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El BBVA se erige en el último y gran obstáculo de Damm para salvar Pescanova
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SEMANA CLAVE PARA UN ACUERDO ANTE EL JUEZ

El BBVA se erige en el último y gran obstáculo de Damm para salvar Pescanova

El BBVA se ha convertido en el primer abanderado de las discusiones que los bancos acreedores mantienen con Damm sobre la Nueva Pescanova

Foto: El presidente del grupo BBVA, Francisco González. (Efe)
El presidente del grupo BBVA, Francisco González. (Efe)

La cervecera Damm y los bancos acreedores están batallando hasta los últimos flecos del convenio de Pescanova, según han explicado fuentes financieras conocedoras del proceso concursal que vive la empresa gallega. Ambas partes tienen hasta el martes para incluir "subsanaciones en la propuesta de convenio" que finalmente tendrá que ratificar el juez que lleva el concurso. Este pretendido acuerdo supondrá la creación de Nueva Pescanova, una sociedad, que segrega la deuda de las filiales internacionales y que será el futuro instrumento operativo de la multinacional gallega.

Sin embargo, Nueva Pescanova nace con una profunda desconfianza entre las partes. La cervecera Damm, que preside Demetrio Carceller, se ha topado con un último y gran obstáculo en la actitud de algunos de los acreedores financieros, abanderados principalmente por el BBVA, que están poniendo serias trabas en estos días finales de negociación. Además de la entidad que preside Francisco González, también el Banco Sabadell y el Banco Popular se muestran especialmente beligerantes contra la propuesta de los actuales responsables de Pescanova.

placeholder Demetrio Carceller. (Efe)

Damm está dispuesta a echar un órdago presentando unilateralmente el convenio de acreedores al juzgado y dejando que sean los bancos los que luego decidan si firman o, por el contrario, abocan la compañía a la liquidación. Los timoneles que ahora dirigen el grupo pesquero interpretan que sus acreedores están dilatando demasiado el apoyo definitivo a un convenio que estaba previamente pactado. Desde este punto de vista lamentan que las citadas entidades amaguen con romper el grupo de siete bancos españoles que han estado respaldando desde el primer momento el rescate de Pescanova y fuercen ahora una liquidación ordenada de la multinacional gallega.

Por otra parte, desde los bancos, se ha visto como una deslealtad la redacción final que se le está dando al convenio, tanto en algunos aspectos del futuro gobierno corporativo como también en la pretensión del derecho de veto que se reservan Damm y Luxempart. Los bancos quieren hacer valer la mayoría de capital que van a tener en Pescanova y tampoco aceptan la limitación de la nueva deuda a los 700 millones que propone la empresa. Los acreedores financieros entienden que la compañía debe asumir de partida un mínimo de 1.000 millones, pero los actuales gestores consideran que en estas condiciones no salen los números y, por tanto, no pueden garantizar la viabilidad de Pescanova.

El diablo está en los detalles

Otros aspectos técnicos, como el criterio de prelación de las deudas o los plazos establecidos para las amortizaciones del crédito que quede vivo después de la quita, también son caballo de batalla en los flecos que ahora están sobre la mesa de negociación. Los bancos y Damm se enfrentan a un pulso de última hora con el objetivo de introducir ligeras mejoras en el escrito de subsanación del convenio para hacer así más digerible la factura de la operación. Cada una de las partes quiere conseguir para sí pequeñas ventajas que permitan salvar la apariencia y no quedar como los mayores paganos del rescate de la multinacional gallega.

Además de la quita aún en discusión, el plan de rescate cuenta con la aportación de 150 millones de euros de dinero fresco, que sobre todo aporta la banca a través de la deuda supersenior. De ahí que las entidades financieras dispongan al final de una posición accionarial superior al 51% de la Nueva Pescanova. Pero más allá de los porcentajes de control, lo que se dirime en estos últimos días de concurso es quién paga verdaderamente la fiesta. La fiesta del ex presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa. Y fue una fiesta muy cara.

La cervecera Damm y los bancos acreedores están batallando hasta los últimos flecos del convenio de Pescanova, según han explicado fuentes financieras conocedoras del proceso concursal que vive la empresa gallega. Ambas partes tienen hasta el martes para incluir "subsanaciones en la propuesta de convenio" que finalmente tendrá que ratificar el juez que lleva el concurso. Este pretendido acuerdo supondrá la creación de Nueva Pescanova, una sociedad, que segrega la deuda de las filiales internacionales y que será el futuro instrumento operativo de la multinacional gallega.

Pescanova Demetrio Carceller
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