las cuentas de Dragados USA pese a la oposición de los ejecutivos españoles.

La tuneladora Bertha.
Esta práctica es muy distinta a lo que suele ocurrir en España. De hecho, como es sabido, el sobrecoste del soterramiento de la M-30 se duplicó respecto al importe inicial del proyecto, que era de 2.500 millones. Una factura que Alberto Ruiz Gallardón, entonces alcalde y ahora Ministro de Justicia, cargó contra los bolsillos de los ciudadanos, que tienen que hacer frente a intereses por la financiación de la obra hasta 2040.

ACS va a intentar negociar que el coste de arreglar Bertha, como así se bautizó a la tuneladora, lo asuma el estado de Washington. De hecho, ya ha hecho el requerimiento oficial con el argumento de que unas aguas subterráneas por la rotura de unas tuberías han dañado la máquina y la han inutilizado. El WSDOT ha rechazado la solicitud al considerar que la constructora debería conocer el estado de la situación y haber evitado el problema. Lo más probable es que las partes acudan a un tribunal de arbitraje para dirimir quién tiene razón.

De momento, ACS ha decidido tirar de un anticipo de 40 millones de dólares concedido por las autoridades de Washington para hacer frente a este coste extraordinario que, de confirmarse, pone en grave riesgo la rentabilidad del proyecto. Según fuentes del sector, una compañía puede obtener un beneficio de entre el 6 y el 8% en una obra de este calado, por lo que los 125 millones de dólares que cuesta reparar Bertha superarían la ganancia estimada.

Pero el asunto no queda ahí porque ACS tiene que terminar el túnel a finales de 2015 o, en el peor caso, en noviembre de 2016. Como la tuneladora no va a estar en funcionamiento hasta marzo de 2015, hay serias dudas de que pueda cumplir el plazo. Si no lo hace, tendrá que hacer frente a una multa diaria de 50.000 dólares, hasta una penalización máxima de 75 millones de dólares. En total, 200 millones (145 millones de euros) que provocarían un sensible agujero en el balance del grupo español.

Las constructoras españolas empiezan a tropezar en el exterior, el mercado al que se han lanzado para compensar el parón de la obra pública en España. Tras el caso de Sacyr en Panamá, ACS ha reconocido que se enfrenta a un profundo agujero en Seattle (Estados Unidos) por no acabar a tiempo un proyecto de 1.000 millones de euros, una demora causada por la rotura de la tuneladora más grande del mundo fabricada ad hoc.

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