Ana Pastor rechaza el troceo de Aena que exige la CNMC de cara a la privatización

La Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) se ha investido con los poderes del rey Salomón después de plantear el troceo de Aena como condición sine qua non para aprobar su controvertida salida a bolsa. La mayor privatización del Reino produce salpullidos en determinadas esferas del Gobierno, pero a la ministra de Fomento, Ana Pastor, lo que verdaderamente le atormenta es la idea de replicar el modelo territorial de las antiguas cajas de ahorros con la empresa estatal que gestiona los aeropuertos en España.

La fórmula propuesta por el organismo regulador responde a una idea original de la vicepresidenta de la CNMC, María Fernández, antigua mano derecha del zar económico de la Moncloa, Álvaro Nadal. La división de Aena se establecería a partir de dos grandes bloques de aeropuertos, estructurados en torno a Barajas y El Prat respectivamente. Madrid delimitaría un área conjunta con los aeropuertos de Andalucía y Canarias, en tanto que Barcelona encabezaría otro grupo en la zona del Mediterráneo con todas las instalaciones de Levante y Baleares.

La distribución en lotes supone, de hecho, toda una involución en el programa del Partido Popular y se asemeja más directamente a los planteamientos aprobados por el Gobierno de Zapatero en los minutos de la basura de la anterior legislatura parlamentaria. Poco antes de las elecciones generales de 2011, el PSOE trató de atraerse los favores políticos de los nacionalistas catalanes y diseñó un plan con el objetivo estelar de transferir la propiedad de El Prat a la compañía de infraestructuras Abertis, controlada por La Caixa. Como argumento para reforzar esta misma estrategia se preveía, además, la venta de Barajas al supuesto mejor postor, que todos los observadores del mercado identificaban con Ferrovial.

Una idea peregrina

Mariano Rajoy desactivó nada más llegar a la Moncloa la ruptura del modelo integral de Aena que ahora vuelve a ponerse sobre la mesa y que amenaza con inflamar de nuevo los intereses territoriales del llamado Estado de las autonomías y sus alambicadas circunstancias. El nuevo mapa fronterizo que plantea la vicepresidenta de la CNMC ‘abre el melón’ de una fragmentación que será difícil superar sin sustraerse a las resistencias de los poderes regionalistas que segmentan España. De ahí la negativa rotunda de la ministra Ana Pastor a lo que en medios de su departamento se considera una idea peregrina, si no una coartada para justificar la suspensión de todo el proceso de privatización.

El ‘arroz’ de la salida a bolsa se le está pasando a los responsables ministeriales del gestor aeroportuario que ahora sitúan el próximo otoño como nueva fecha para la anunciada oferta pública de venta (OPV). En realidad, octubre es la última ventana factible para una colocación en los mercados, dada la agenda habitual que manejan los grandes inversores institucionales en este tipo de operaciones. Para ello el Gobierno tendría que aprobar con carácter de urgencia el real decreto-ley de regulación aeroportuaria que desde hace unas semanas se encuentra también sobre la mesa de trabajo del presidente de la CNMC, José María Marín Quemada.

El objetivo de Ana Pastor consiste en articular un marco normativo de consenso con los distintos agentes del transporte aéreo para integrar una plataforma conjunta de apoyo a la privatización de Aena como empresa capaz de competir en el mercado global aeroportuario. El Ministerio de Fomento considera que la única competencia de los aeropuertos a nivel doméstico es la que algunos ayuntamientos delocalidades colindantes vienen efectuando de manera ciertamente desleal, y lo que ahora se pretende es disponer de una multinacional que ayude a la vertebración del país y pueda desplegar la imagen de marca de España con una estrategia clara de internacionalización.

La OPV, ahora o nunca

Aena ha ganado músculo financiero después de alcanzar un acuerdo con los bancos para la renegociación de la deuda de 11.500 millones de euros. La reestructuración de balance se ha complementado con un ajuste laboral, la maximización de los ingresos comerciales y, en definitiva, un cambioradical de signo de la cuenta de resultados. La entidad que preside José Manuel Vargas ha experimentado una metamorfosis en los dos últimos años que la propia Ana Pastor define como ‘la vuelta del calcetín’ de Aena. Al cierre de 2013, el ebitda se ha situado en 1.600 millones de euros con una generación positiva de caja de 850 millones.

Los grandes bancos de inversión consideran que la compañíaestá lista para debutar en bolsa y la comunidad financiera internacional considera que la OPV del gestor aeroportuario puede servir al Gobierno para aprobar definitivamente la reválida de la nueva confianza que ahora despierta España en los mercados de capitales. La privatización del entecontroladopor Fomento es, sin duda, la mayor operación bursátil a la redonda,pero su dilación en el tiempo podría resultar demoledora para los planes del Ministerio de Fomento.

La posibilidad de que la OPV quede congelada más allá de finales de año haría imposible la perspectiva de una Aena integral. El control de los aeropuertos es la eterna canción del debate político cada vez que arrecia la tensión electoral dentro de las CCAA, y tanto los barones regionalistas del partido en el Gobierno como los jefes territoriales de la oposición tienen a gala lucir el emblema de las infraestructuras en sus proclamas ante los votantes. Dicho de otra manera, si Aenasigue controlada por el Estado central cuando lleguen las elecciones autonómicas de 2015, es muy probable que termine distribuida por piezas antes de que se convoquen los comiciosgenerales de 2016. Al tiempo.