Florentino Pérez y Javier Loizaga, un favor de 150 millones muy bien remunerado

La contratación de Javier Loizaga por parte de ACS ha causado estupor en el mercado financiero y empresarial, al tratarse del hijo de uno de los consejeros y accionistas históricos del holding presidido por Florentino Pérez. La incorporación del vástago de José María Loizaga, íntimo amigo del mandatario del Real Madrid, como director financiero de Leighton, ha provocado todo tipo de suspicacias, especialmente por la operación financiera por la que el ahora nuevo directivo ayudó a su nuevocontratante a apuntarse unas plusvalías de 150 millones de euros.

La transacción ocurrió ahora hace dos años cuando ACS acordó la venta del 23,5% de Clece a Mercapital, la firma de capital riesgo dirigida por Javier Loizaga, después de que su padre José María se jubilase en 2008 y le traspasaré la dirección a su primogénito. La sociedad de private equity pagó 80 millones por esa participación, por lo que la compañía adquirida se valoró en 506 millones.

Tras el acuerdo, ACS pasó de contabilizarla por consolidación global a integrarla por el método de participación. El cambio contable lo justificó porque, según la interpretación de las normas internacionales de contabilidad, ya no tenía el control de Clece pese a que mantenía y mantiene el 76,5% de las acciones de esta filial de medio ambiente y servicios sociales. Una modificaciónaparentemente inocua, pero que tenía una ventaja sustancial, ya que se pudo apuntar una plusvalía muy suculenta.

Por una parte, se anotó 39,7 millones de euros por la venta del 23,5% a Mercapital. Y por otro se metió en el balance un beneficio de 110,3 millones por la revalorización hasta su valor de mercado de la participación mantenida en Clece “debido a la pérdida de control”. En total, 150 millones, La maniobra no gustó nada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que le pidió aclaraciones a finales de 2013 al tener serias dudas sobre lo pactado entre ACS y Mercapital.

El pasado 14 de enero, Florentino Pérez tuvo que remitir un escrito a la Comisión en el que argumentaba su operativa, con la explicación de que el pacto de accionistas con su nuevo socio le permitía esta forma de contabilización. Pese a ser dueño de tres cuartas partes del capital de Clece, ACS y Mercapital se repartieron equitativamente el consejo de administración –tres miembros cada uno–, cuyas decisiones se debían de aprobar por al menos cuatro de los seis integrantes del órgano de gestión.

Opción fallida de venta

Entre las cinco cuestiones planteadas por la CNMV, una era la opción de compra adicional que ACS le concedió a Javier Loizaga para hacerse con el 76,5% restante. Una alternativa que tiene vigencia hasta finales de este año, pero que ya no está en manos del hijo del consejero de la constructora, sino de N+1, sociedad con la que Mercapital se fusionó a mediados de 2012. Los nuevos dueños de Clece no ven con buenos ojos la operación, por lo que ya han comunicado a Florentino Pérez que no la van a ejercer.

Ante esta disyuntiva, N+1 Mercapital contactó en el último trimestre del último ejercicio con varios fondos que pudieran estar interesados en este negocio, cuyo principal activo son las concesiones con los ayuntamientos, unos contratistas que hasta hace bien poco pagaban con tal retraso que ponían en jaque las cuentas de la empresa que operaba los servicios. Clece fue una de las que sufrió estas demoras, lo que se tradujo en un grave problema de circulante, motivos por los que los potenciales compradores desistieron de adquirir la compañía.

El precio inicial de la compraventa se ajustó posteriormente en 50 millones de euros porque la sociedad no cumplió determinados objetivos financieros. Pero, en 2013, se volvió a revaluar en una cantidad no cuantificada gracias al pacto firmado entre ACS y Mercapital, según consta en la respuesta de la constructora al organismo supervisor. Toda una operativa que, tras la salida forzada de Javier Loizaga de la firma de capital riesgo, ha sido coronada con un fichaje que ha sonrojado al mundo financiero.